Mi vieja Olivetti
El foro nuevo :: GENERAL :: De todo
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
EL EXTRAÑO CASO DEL JARRÓN CHINO¡Qué torpe he sido, Dios mío! Esta exclamación nació de Ernesto, a quien la cayó al suelo, convertido en añicos, el jarrón de porcelana china regalo de tía Matilde a su esposa con motivo de su boda. A él, a Ernesto, siempre le pareció horrible esa pieza, y que estuviese donde estuviese desentonaba, pero ante la más mínima insinuación de su fealdad, Olga, su mujer, se enfurecía. “Ya sé —decía— que tía Matilde nunca te ha caído bien, pero es un detalle de su parte muy delicado, y debemos estarle agradecidos”. Y esto, o algo más parecido, Olga le repetía incluso cuando Ernesto miraba con malos ojos ese jarrón. Y ahora por su culpa estaba completamente roto. Seguro que Olga le diría que lo había roto a posta, cosa incierta, pero ante los antecedentes no cabía otra respuesta. Ernesto comenzó a pensar mil y una excusa, pero tenía la seguridad de que su esposa se enfadaría mucho, cosa que le disgustaba, y que él era el responsable.
Olga estaba en esos momentos, precisamente, visitando a su tía Matilde, en su chalet de la playa, y él, curiosamente, debía a esa hora estar en la oficina, pero por olvido de cierta documentación volvió a su casa a recogerla, cuando, en un descuido, tropezó con la alfombra dando a caer sobre la repisa que estaba el jarrón, cayendo éste y rompiéndose en mil añicos... ¿Y si fingiera un robo en la casa? Ella sabe que yo estoy en la oficina, y al salir ambos esta mañana el jarrón estaba intacto. Y así fue, comenzó a abrir cajones, a mover algunos muebles, y dejar la vivienda como si un caco hubiese entrado a robar. En realidad, caso de ocurrir, bien poco podría llevarse un ladrón, pues nada de valor tenía la joven pareja en casa.
A mediodía, tras la visita a su tía, Olga llegó a la vivienda, quedó espantándose al ver el desastre que allí había. Llamó a su esposo por teléfono para saber cómo actuar. Una vez le contó cómo estaba todo, él le dijo que abandonaría la oficina inmediatamente y juntos pensarían qué hacer y cómo actuar; no obstante le preguntó si había echado en falta, en una primera mirada, algo importante, a lo que su esposa le respondió que creía que nada; Ernesto le preguntó si habían muchas cosas rotas, y ella le dijo que no. “¿Ni siquiera el jarrón de tu tía?”, “No, Ernesto ¿por qué me lo preguntas?”, “Por si en la búsqueda de qué robar, al ladrón se le hubiese caído al suelo”. “Afortunadamente no, está intacto y me hace feliz, Ernesto, porque tía Matilde su hubiese llevado un gran disgusto”.
NO había leído los relatos cortos del Postiguet, a pesar de haber escrito en su blog, pero hoy lo descubro de nuevo y con admiración, porque escribe de la forma que a mi me hubiera gustado hacerlo, directo al lector, sin rodeos, sin muchos detalles de la escena que se detalla, sin montar los adornos y sin definir los rasgos de los personajes ,es austero en los detalles escénicos, pero directo en la trama, y todo escrito con tal claridad y ligereza que se le entiende todo. Los desenlaces de las historias, rebuscados pero acertados dan un colofón final satisfactorio a cada historia. Buena forma de escribir corta sucinta, clara , descriptiva, y amena.
Felicidades amigo
_________________
Tropezar una vez no es malo, encariñarse con la piedra sí.
daniel- Mensajes : 2504
Fecha de inscripción : 11/12/2020
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
daniel escribió:
NO había leído los relatos cortos del Postiguet, a pesar de haber escrito en su blog, pero hoy lo descubro de nuevo y con admiración, porque escribe de la forma que a mi me hubiera gustado hacerlo, directo al lector, sin rodeos, sin muchos detalles de la escena que se detalla, sin montar los adornos y sin definir los rasgos de los personajes ,es austero en los detalles escénicos, pero directo en la trama, y todo escrito con tal claridad y ligereza que se le entiende todo. Los desenlaces de las historias, rebuscados pero acertados dan un colofón final satisfactorio a cada historia. Buena forma de escribir corta sucinta, clara , descriptiva, y amena.
Felicidades amigo
Muchas gracias, Daniel, por sus palabras. He de decir que no soy persona ilustrada, que no hice tan siquiera el bachillerato, solamente la enseñanza primaria por motivos de haber nacido en una época donde toda mano era necesaria para trabajar y salir de la ruina y miseria que la guerra a trajo millones de familias. Pero enamorado de la lectura, leía todo lo que caía en mis manos, y fui haciéndome una biblioteca para mí muy rica.
Leer, por tanto, me ha enseñado, de alguna manera, a escribir y a poseer más conocimiento, porque muy enamorado de los clásicos, éstos te regalan una enseñanza envidiable. Pero hay algo muy importante, y es que soy muy "mañaquero" y padre de hijos, abuelo de nietos, y bisabuelo de bisnietos, me ha encantado contarles cuentos, de ahí que me inventase historias con facilidad, pues a los niños les gusta la variedad. Lamento, no obstante, no tener más conocimiento del idioma en el sentido de la pulcritud y conocer todas sus variantes, pero intento defenderme. Gracias nuevamente.
Creo que mi gran felicidad sería ser un "cuentacuentos", ese personajillo que en ciertos lugares se les ve rodeado de niños mientras cuentan historias.
.
.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Violetta y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Dedicado a Daniel,
quien dice que gusta de leer
estos pequeños relatos.
ELVIRA
Aquella noche preparaba su pequeño maletín, pues viajaría por la mañana siguiente, como casi todas las semanas a la capital, y metió en él un sobre, orlado con los colores rojo y azul propio de la correspondencia urgente o por avión, remitida a ella misma que acababa de escribir desfigurando su letra y que semanalmente dejaba en un buzón capitalino con el remite de un imaginario Juan Montesinos de las Heras, capitán de fragata. Y maliciosamente sonrió.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Violetta y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL CASO DE LA RUBIA DESPAMPANANTE
¿Y si me revistiera de valor y le hablara? Pero… ¿qué podría decirle ante la seguridad de que tartamudearía? ¿Y si se riera?, sí, sería lo más sensato por su parte, porque mi timidez rozaba lo ridículo. De esta tarde no pasa —me dije aquél día— cuando la vea frente a mi ventana mostrándome tanta belleza, la diré que quiero verla más de cerca, que me gustaría me invitase a su casa o que viniera a la mía. ¡Qué valentía mostré con el pensamiento!, pero me temblaban las piernas solo de pensar si fallaría. Esperé impaciente la hora de su aparición, estaba decidido, pasara lo que pasara; no me importaba caso de tartamudear, o si ella me mirara con indiferencia tras mi invitación, o recibir un desdén. Yo pensé que esa mirada, fija, impertérrita, desafiante, tendría un motivo: que yo le gustaba; y es que pensé que tampoco estaba yo mal, creo que algo agraciado. Soy alto, bien formado, soy joven y a quienes me conocen, les caigo simpático. Sí, ya está decidido… y abriendo mi ventana allí estaba esperándola, pero no apareció, su ventana estaba cerrada.
Al poco noté mucho ajetreo en la puerta de la vivienda, unos hombres bajaban —¿de su piso?— algunos muebles, igual se trasladaba mi rubia y hermosa vecina. Vi bajar cajas bien embaladas, algunos electrodomésticos, y mi sorpresa fue cuando vi como bajaban un cuadro de grandes dimensiones. No estaba embalado ni forrado, y al subirlo al camión de mudanzas y darle la vuelta la vi a ella, con su mirada fija, impertérrita, rubia y hermosa. Era una fotografía a tamaño natural, que colocada frente a la pared que daba a mi ventana, yo pensé que era de carne y hueso. ¡Qué decepción, ahora que me había envalentonado!
.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Violetta y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL DISCO DE VINILO
Él se acercó al viejo reproductor de discos de vinilo y colocó un viejo bolero que a ella entusiasmaba. Lo cantaba Amando Manzanero y su título “El reloj”. Coincidía la letra de esa canción, cuyo autor era un mexicano llamado Roberto Cantoral, con lo que próximamente iba a ocurrir, ella, la mujer, lo abandonaba tras muchos años de convivencia. El amor entre los dos al parecer se había enfriado, y pese a que la convivencia era buena, quedaron en ir cada uno por diferentes caminos.
Reloj no marques las horas
porque voy a enloquecer ,
ella se irá para siempre
cuando amanezca otra vez.
No más nos queda esta noche
para vivir nuestro amor
y tu tic-tac me recuerda
mi irremediable dolor.
Bailaron el bolero como nunca lo hicieran, más abrazados que el día en que se conocieron, pues fue con este bolero con el que se enamoraron. Más entregados que nunca, y en ambos alguna lágrima se asomó a sus ojos. Mientras la voz de Manzanero seguía en su interpretación:
Reloj detén tu camino
porque mi vida se apaga ,
ella es la estrella que alumbra mi ser
yo sin su amor no soy nada.
Él la besaba suavemente en el cuello, y ella se dejaba hacer, pues también quería tener un bonito recuerdo de la noche de la despedida.
Detén el tiempo en tus manos ,
haz esta noche perpetua
para que nunca se vaya de mí ,
para que nunca amanezca.
El viejo vinilo seguía sonando en el tocadiscos, pero por causa de su vejez, quizás la aguja reproductora llegada a su fin volvía al punto de inicio. Y de nuevo música y voz de Manzanero repitiendo la triste balada. Y no fue una vez, sino varias, pero ellos, mujer y hombre, no se daban cuenta de la repetición, y seguían abrazados y danzando lentamente en aquella sala, con luz difuminada, para darle a la estancia más intimidad.
¿Era el tocadiscos —con esa intención de repetir y repetir— consciente del dolor que ambos padecerían una vez lejos el uno del otro? Imposible de averiguar, pero lo cierto es que pasado algún tiempo fue necesario abrir violentamente la puerta de entrada al piso para saber qué había sucedido. Y allí los encontraron, tendidos en la alfombra persa que cubría la estancia, muy abrazados, con las bocas unidas, y muertos. Manzanero seguía cantando…
.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A EsquizOfelia, Violetta y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
EL EXTRAÑO CASO DEL JARRÓN CHINO¡Qué torpe he sido, Dios mío! Esta exclamación nació de Ernesto, a quien la cayó al suelo, convertido en añicos, el jarrón de porcelana china regalo de tía Matilde a su esposa con motivo de su boda. A él, a Ernesto, siempre le pareció horrible esa pieza, y que estuviese donde estuviese desentonaba, pero ante la más mínima insinuación de su fealdad, Olga, su mujer, se enfurecía. “Ya sé —decía— que tía Matilde nunca te ha caído bien, pero es un detalle de su parte muy delicado, y debemos estarle agradecidos”. Y esto, o algo más parecido, Olga le repetía incluso cuando Ernesto miraba con malos ojos ese jarrón. Y ahora por su culpa estaba completamente roto. Seguro que Olga le diría que lo había roto a posta, cosa incierta, pero ante los antecedentes no cabía otra respuesta. Ernesto comenzó a pensar mil y una excusa, pero tenía la seguridad de que su esposa se enfadaría mucho, cosa que le disgustaba, y que él era el responsable.
Olga estaba en esos momentos, precisamente, visitando a su tía Matilde, en su chalet de la playa, y él, curiosamente, debía a esa hora estar en la oficina, pero por olvido de cierta documentación volvió a su casa a recogerla, cuando, en un descuido, tropezó con la alfombra dando a caer sobre la repisa que estaba el jarrón, cayendo éste y rompiéndose en mil añicos... ¿Y si fingiera un robo en la casa? Ella sabe que yo estoy en la oficina, y al salir ambos esta mañana el jarrón estaba intacto. Y así fue, comenzó a abrir cajones, a mover algunos muebles, y dejar la vivienda como si un caco hubiese entrado a robar. En realidad, caso de ocurrir, bien poco podría llevarse un ladrón, pues nada de valor tenía la joven pareja en casa.
A mediodía, tras la visita a su tía, Olga llegó a la vivienda, quedó espantándose al ver el desastre que allí había. Llamó a su esposo por teléfono para saber cómo actuar. Una vez le contó cómo estaba todo, él le dijo que abandonaría la oficina inmediatamente y juntos pensarían qué hacer y cómo actuar; no obstante le preguntó si había echado en falta, en una primera mirada, algo importante, a lo que su esposa le respondió que creía que nada; Ernesto le preguntó si habían muchas cosas rotas, y ella le dijo que no. “¿Ni siquiera el jarrón de tu tía?”, “No, Ernesto ¿por qué me lo preguntas?”, “Por si en la búsqueda de qué robar, al ladrón se le hubiese caído al suelo”. “Afortunadamente no, está intacto y me hace feliz, Ernesto, porque tía Matilde su hubiese llevado un gran disgusto”.
Pero si se había roto el jarrón ¿por qué apareció luego intacto?
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb escribió:EL POSTIGUET escribió:
EL EXTRAÑO CASO DEL JARRÓN CHINO¡Qué torpe he sido, Dios mío! Esta exclamación nació de Ernesto, a quien la cayó al suelo, convertido en añicos, el jarrón de porcelana china regalo de tía Matilde a su esposa con motivo de su boda. A él, a Ernesto, siempre le pareció horrible esa pieza, y que estuviese donde estuviese desentonaba, pero ante la más mínima insinuación de su fealdad, Olga, su mujer, se enfurecía. “Ya sé —decía— que tía Matilde nunca te ha caído bien, pero es un detalle de su parte muy delicado, y debemos estarle agradecidos”. Y esto, o algo más parecido, Olga le repetía incluso cuando Ernesto miraba con malos ojos ese jarrón. Y ahora por su culpa estaba completamente roto. Seguro que Olga le diría que lo había roto a posta, cosa incierta, pero ante los antecedentes no cabía otra respuesta. Ernesto comenzó a pensar mil y una excusa, pero tenía la seguridad de que su esposa se enfadaría mucho, cosa que le disgustaba, y que él era el responsable.
Olga estaba en esos momentos, precisamente, visitando a su tía Matilde, en su chalet de la playa, y él, curiosamente, debía a esa hora estar en la oficina, pero por olvido de cierta documentación volvió a su casa a recogerla, cuando, en un descuido, tropezó con la alfombra dando a caer sobre la repisa que estaba el jarrón, cayendo éste y rompiéndose en mil añicos... ¿Y si fingiera un robo en la casa? Ella sabe que yo estoy en la oficina, y al salir ambos esta mañana el jarrón estaba intacto. Y así fue, comenzó a abrir cajones, a mover algunos muebles, y dejar la vivienda como si un caco hubiese entrado a robar. En realidad, caso de ocurrir, bien poco podría llevarse un ladrón, pues nada de valor tenía la joven pareja en casa.
A mediodía, tras la visita a su tía, Olga llegó a la vivienda, quedó espantándose al ver el desastre que allí había. Llamó a su esposo por teléfono para saber cómo actuar. Una vez le contó cómo estaba todo, él le dijo que abandonaría la oficina inmediatamente y juntos pensarían qué hacer y cómo actuar; no obstante le preguntó si había echado en falta, en una primera mirada, algo importante, a lo que su esposa le respondió que creía que nada; Ernesto le preguntó si habían muchas cosas rotas, y ella le dijo que no. “¿Ni siquiera el jarrón de tu tía?”, “No, Ernesto ¿por qué me lo preguntas?”, “Por si en la búsqueda de qué robar, al ladrón se le hubiese caído al suelo”. “Afortunadamente no, está intacto y me hace feliz, Ernesto, porque tía Matilde su hubiese llevado un gran disgusto”.
Pero si se había roto el jarrón ¿por qué apareció luego intacto?
Estimada Tomb, es una de mis ocurrencias y mis bromas. Ya me irá conociendo, y esa frase que hago mía, que de poeta y de loco, todos tenemos un poco. Es una manera de divertirme.
.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
TRECE EN UN MES
Quien la seguía era un hombre al verla pasar delante de la taberna, donde estaba tomando unos vinos. Vio presa fácil para sus intenciones, en una calle solitaria y en donde, caso de gritar o pedir auxilio, nadie saldría a socorrerla. Poco a poco se acercaba más a su presa, y la mujer aceleró sus pasos. Pero hubo un momento, como si se considerara ya víctima, pues aquella larga y sinuosa calle no tenía fin, maloliente y oscura y tenebrosa, que se arrimó contra la puerta de una destartalada fachada y él, ya a su lado, la agarró por el talle y la acercó hacia sí. La mujer no opuso resistencia, él intentó arrancarle el embozo que cubría su cara y ella se abalanzó hacia su cuello, y le mordió. En esos momentos un rayo de luna iluminó a la pareja, y de ella relucieron dos colmillos grandes y ensangrentados de la sangre del perseguidor quien cayó fulminado al suelo.
—Otro más —dijo la mujer mientras sonreía maliciosamente— y este mes ya son trece…
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
TRECE EN UN MESPese a ir completamente embozada, era fácil adivinar que tras el embozo se escondía una hermosa y joven mujer, así lo hacía entender sus andares, y su esbelta figura. Lo que nadie hubiera entendido es cómo se decidió a caminar, sola, a esas horas nocturnas, y por aquellos lugares tan poco recomendables. De las viejas casas que a una y otra parte de la empedrada calle estaban, no asomaba ni la más mínima luz. Sólo iluminaba la mortecina luz de una taberna, de la que gritos y música, y alguna risotada escandalosa de mujer, pudo la caminante escuchar. Pero no miró para nada hacia la taberna que más bien era un antro de truhanes y rufianes, y de mujerzuelas de mala vida. No obstante, pese a no mirar, tuvo que notar que alguien la seguía, ya que se estremeció y el embozo, una prenda fina de encaje lo abrazó más contra su pecho. La cara, toda tapada exceptos sus ojos, grandes y brillantes, siguieron mirando fijamente hacia delante, su destino..
Quien la seguía era un hombre al verla pasar delante de la taberna, donde estaba tomando unos vinos. Vio presa fácil para sus intenciones, en una calle solitaria y en donde, caso de gritar o pedir auxilio, nadie saldría a socorrerla. Poco a poco se acercaba más a su presa, y la mujer aceleró sus pasos. Pero hubo un momento, como si se considerara ya víctima, pues aquella larga y sinuosa calle no tenía fin, maloliente y oscura y tenebrosa, que se arrimó contra la puerta de una destartalada fachada y él, ya a su lado, la agarró por el talle y la acercó hacia sí. La mujer no opuso resistencia, él intentó arrancarle el embozo que cubría su cara y ella se abalanzó hacia su cuello, y le mordió. En esos momentos un rayo de luna iluminó a la pareja, y de ella relucieron dos colmillos grandes y ensangrentados de la sangre del perseguidor quien cayó fulminado al suelo.
—Otro más —dijo la mujer mientras sonreía maliciosamente— y este mes ya son trece…
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
A MagAnna le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
UN BELÉN FRENTE AL BELÉN
Era un belén que a través de los años se fue enriqueciendo con figuras de mucha calidad. Por supuesto el centro lo acaparaba la virgen María, san José y el niño Jesús, con la mula y el buey para dar calor a la pobre estancia, y el angelito con el “Gloria in excelsis Deo”. No faltaba, allá a lo lejos, el palacio del pérfido Herodes, ni los tres reyes Magos que bajaban en sus camellos hacia el pesebre por un camino que allí terminaba, y los pastores con sus borreguitos y cabras, las palmeras, el río hecho con papel de plata del envoltorio de una tableta de chocolate y la lavandera, un puente sobre el mismo para poder traspasarlo, y el papel de estrellas al fondo para dar idea de una inmensidad del lugar.
Mateo es uno de mis nietos, entonces contaba con siete años, y una vez montado el belén, con cara de desagrado, dijo que no le gustaba. Y el motivo de su disgusto, cuando le expliqué quienes eran cada personaje y lo que hacían, es que no entendía que la lavandera lavara la ropa en el río, y más con una pala para darle paletazos a la misma. Él quería que la lavandera lavase en una lavadora, “como la de mamá” me decía. Yo le explicaba que en aquellos tiempos ese artilugio no existía, pero por nada quiso comprenderlo. O colocaba una lavadora o no le gustaba, y pueden creerme que fue él quien de verdad, con su disgusto, montó ese año un auténtico “belén”
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A EsquizOfelia, MagAnna y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
LA JAULA DE ORO
Él siempre le mostró ternura, y usted, como gitana y amante del aire libre como todos los suyos, pronto se sintió prisionera de su pasión. Es verdad que él se mostraba celoso, como es verdad que la hiel que usted empleó en sus palabras hacia él, le hirió de muerte el corazón.
Su repetido “te quiero” que tanto le decía, porque de verdad la quería, usted no lo podía aguantar, y como un jilguero enjaulado se moría y desesperaba, pues para usted, más valor que las joyas de que la llenaba, necesitaba volar y libertad.
Sus lamentos también a él le atormentaban, lo de pedir a gritos abrir puertas y cerrojos lo entristecían; esa su cantinela de implorarle que no pensase más en usted; que usted no le quería; que no le adoraba ni sentía nada hacia él; que usted no había nacido para vivir en esa cárcel de oro... ¿por qué no lo pensó antes de decir el primer “si”?
Usted, señora mía, gitana que por sus venas corre sangre gitana ansiosa de libertad, nunca debió dejarse atar por unos brillantes, por unas joyas que significan muy poco ante el deseo de volar libre. ¡Aléjese pues y recorra los mil cielos volando! pero la próxima vez, que no le deslumbren zafiros ni gemas, sea más sensata y agárrese fuertemente a la libertad.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL COÑO DE LA BERNARDA
Bernarda igual enderezaba la pata torcida de un ternero o curaba una dolencia en la espalda, que dirigía los rezos en la ermita en ausencia del cura, por lo que era muy querida entre la vecindad.
Una noche se acostó especialmente apesadumbrada por haber dedicado su vida a los demás, no haberse casado y no haber tenido hijos, pues, según ella, “no es buena la muller de cuyo figo non salen fillos”.
Apareciósele la figura de San Isidro que, metiéndole la mano en “el Corte Inglés”, gustole tanto a la santa mujer que entendió por fin el significado de la expresión “tener mano de santo”. A punto casi de morir por el placer experimentado, creyó oír del santo labriego la expresión “San Isidro labrador, quita lo seco y devuelve el verdor”.
Bernarda contó su sueño al Juez de Paz de la parroquia y desde entonces las cosechas de la zona se sucedieron sin parar y desapareció la hambruna que asolaba la comarca. El Juez, hombre religioso, perteneciente a la cofradía del Buen Yantar, y muy devoto, le contó al cura del lugar, don Mariano del Castro, las consecuencias del sueño de la Bernarda.
En la homilía del domingo siguiente, don Mariano narró desde el púlpito las alabanzas de Dios que "tantos bienes e menesteres plugóle mandar sobre esta sancta terra nuestra, por mediación de la muy noble e sancta muller de Bernarda, o más bien, por medio del figo della, o sea, del coño suyo benedicto".
No obstante, había un artefaño, conocido como Pepiño, que se pasó todo el día gritando a voz pelada “que non se creyera lo de la sancta Bernarda, que ninguna muller es sancta por donde mea”. La mujer mandólo traer a su presencia y allí, en la intimidad de la ermita díjole: “Mete tu mano en mi coño bendito, a ver si miento, en lo que siento, y sea tu escarmiento”. Hízolo así, y desde entonces Pepiño se transformó en el más célebre predicador del figo benedicto de su paisana por toda Galiza.
Desde entonces, las crónicas dicen que “todos los homnes, e mulleres, de los derredores, allegábanse a casa la Bernarda a tocar su coño benedicto, y por doquiera la abundançia manaba. Las mulleres daban fillos sietemesinos fuertes como cabritillos, y las guarras parían cochinillos a porrillo, las cosechas de grelos y pimientos de Padrón se multiplicaban y hasta las gallinas empollaban ovos de sete yemas...".
Tras la muerte de la buena mujer, la comarca sufrió multitud de catástrofes. Terremotos, lluvias torrenciales, abortos en el ganado y las mujeres partos baldíos... Sin embargo cuenta la leyenda que un buen día “una muller del pueblo que ploraba lágrimas de seus ollos al sepolcro della, vióse sorprendida por unas luminarias que ascendían del sepulcro”.
Asustada, corrió a contarlo al cura, que ordenó desenterraran el cuerpo de la mujer, “hallando que la Bernarda polvo era, como es la suerte de todo bicho vivente, salvo su figo incorrupto, rojo y húmedo qual breva". El párroco ordenó el traslado del despojo santo a la parroquia, donde enseguida lo colocaron en un relicario, llamado desde entonces el “Coño de la Bernarda”, que procuraba grandes bienes a quienes lo tocaran con fervor.
El cura solicitó la canonización de la Bernarda, pero las altas jerarquías le contestaron una carta con serias advertencias. “Dicen los senyores teólogos e dominicos desta Ecclesia de Galiza que nunca oyóse en toda la christiandad, que el Senyor Papa gobierna y Christo benecdice, que nada bueno saliera del figo de una muller, a no ser el Senyor mesmo IesuChristo, de su Sancta Madre, con todo Verge inmaculatta, e que por eso la devoçión popular del coño de la Bernarda era cosa perniçiosa que debía ser desterrada, so pena de mandar la Inquisición a façer las pesquisas oportunas”.
Según las crónicas, el párroco seguía confiando en la mujer y “una noche del 9 de abril, del año de Nuestro Senyor IesuChristo de 1.609, alumbrado solo por dos candelas, y con el Notario por único testigo dello, colocó el sancto reliquario del coño de la Bernarda tras un emparedado debaixo de la ventana de la Sacrestía, donde permaneciera hasta que la Ecclesia mudara su razonamiento sobre este singular suceso, y ansí la buena Bernarda trallera de nuevo la benedición sobre el pueblo della".
A pesar de estas hazañas, calificar algo como el “Coño de la Bernarda” es tildarle de desordenado, cochambroso y en el que todo el mundo puede entrar y salir a su aire, entre otras acepciones, desprestigiando así las maravillas que encerraba "el figo de aquella santera galega"
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
LA NOVICIA TOMB
Para Tomb, con todo cariño,
ya que se ha quejado de que no
agradecí su amable bienvenida.
Se decidió que sería ingresada en un convento situado en las cercanía de la ciudad de Toledo, porque entendieron que la severidad y austeridad castellana le convendría más que en un convento local donde la tolerancia era mayor.
Y allí fue ingresada, aun sabiendo la poca inclinación religiosa de la muchacha, pero esa era la norma de aquellos siglos, donde la educación para una joven de su rango sólo se entendía entre las lúgubres paredes de un claustro.
Aquel convento, arquitectónicamente era una maravilla. Destacaba en él la capilla central, austera y poco dada a la ostentación, pero con unas vidrieras artísticas e impresionantes por donde la entrada de la luz solar entregaba una luminosidad espectacular a la gran nave. Un enorme rosetón situado sobre el altar ofrecía una excelsitud apropiada para la oración de las mujeres allí congregadas.
La bóveda de esta nave presentaba un grandioso fresco que representaba la muerte y pasión de Cristo en toda su magnitud. Este fresco, debido a los muchos años, estaba deteriorado y el claustro de monjas tomó la decisión de restaurarlo. Se pensó elegir al mejor restaurador del momento y se hizo venir, desde Roma, al más afamado, un tal Carlo Postiguetti, cuyo reconocimiento le venía al haber restaurado algún fresco del gran Miguel Ángel con notabilísimo acierto y refrendado por la propia sede papal.
El restaurador comenzó su faena en plena canícula, y el lugar, poco ventilado y con un sol de justicia entrando por las vidrieras obligaron a Carlo a usar una vestimenta acorde con el clima. Usaba una especie de blusón, ancho, de lino, por considerarlo como más fresco, que le llegaba a media pantorrilla. Y allá arriba, en los andamios colocados para tal fin, el restaurador trabajaba así vestido.
Un día, la Madre superiora, juntamente con las hermanas más destacadas, se decidieron visitar al pintor para ver cómo llevaba la obra de adelantada. Se maravillaron las monjas de la tarea, pues el aspecto de la parte restaurada era espectacular. Y en un momento en que, situadas bajo del andamio donde Carlo se encontraba dirigieron su mirada a lo alto, vieron, estupefactas, que el pintor asomaba por debajo de su largo y ancho blusón parte de su anatomía y algo más. Todas las monjas se arremolinaron junto a la madre superiora, y sus miradas, de unas a otras, eran interrogativas. Podríamos decir que en sus miradas había algo de terror, pero también algo de complacencia por la visión ofrecida.
Se arrinconaron a un lugar de la capilla y la Madre superiora indicó a una de las hermanas que le dijera al pintor de su descarada vestimenta, pero ninguna se atrevió, todas se ruborizaban y ninguna se atrevía. La hermana tornera, la más vieja de la congregación, insinuó a la abadesa que esta advertencia se la encargara a la novicia Tomb, pues con su desparpajo andaluz y su manera extrovertida, no le impediría tal observación. Y dicho y hecho.
La Madre superiora hizo llamar a su despacho a la novicia Tomb. Ésta, cuando supo del encargo, no puso inconveniente alguno, pero le pidió a la madre hacerlo a su modo, o sea, cantando y acompañada de su guitarra, como buena andaluza, a lo que la superiora accedió.
La novicia Tomb, con su guitarra a cuestas se dirigió a la capilla. Las demás monjas, semiocultas entre las altas columnas esperaban ver la actuación de la andaluza, y ésta, con un aire al estilo tanguillo de Cádiz, cantó:
—Señor pintor de las alturas,
que se le ven las colgaduras…
Carlo Postiguetti, al oírse aludido, y mirando a la guapa novicia, con el mismo tonillo gaditano le respondió desde lo alto:
—No son naranjas ni son limones
que lo que cuelgan son mis coj**es…
Y diciendo esto bajó rápidamente del andamio, agarró suavemente a Tomb con sus manos y mirando sus verdes ojos la abrazó y la besó ardientemente. Luego, así le dijo:
—Che cosa rende una ragazza bella come te in un posto come questo? y la pidió en matrimonio a continuación. Y Tomb le dio el sí. Nunca se supo si por un amor instantáneo o por la visión de hacía unos segundos, pero puso una condición a su matrimonio, y era que, de ahora en adelante, toda visión panorámica que el pintor mostrara fuera ella la única observadora.
Bueno, el final, feliz, dice que Tomb se casó con el pintor, que la boda tuvo lugar en esa misma capilla una vez terminada la restauración, y que colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Hay quien añade algo así como perdices en escabeche y no sé qué cosas más.
.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
_________________
¡Ya sé de dónde vengo, ya sé quién soy! ¡A ver si me aclaro dónde voy!
Porsituquieressaber- Mensajes : 16831
Fecha de inscripción : 29/01/2021
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
LA NOVICIA TOMB
Para Tomb, con todo cariño,
ya que se ha quejado de que no
agradecí su amable bienvenida.Los padres de la joven Tomb, una familia sevillana perteneciente a la nobleza y emparentada con uno de los Grandes de España, tomó aquel día la decisión de enviar a su hija a una congregación de monjas contemplativas con la finalidad de que recibiera una excelente educación acorde con su abolengo.
Se decidió que sería ingresada en un convento situado en las cercanía de la ciudad de Toledo, porque entendieron que la severidad y austeridad castellana le convendría más que en un convento local donde la tolerancia era mayor.
Y allí fue ingresada, aun sabiendo la poca inclinación religiosa de la muchacha, pero esa era la norma de aquellos siglos, donde la educación para una joven de su rango sólo se entendía entre las lúgubres paredes de un claustro.
Aquel convento, arquitectónicamente era una maravilla. Destacaba en él la capilla central, austera y poco dada a la ostentación, pero con unas vidrieras artísticas e impresionantes por donde la entrada de la luz solar entregaba una luminosidad espectacular a la gran nave. Un enorme rosetón situado sobre el altar ofrecía una excelsitud apropiada para la oración de las mujeres allí congregadas.
La bóveda de esta nave presentaba un grandioso fresco que representaba la muerte y pasión de Cristo en toda su magnitud. Este fresco, debido a los muchos años, estaba deteriorado y el claustro de monjas tomó la decisión de restaurarlo. Se pensó elegir al mejor restaurador del momento y se hizo venir, desde Roma, al más afamado, un tal Carlo Postiguetti, cuyo reconocimiento le venía al haber restaurado algún fresco del gran Miguel Ángel con notabilísimo acierto y refrendado por la propia sede papal.
El restaurador comenzó su faena en plena canícula, y el lugar, poco ventilado y con un sol de justicia entrando por las vidrieras obligaron a Carlo a usar una vestimenta acorde con el clima. Usaba una especie de blusón, ancho, de lino, por considerarlo como más fresco, que le llegaba a media pantorrilla. Y allá arriba, en los andamios colocados para tal fin, el restaurador trabajaba así vestido.
Un día, la Madre superiora, juntamente con las hermanas más destacadas, se decidieron visitar al pintor para ver cómo llevaba la obra de adelantada. Se maravillaron las monjas de la tarea, pues el aspecto de la parte restaurada era espectacular. Y en un momento en que, situadas bajo del andamio donde Carlo se encontraba dirigieron su mirada a lo alto, vieron, estupefactas, que el pintor asomaba por debajo de su largo y ancho blusón parte de su anatomía y algo más. Todas las monjas se arremolinaron junto a la madre superiora, y sus miradas, de unas a otras, eran interrogativas. Podríamos decir que en sus miradas había algo de terror, pero también algo de complacencia por la visión ofrecida.
Se arrinconaron a un lugar de la capilla y la Madre superiora indicó a una de las hermanas que le dijera al pintor de su descarada vestimenta, pero ninguna se atrevió, todas se ruborizaban y ninguna se atrevía. La hermana tornera, la más vieja de la congregación, insinuó a la abadesa que esta advertencia se la encargara a la novicia Tomb, pues con su desparpajo andaluz y su manera extrovertida, no le impediría tal observación. Y dicho y hecho.
La Madre superiora hizo llamar a su despacho a la novicia Tomb. Ésta, cuando supo del encargo, no puso inconveniente alguno, pero le pidió a la madre hacerlo a su modo, o sea, cantando y acompañada de su guitarra, como buena andaluza, a lo que la superiora accedió.
La novicia Tomb, con su guitarra a cuestas se dirigió a la capilla. Las demás monjas, semiocultas entre las altas columnas esperaban ver la actuación de la andaluza, y ésta, con un aire al estilo tanguillo de Cádiz, cantó:
—Señor pintor de las alturas,
que se le ven las colgaduras…
Carlo Postiguetti, al oírse aludido, y mirando a la guapa novicia, con el mismo tonillo gaditano le respondió desde lo alto:
—No son naranjas ni son limones
que lo que cuelgan son mis coj**es…
Y diciendo esto bajó rápidamente del andamio, agarró suavemente a Tomb con sus manos y mirando sus verdes ojos la abrazó y la besó ardientemente. Luego, así le dijo:
—Che cosa rende una ragazza bella come te in un posto come questo? y la pidió en matrimonio a continuación. Y Tomb le dio el sí. Nunca se supo si por un amor instantáneo o por la visión de hacía unos segundos, pero puso una condición a su matrimonio, y era que, de ahora en adelante, toda visión panorámica que el pintor mostrara fuera ella la única observadora.
Bueno, el final, feliz, dice que Tomb se casó con el pintor, que la boda tuvo lugar en esa misma capilla una vez terminada la restauración, y que colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Hay quien añade algo así como perdices en escabeche y no sé qué cosas más.
.
Ohhh! Soy una pecadora.
Muchas gracias, Posti.
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb escribió:EL POSTIGUET escribió:
LA NOVICIA TOMB
Para Tomb, con todo cariño,
ya que se ha quejado de que no
agradecí su amable bienvenida.Los padres de la joven Tomb, una familia sevillana perteneciente a la nobleza y emparentada con uno de los Grandes de España, tomó aquel día la decisión de enviar a su hija a una congregación de monjas contemplativas con la finalidad de que recibiera una excelente educación acorde con su abolengo.
Se decidió que sería ingresada en un convento situado en las cercanía de la ciudad de Toledo, porque entendieron que la severidad y austeridad castellana le convendría más que en un convento local donde la tolerancia era mayor.
Y allí fue ingresada, aun sabiendo la poca inclinación religiosa de la muchacha, pero esa era la norma de aquellos siglos, donde la educación para una joven de su rango sólo se entendía entre las lúgubres paredes de un claustro.
Aquel convento, arquitectónicamente era una maravilla. Destacaba en él la capilla central, austera y poco dada a la ostentación, pero con unas vidrieras artísticas e impresionantes por donde la entrada de la luz solar entregaba una luminosidad espectacular a la gran nave. Un enorme rosetón situado sobre el altar ofrecía una excelsitud apropiada para la oración de las mujeres allí congregadas.
La bóveda de esta nave presentaba un grandioso fresco que representaba la muerte y pasión de Cristo en toda su magnitud. Este fresco, debido a los muchos años, estaba deteriorado y el claustro de monjas tomó la decisión de restaurarlo. Se pensó elegir al mejor restaurador del momento y se hizo venir, desde Roma, al más afamado, un tal Carlo Postiguetti, cuyo reconocimiento le venía al haber restaurado algún fresco del gran Miguel Ángel con notabilísimo acierto y refrendado por la propia sede papal.
El restaurador comenzó su faena en plena canícula, y el lugar, poco ventilado y con un sol de justicia entrando por las vidrieras obligaron a Carlo a usar una vestimenta acorde con el clima. Usaba una especie de blusón, ancho, de lino, por considerarlo como más fresco, que le llegaba a media pantorrilla. Y allá arriba, en los andamios colocados para tal fin, el restaurador trabajaba así vestido.
Un día, la Madre superiora, juntamente con las hermanas más destacadas, se decidieron visitar al pintor para ver cómo llevaba la obra de adelantada. Se maravillaron las monjas de la tarea, pues el aspecto de la parte restaurada era espectacular. Y en un momento en que, situadas bajo del andamio donde Carlo se encontraba dirigieron su mirada a lo alto, vieron, estupefactas, que el pintor asomaba por debajo de su largo y ancho blusón parte de su anatomía y algo más. Todas las monjas se arremolinaron junto a la madre superiora, y sus miradas, de unas a otras, eran interrogativas. Podríamos decir que en sus miradas había algo de terror, pero también algo de complacencia por la visión ofrecida.
Se arrinconaron a un lugar de la capilla y la Madre superiora indicó a una de las hermanas que le dijera al pintor de su descarada vestimenta, pero ninguna se atrevió, todas se ruborizaban y ninguna se atrevía. La hermana tornera, la más vieja de la congregación, insinuó a la abadesa que esta advertencia se la encargara a la novicia Tomb, pues con su desparpajo andaluz y su manera extrovertida, no le impediría tal observación. Y dicho y hecho.
La Madre superiora hizo llamar a su despacho a la novicia Tomb. Ésta, cuando supo del encargo, no puso inconveniente alguno, pero le pidió a la madre hacerlo a su modo, o sea, cantando y acompañada de su guitarra, como buena andaluza, a lo que la superiora accedió.
La novicia Tomb, con su guitarra a cuestas se dirigió a la capilla. Las demás monjas, semiocultas entre las altas columnas esperaban ver la actuación de la andaluza, y ésta, con un aire al estilo tanguillo de Cádiz, cantó:
—Señor pintor de las alturas,
que se le ven las colgaduras…
Carlo Postiguetti, al oírse aludido, y mirando a la guapa novicia, con el mismo tonillo gaditano le respondió desde lo alto:
—No son naranjas ni son limones
que lo que cuelgan son mis coj**es…
Y diciendo esto bajó rápidamente del andamio, agarró suavemente a Tomb con sus manos y mirando sus verdes ojos la abrazó y la besó ardientemente. Luego, así le dijo:
—Che cosa rende una ragazza bella come te in un posto come questo? y la pidió en matrimonio a continuación. Y Tomb le dio el sí. Nunca se supo si por un amor instantáneo o por la visión de hacía unos segundos, pero puso una condición a su matrimonio, y era que, de ahora en adelante, toda visión panorámica que el pintor mostrara fuera ella la única observadora.
Bueno, el final, feliz, dice que Tomb se casó con el pintor, que la boda tuvo lugar en esa misma capilla una vez terminada la restauración, y que colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Hay quien añade algo así como perdices en escabeche y no sé qué cosas más.
.
Ohhh! Soy una pecadora.
Muchas gracias, Posti.
Después cuando te pegue el Covid dirás, es que no llevaba la mascarilla, aunque por la imagen, ni mascarilla ni vacuna, ni na, entregada como estas en la faena. Que pasión señooooo, si, es verdad, eres una pecadora pero que estas muy bien.
Saludos
_________________
Tropezar una vez no es malo, encariñarse con la piedra sí.
daniel- Mensajes : 2504
Fecha de inscripción : 11/12/2020
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
daniel escribió:Después cuando te pegue el Covid dirás, es que no llevaba la mascarilla, aunque por la imagen, ni mascarilla ni vacuna, ni na, entregada como estas en la faena. Que pasión señooooo, si, es verdad, eres una pecadora pero que estas muy bien.
No te pongas celosón, ya sabes lo que significas para mí.
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
LA DIOSA TANIT
Fue en el siglo V antes de Cristo cuando la diosa Tanit comienza a tener relativa importancia, y se la asocia a la Luna y la fertilidad. Tiene, no obstante, la “mala fama” de que a los actos en su honor se sacrificaban niños. Esta idea que ha llegado hasta nuestros tiempos, y desmentida al comprobarse que tras las pruebas del carbono 14 realizadas, en las urnas rituales halladas las cenizas han demostrado que se trataba de sacrificios de animales, tiene un origen al parecer romano. Esa idea perversa para el descrédito de la diosa cartaginesa, vendría motivada, casi con toda seguridad, por la competencia y ansias de dominio de ambos imperios, el cartaginés y el romano, lo que nos demuestra que el hombre, para nuestra desgracia, siempre ha actuado intentando desprestigiar al contrario para hacerse de más valer.
Tanit, la diosa de la fertilidad, se convierte en la diosa principal del panteón cartaginés. Al principio de su aparición siempre se la relacionaba, en todas las inscripciones halladas, con Baal como consorte suya, no obstante, poco a poco, se fue “independizando”, ya que a partir del sigo IV a. C. su culto es individual y aparece de esta manera en muchas zonas ribereñas del mar Mediterráneo. La misma ciudad de Alacant incluida.
Pero también su extensión es grande, pues la encontramos en El Líbano, en la isla de Chipre, en Constantina, o en Italia (la zona de Sicilia).
Como en las lenguas semitas las vocales no existen su grafía en el idioma púnico en “Tnt”. Su símbolo era una circunferencia sobre un trazo horizontal y una uve invertida, o triángulo. Al parecer estaba asociado con el símbolo “ankh” del antiguo Egipto.
En España , en la zona sur en la desembocadura del río Guadalhorce (Andalucía) se encontró un poblado fenicio, y entre los restos hallados había una estatua de esta diosa en muy buen estado de conservación.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Mi vieja Olivetti
LE LLAMABAN POSTIGUET
Se encontraba nuestro hombre, ese día, apoyado en la barra de la cantina situada en los bajos del Hotel Grand Smith mientras bebía su tercer güisqui a la espera de la llegada del tren, que en aquel remoto lugar tenía parada con dirección a su nuevo destino.
El salón de la cantina era el típico lugar del Oeste y los parroquianos que en ese momento estaban allí sentados, probablemente también a la espera del ferrocarril, no destacaban mucho de los personajes que la leyenda nos ha traído hasta nuestros días. Grupos de hombres de apariencia muy diversa en lo que a condición social se refiere jugando a las cartas; otros individuos con estampa de comerciantes, también alguna familia de aspecto rural y otros grupos muy diversos. En un rincón un par de clérigos charlaban animadamente.
Todo se desarrollaban en un ambiente tranquilo pero cargado por el humo del tabaco y una musiquilla pegadiza que desde una pianola al fondo del local era tocada magistralmente por un joven pianista negro. Nadie, se supone, podría imaginarse el echo luctuosos que se avecinaba.
En aquel momento alguien entró de manera precipitada en el bar y con voz altanera retó a Postiguet diciéndole.
–¡Por fin te encuentro Postiguet! Es el fin de tus días.
Éste se volvió viendo ante él, de manera provocativa, una figura totalmente enmascarada que, con pose de intentar sacar sus pistolas de las cartucheras seguía diciéndole:
—He tardado mucho tiempo en dar contigo, pero es el momento de dejar de lado tu fama de número uno del Oeste. Desenfunda…
Por un momento pasaron por la imaginación de Postiguet, con la rapidez del rayo, decenas de escenas como esta y viendo al momento también decenas de cadáveres de sus retadores. Ya estaba harto de su fama y de tener que demostrar en cada lugar ser más rápido o ser materia para el enterrador local. Se giró hacia su vaso de güisqui y no quiso hacer caso a la bravata. Pero el visitante no se dio por vencido, y su reto fue más alto, pues sus palabras ya resultaban insultantes además de provocativas.
—¡Ahí lo tiene todos ustedes! Postiguet, el más rápido con el revólver de todo el Oeste, pero el más cobarde que huye ante un reto. Si eres un hombre, sal a la calle, ahí te espero.
Todas las miradas iban de uno a otro. Las murmuraciones no se hicieron esperar, y Postiguet, sin inmutarse, sacó unas monedas que dejó en el mostrador y girándose lentamente se dirigió a la puerta de la calle. El personal que había en el salón se arremolinó, acercándose a las ventanas que daban su vista a la explanada frente al Hotel.
Postiguet bajó los tres escalones que separaban el edificio del suelo. Se plantó mirando al enmascarado con mirada fría y también desafiante, y lentamente, con una lentitud pasmosa fue acercándose a su provocador. Sus brazos totalmente perpendiculares al torso y sus manos entreabiertas dispuestas a sacar de su funda los revólveres si era necesario.
El enmascarado sonrió. Vio su gran oportunidad de colocarse en lo más alto de la fama de aquellos contornos, pues estaba seguro de la velocidad de sus manos y la agilidad de sus dedos apretando el gatillo. No quería ponerse nervioso porque los nervios podrían traicionarle y jugarle una mala pasada retrasando una milésima de segundo el disparo, pero la pasividad de Postiguet mientras caminaba a su encuentro lo traicionó, hizo el gesto de sacar sus pistolas para disparar, pero Postiguet tenía esa fama bien ganada, y milésimas de segundo antes de que el enmascarado pudiera disparar, ya tenía éste dos balas en su cuerpo; dos balas que le ocasionaron la muerte.
Todos los parroquianos del salón salieron a la calle y vieron cómo Postiguet se agachaba ante aquella figura enmascarada y de un fuerte tirón arrancó la grotesca máscara.
Postiguet, como empujado por un resorte se puso en pié quedándose petrificado. Sus manos dejaron caer al suelo los revólveres de cuyo interior salieron las balas mortíferas, y en un tono de voz entre lastimero y entrecortado como un gemido dijo así:
—Tomb, Tomb. Mi pequeña Tomb, ¿por qué? ¿por qué?...
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
LE LLAMABAN POSTIGUETLe llamaban Postiguet, y a decir de muchos era el más rápido de todo el Oeste americano disparando su revólver. Era tal su fama que siempre era perseguido por todas partes por otros pistoleros, también rápidos, ante el anhelo de situarse en el primer lugar del ranking que él ostentaba, no dudado, para ello, retarle y darle muerte..
Se encontraba nuestro hombre, ese día, apoyado en la barra de la cantina situada en los bajos del Hotel Grand Smith mientras bebía su tercer güisqui a la espera de la llegada del tren, que en aquel remoto lugar tenía parada con dirección a su nuevo destino.
El salón de la cantina era el típico lugar del Oeste y los parroquianos que en ese momento estaban allí sentados, probablemente también a la espera del ferrocarril, no destacaban mucho de los personajes que la leyenda nos ha traído hasta nuestros días. Grupos de hombres de apariencia muy diversa en lo que a condición social se refiere jugando a las cartas; otros individuos con estampa de comerciantes, también alguna familia de aspecto rural y otros grupos muy diversos. En un rincón un par de clérigos charlaban animadamente.
Todo se desarrollaban en un ambiente tranquilo pero cargado por el humo del tabaco y una musiquilla pegadiza que desde una pianola al fondo del local era tocada magistralmente por un joven pianista negro. Nadie, se supone, podría imaginarse el echo luctuosos que se avecinaba.
En aquel momento alguien entró de manera precipitada en el bar y con voz altanera retó a Postiguet diciéndole.
–¡Por fin te encuentro Postiguet! Es el fin de tus días.
Éste se volvió viendo ante él, de manera provocativa, una figura totalmente enmascarada que, con pose de intentar sacar sus pistolas de las cartucheras seguía diciéndole:
—He tardado mucho tiempo en dar contigo, pero es el momento de dejar de lado tu fama de número uno del Oeste. Desenfunda…
Por un momento pasaron por la imaginación de Postiguet, con la rapidez del rayo, decenas de escenas como esta y viendo al momento también decenas de cadáveres de sus retadores. Ya estaba harto de su fama y de tener que demostrar en cada lugar ser más rápido o ser materia para el enterrador local. Se giró hacia su vaso de güisqui y no quiso hacer caso a la bravata. Pero el visitante no se dio por vencido, y su reto fue más alto, pues sus palabras ya resultaban insultantes además de provocativas.
—¡Ahí lo tiene todos ustedes! Postiguet, el más rápido con el revólver de todo el Oeste, pero el más cobarde que huye ante un reto. Si eres un hombre, sal a la calle, ahí te espero.
Todas las miradas iban de uno a otro. Las murmuraciones no se hicieron esperar, y Postiguet, sin inmutarse, sacó unas monedas que dejó en el mostrador y girándose lentamente se dirigió a la puerta de la calle. El personal que había en el salón se arremolinó, acercándose a las ventanas que daban su vista a la explanada frente al Hotel.
Postiguet bajó los tres escalones que separaban el edificio del suelo. Se plantó mirando al enmascarado con mirada fría y también desafiante, y lentamente, con una lentitud pasmosa fue acercándose a su provocador. Sus brazos totalmente perpendiculares al torso y sus manos entreabiertas dispuestas a sacar de su funda los revólveres si era necesario.
El enmascarado sonrió. Vio su gran oportunidad de colocarse en lo más alto de la fama de aquellos contornos, pues estaba seguro de la velocidad de sus manos y la agilidad de sus dedos apretando el gatillo. No quería ponerse nervioso porque los nervios podrían traicionarle y jugarle una mala pasada retrasando una milésima de segundo el disparo, pero la pasividad de Postiguet mientras caminaba a su encuentro lo traicionó, hizo el gesto de sacar sus pistolas para disparar, pero Postiguet tenía esa fama bien ganada, y milésimas de segundo antes de que el enmascarado pudiera disparar, ya tenía éste dos balas en su cuerpo; dos balas que le ocasionaron la muerte.
Todos los parroquianos del salón salieron a la calle y vieron cómo Postiguet se agachaba ante aquella figura enmascarada y de un fuerte tirón arrancó la grotesca máscara.
Postiguet, como empujado por un resorte se puso en pié quedándose petrificado. Sus manos dejaron caer al suelo los revólveres de cuyo interior salieron las balas mortíferas, y en un tono de voz entre lastimero y entrecortado como un gemido dijo así:
—Tomb, Tomb. Mi pequeña Tomb, ¿por qué? ¿por qué?...
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
A EL POSTIGUET le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb escribió:Qué bueno Posti, gracias otra vez. Yo también tengo un hilo propio y en mi último mensaje sales tú. https://www.elforonuevo.com/t61p250-vinetas-para-un-foro-nuevo#49029
¡Muchas gracias! No lo había visto porque no hay tiempo para verlo todo. Muy original también el uso de las viñetas.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
SANTA CRUZ - MI BARRIO
Esta barriada es el origen de la ciudad, una ciudad pequeña que no sobrepasa hoy los 400.000 habitantes, y que en ella han morado fenicios, cartagineses, griegos, romanos, árabes… pues su historia es muy prolongada. Hoy, todavía, cuando el ajetreo de la ciudad es tremendo cualquier día de la semana, acercarse a él (si es que se tiene fuerzas para ascender tantas escalinatas) y pasearse por esas calles silenciosas, solamente roto el silencio por alguna voz femenina que canta una coplilla mientas adecenta su casa, y mirar desde su gran balconada la mar allí enfrente, tan cerca que casi se la puede acariciar, y todo bañado por el sol mediterráneo, es una delicia.
Barrio hoy casi igual que ayer pero distinto. Sus habitantes actuales pertenecen a diversas nacionalidades, y muy pocos lo son de origen, y no obstante conservan las tradiciones que vieron en éstos. Era un barrio de marineros, calafates y estibadores portuarios. Casi desde sus viviendas podían tocar la mar, y aquellos hombres se afanaban rápidamente a bajar al puerto cuando un buque de carga entraba a dejar sus mercancías en sus explanadas, o recoger las locales, especialmente el vino, que después acarrearían a tantas y tantas partes del mundo. Desde el puerto sonaba una sirena que inundaba casi la ciudad con su estridente sonido, y el ir y venir de hombres en dirección a la descarga y carga de mercancías era un espectáculo.
Barrio que ha sido pintado en óleos y acuarelas por muchísimos pintores de medio mundo. Barrio que se han llevado a todas partes las Kónica o Canon de tantos turistas impreso en su celuloide antaño y ahora en su disco de memoria, y Barrio al que le guardo mucho cariño y nostalgia.
¡Qué pena no poder seguir jugando por sus callejas con los amigos de la infancia! ¡Qué pena no poder hacer aquellas travesuras y chiquilladas! ¡Qué pena no poder recibir las reprimendas, y algún cachete que otro, de nuestra madre! y qué pena no poder repetir aquel beso robado a aquella muchacha de trenzas que tanto te gustaba.
Pero mi Barrio sigue ahí, humilde pero orgulloso de tanta historia recorrida, y ni tormentas, vientos, huracanes o tantos otros fenómenos atmosféricos, ni tampoco guerras, invasiones y otras torpezas humanas, han podido con él.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
TOMB Y EL FANTASMA DEL CASTILLO ESCOCÉS
Una vez instalados allí nunca lo vimos, esto es verdad, pero lo notamos muchas veces pues por todas partes merodeaba. El primer día ya nos dio la bienvenida cuando antes de la cena, sentados junto al agradable fuego de la chimenea, comenzamos a ver que los altos cortinajes se movían; que la luz de algunas lámparas se encendían y apagaban, incluso una armadura, colocada en un rincón, cambió de lugar y postura, pero cuando nos volvíamos al oír algún ruido, nunca lo pudimos ver, sin embargo una sonora carcajada dejaba escapar el muy bribón por toda la estancia.
Durante la cena siguió con las suyas, comenzó a cambiar determinadas cosas de sito, un candelabro, un cuadro, una ballesta colocada en una pared... Mi esposa, tan dada a lo snob, exclamó muy ilusionada:
—Señor fantasma, espere un momento que voy por mi cámara de fotos y quisiera inmortalizarle con mi Canon.
¿Inmortalizar a un muerto?, qué mujer ésta, pensé, mientras le decía:
—Mira, Tomb, que los fantasmas son invisibles y en tu cámara no lo vas a registrar.
—No lo creas, tengo el presentimiento que este fantasma es muy simpático y se dejará ver para que la envidiosa de tu hermana se “chinche” de envidia cuando vea nuestras fotos.
Efectivamente Tomb salió precipitada hacia su alcoba para coger la cámara fotográfica, y al poco rato, cámara preparada, esperaba que el fantasma nos visitara nuevamente. Pero no, por mucho que se impacientó, el fantasma esa noche no quiso visitarnos de nuevo. Terminamos de cenar y nos marchamos al dormitorio, y pese a todo lo ocurrido, descansamos muy bien.
Al día siguiente, cosa rara en aquellos parajes, un espléndido sol comenzó a traspasar los cortinajes de las ventanas. Nos levantamos y una vez desayunados nos decidimos hacer una excursión a pie por alrededor del lago. En un momento de descanso, sentados junto a un enorme tronco y respaldados por unas exuberantes dalias, Tomb dio un grito, alguien, seguramente el fantasma, le dio un pequeño tirón de su cabellera, tan preciada para ella pues la cuidaba como a la niña de sus ojos. Y otra vez una sonora carcajada volvimos a escuchar dejándose ir por todo el bosque. Por más que buscamos por todas partes, al fantasma nunca lo vimos, ni rastro de él. Reanudamos la marcha entre la espesura del bosque, y cada pocos pasos, desde la hojarasca de los castaños, alguien dejaba caer sobre nuestras cabezas cosas extrañas: un trozo de tela, un ramillete de flores secas, unas hojas de periódico, una muñeca de trapo viejísima... seguramente era el fantasma juguetón.
Esa misma noche, mientras dormíamos plácidamente, fuimos despertados bruscamente, pues por el pasillo de las habitaciones el ruido de unas cadenas arrastrándose por el suelo nos sobresaltó. Con una alegría inusitada Tomb cogió su cámara de fotos y salió al pasillo para fotografiarle, y otra nueva desilusión, del fantasma no había ni rastro, salvo una muy insignificante: un trozo de tela blanco deshilachado y enganchado en una saliente de un viejo mueble y unos gotones de cera aún caliente en el parquet.
Durante varios días cosas similares nos ocurrieron. El fantasma —caso de ser él— no pasaba de un alarido ensordecedor, un tirón de pelo al pasar por una esquina, un diario que dejas junto a ti y aparecía tirado bruscamente en el suelo, mi apreciada cachimba que un día la escondió debajo de mi almohada, las gafas de mi mujer que las cambiaba de lugar, unos toques secos y fuertes en la puerta de la habitación, o la cámara de fotos que en una ocasión la escondió en el lavabo… en definitiva chiquilladas. Tanto es así que llegué a pensar el cambio tan radical que los fantasmas han dado en este siglo, pues ya no causan el terror que daban otrora. ¿Quién no se ha estremecido sólo de pensar en la aparición de un fantasma en una noche de tormenta?, pero ahora solo se dedican a bromas insignificantes… Tomb sufrió una gran decepción en aquel viaje, no vimos al monstruo del lago Ness, salvo uno de bronce en la explanada de un restaurante y no pudo sacar ni una mísera foto del juguetón fantasma. La verdad —me dijo— que tu hermana no creerá lo del fantasma y nos tomará por tontos cuando se lo contemos.
La última noche, como teníamos que salir muy pronto al día siguiente hacia el aeropuerto, decidimos dejar las maletas casi cerradas, y entonces el fantasma comenzó a juguetear más de la cuenta. Mientras estábamos de espaldas sacaba de las maletas las camisas, los calcetines, los pijamas y todo cuanto le apetecía, y lo peor es que los escampaba por el suelo.
Tomb llegó a malhumorarse, coge esto, recoge lo otro, este camisón tirado a los pies de la cama, o la luz de las lámparas apagándose y encendiéndose... o el grifo de la bañera que estaba cerrado y de repente se abría... y qué decir cuando los zapatos de mi esposa desaparecieron y los encontramos en el salón junto a la chimenea. ¡Qué noche nos dio el condenado!
Al día siguiente salimos temprano del Castillo y antes de subir al taxi que nos llevaría al aeropuerto, me acerqué a lo que antaño fuese la caseta del guarda, hoy las oficinas de cobro a los huéspedes, para pagar el importe de nuestra estancia. Pagada la factura saqué de mi bolsillo unas cuantas libras y se las di al Conserje como propina y agradecimiento.
—¿Qué tal lo hice, señor? —me dijo éste.
—Muy bien, puede creerme que mi esposa se va convencida de que efectivamente hay un fantasma en el Castillo, pero lleve más cuidado con otros huéspedes, hubo un momento en que casi se da cuenta de la verdad, cuando se pasó de la raya anoche escampando nuestras pertenencias por la habitación, pues se hubiese llevado una gran decepción de saber que era usted.
—Lo tendré en cuenta, señor —y con una sonrisa maliciosa y un guiño de ojos nos despedimos.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A EsquizOfelia y a Tomb les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
HOY HE BESADO A TOMB
Hacía algo más de diez años que, por circunstancias que no vienen al caso, tuve que marchar con mis padres a un país muy lejano de mi tierra. Yo contaba con apenas once años, y hoy, rebasados los veintiuno, vuelvo al reencuentro de mi pueblo y poder abrazar a mi abuela que tanto hecho de menos, a mis amigos de la infancia y a Tomb, la que nunca olvidé.
Soy de una pequeñísima población de Tarragona, una zona agrícola donde las masías se enseñorean del paisaje. La nuestra, nuestra masía, llamada la dels Forners, la he encontrado tan bonita como la dejé y como soñaba con ella, y allí, mi abuela Marieta sigue siendo la reina del lugar. Todos sus cinco hijos han abandonado la masía, pero ella allí resiste, y “no se la llevarán a otro lugar —dice— que no sea el camposanto”. Vive con sus recuerdos y vive feliz.
Hoy, el primer día que estoy con ella, todo son atenciones, me ve más guapo, por supuesto todo un hombre y no aquel nen canijo siempre revoltoso e indómito. La abuela me mira y me remira y no para de contarme cosas de las masías vecinas, de mis antiguos amigos y sobre todo de Tomb, a la que siempre consideraba como mi novia.
De Tomb me ha dicho que es hoy una guapísima mujer, ya ronda los veinte años y tiene muchos pretendientes, pero que se rumorea que Felipe, el hijo mayor de los Puig, de la masía Braunegre, parece ser el afortunado. Son dos masías colindantes que los padres de ambos quieren unir.
Mañana —le he dicho a la abuela Marieta— iré a hacer una visita a Tomb.
A la mañana siguiente me dirigí hacia la masía Braunegre, para saludar a los padres de Tomb, y por supuesto a ésta. Al llegar cerca de la masía, un par de perros con cara de pocos amigos se acercaron a mí con fuertes ladridos, y allí, en el porche de la casa, una figura femenina los llamaba insistentemente y los calmaba. Con forme me fui acercando mi corazón me decía que era Tomb, y así fue. Ella se quedó sorprendida pues de mi regreso nadie sabía nada en la población y según me contó luego algo le dijo en su corazón que aquella figura que se acercaba era la de su antiguo amigo. Tan pronto se cercioró que así era vino hacia mí con los brazos extendidos y una alegría en su cara que me estremeció de felicidad. Nos agarramos de las manos sin poder decir una sola palabra, y en un acto impulsivo nos abrazamos en un abrazo eterno y fugaz a la vez.
Nos contamos un millón de cosas y nos referimos a los tiempos en que yo la llamaba mi novia, y reímos como dos chiquillos, y nos inundamos de felicidad. No quise preguntarle por lo narrado por mi abuela en lo referente a su compromiso con Felipe, porque entendí que no era el momento oportuno. Después de saludar a sus padres y ser invitado para ir a comer a su casa el domingo siguiente, Tomb y yo quedamos en vernos al otro día y recorrer los andurriales que tanto habíamos recorrido en nuestros juegos de niños.
En una loma cercana un viejo caserón dominaba toda la comarca. Fue una especie de castillo feudal hoy muy deteriorado que, nosotros, cuando niños, y supongo los niños de ahora, visitábamos no sin cierto temor, pues habían muchas leyendas sobre apariciones de seres infernales, se supone que ideas inventadas por las madres para evitar nuestras visitas ante el peligro de derrumbe que la construcción presentaba.
En nuestra primera cita pasamos cerca de la vieja construcción mientras recordábamos tiempos juveniles. Y entre risas y añoranzas nos acercamos a la puerta principal. Tomb insinuó entrar en ella, y yo, justo es reconocerlo, vi una oportunidad muy buena para poder hacer lo que más deseaba en esos momentos, besarla apasionadamente entre aquellas paredes y en aquel lugar tan solitario tantas veces recorrido.
Entramos con cierto temor, pues los diez años transcurridos había deteriorado mucho más la casa; la puerta cedió y pasamos al interior. La oscuridad era total pues los ventanales estaban cerrados. Quise abrir uno pero me fue imposible, y mientras nos dirigíamos a la escalera central que daba acceso al piso superior, Tomb se acercó a mí, y el contacto de su cuerpo aún encendió más mis ansias de estrecharla y besarla. Subimos con precaución y allí fuimos sorprendidos por una avalancha de pájaros, suponía que murciélagos o “ratpenats” como se les conoce en la comarca. Comenzaron a revolotear cerca de nosotros casi rodeándonos y emitiendo unos sonidos estremecedores. Eran centenares y, para ser sincero, me asusté. Tomb, también, por supuesto, o al menos así lo creí. Se abrazó a mí y esta vez no dudé en besarla. Nuestros labios se unieron y con nuestras manos fuimos acariciando nuestros cuerpos al unísono.
Los “ratpenats” aún comenzaron a gritar con más fuerza y su revuelo era tan cerca de nosotros que nos rozaban. Tanto era así que alguno comenzó a picotearme y en un gesto de rabia los fui rechazando con mis manos y braceando. Mientras los rechazaba oí a Tomb que me dijo: —¡No, por favor, no les hagas nada malo!
La gran sorpresa de mi vida es que al volverme para mirarla, Tomb ya no tenía ese pelo rubio que tanto me fascinaba, ni sus ojos eran verde mar como los había visto sólo hacía unos segundos, Tomb, mi Tomb, mi novia de niño, tenía la cara igual como aquellos horribles pajarracos, Tomb era un murciélago, un ratpenat...
Creo que la impresión me volvió loco y salí de la estancia atemorizado, al bajar las escaleras en dirección a la calle tropecé con un gran espejo que había junto a la puerta de entrada, y me vi reflejado en él. Me vi, y ojalá no me hubiera visto nunca, pues mi cara era también la de un murciélago, la de un ratpenat.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb escribió:
Tomb tienes algo que atraes a la tercera edad ¿te acuerdas de Seneca?
Saludos
_________________
Tropezar una vez no es malo, encariñarse con la piedra sí.
daniel- Mensajes : 2504
Fecha de inscripción : 11/12/2020
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Mis felicitaciones!!!
Violetta- Mensajes : 4011
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Localización : México
A Tomb le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
daniel escribió:Tomb escribió:
Tomb tienes algo que atraes a la tercera edad ¿te acuerdas de Seneca?
Saludos
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
MI LOCO AMOR HACIA TOMB
Era una finca hermosa, construida en el centro de una gran arboleda. Para mí, que llegaba de las tierras resecas y cálidas del Este, el frescor de aquella mansión de piedra y su entorno, donde un riachuelo la bañaba, me pareció el Edén.
Una vez conocido a sus padres y acompañarme Ernesto a lo que sería mi habitación, decidí tomarme un baño y mudarme para la cena y conocer a su hermano menor y a su hermana Tomb.
Terminado el baño, y mientras me vestía, mirándome en el gran espejo que había en la habitación para anudar mi corbata, pude contemplar algo completamente extraño. A mis espaldas, según observé en el espejo, una puerta estaba a medio cerrar; daba a una habitación y en ella comprobé horrorizado que un hombre alto, fornido, de anchas espaldas, con sus manos apretaba el cuello de una joven de cabellera rubia, cuyos ojos azulados se salían de las órbitas debido al estrangulamiento que estaba padeciendo. Me volví rápidamente y comprobé que a mis espaldas no había puerta alguna, lo que había era un enorme armario, el mismo armario donde antes había colocado yo mis pertenencias.
Quedé muy sorprendido pues la imagen de la puerta y los personajes los vi con total claridad. Intenté mover el armario para ver qué había detrás, cuando mi amigo Ernesto llamó a la puerta y entró, quedándose sorprendido de mi acción. Le pregunté qué estancia había en la otra parte del armario, y me respondió que una habitación, y que era, precisamente, la de su hermana Tomb. Le pregunté si había alguna puerta que comunicara las dos estancias oculta tras el armario que yo intentaba deslizar. Y me dijo que no. Le pregunté si Tomb era rubia y me dijo: “después lo comprobarás”. Y ya no hablamos más del asunto pese a su extrañeza y mi estupor.
Pues sí, después durante la cena lo comprobé, Tomb era rubia, sus ojos eran azules y era, sin lugar a dudas, la mujer que yo vi cómo era estrangulada. Y Tomb me presentó a su marido, un hombre alto, fornido, deportista amateur de balonmano, de anchas espaldas y cuyo perfil físico era exactamente el de aquel que con sus enormes manos apretaba el cuello de la joven.
Si horrorizado me quedé al contemplar la escena vista a través del espejo, perplejo me quedé al comprobar que ambas personas, que yo jamás había visto, coincidían con aquella terrible visión.
Durante los días que duró mi estancia en casa de mi amigo intenté quitar de mi mente la escena, pero me era imposible lograrlo porque no entendía cómo puede ver algo que no ocurrió y cómo puede ver el rostro de dos personas reales, que estaban junto a mí, y que yo con anterioridad jamás conocí. Y hay otra cosa más grave, me enamoré locamente de Tomb.
Yo soy un hombre que no cree en premoniciones, supersticiones, hechicerías y bobadas de ese estilo, pero ese amor que nació en mí hacia Tomb comenzó a crear en mi interior un fuerte desasosiego. ¿Y si efectivamente es una premonición? ¿Y si ha sido un aviso para que la salve del peligro que se le avecina? Me entraron unas ganas locas de narrarle lo acontecido, pero por otra parte pensé que haría un ridículo espantoso ¿Quién en su sano juicio podría creerme? Por otra parte, si Tomb comprendiera que me estaba enamorando perdidamente de ella, pudiera entender, si se lo explicaba, que era una maniobra sucia para colocar en ella la duda y contribuir a que su matrimonio, que parecía muy feliz, se destruyera.
Así pasaron los días de verano, y tuve que marcharme. Me despedí muy triste en mi interior porque ya el amor hacia Tomb era un tormento; porque creí que mi visión sucedería, y porque yo no tuve el coraje de decírselo a ella y a los demás.
Por diversas circunstancias, Ernesto y yo al siguiente año dejamos de vernos asiduamente. Él marchó a Barcelona donde encontró un excelente trabajo en una multinacional de la cosmética y yo me trasladé a Granada a continuar mis estudios de medicina, en la especialidad que siempre me gustó: la especialidad deportiva. No obstante nos carteábamos y nos llamábamos por teléfono. Un día supe por él que el esposo de Tomb, llamado Juan Miguel, había fallecido en un accidente automovilístico. Tomb, que lo acompañaba quedó ilesa, salvo unas pequeñas magulladuras sin importancia.
El suceso me dio motivos para visitarla y saludar con mi pésame al resto de la familia. Pude darme cuenta que el amor que nació seguía vivo, y es que, efectivamente, nunca dejé de pensar en ella. Ahora, muerto su esposo, entendí que la premonición era un absurdo, y que mi imaginación era la que me hizo ver aquella habitación que tras el muro existía. Me sentí feliz, he de decirlo; feliz porque Tomb ya no corría peligro, y feliz porque ya tenía el campo libre para expresarle mi amor.
Para no extenderme demasiado en este relato, diré que dos años después Tomb y yo nos casábamos. Y que jamás le dije nada sobre aquella visión que tanto me atormentó.
Mi amor por Tomb fue creciendo hasta la exageración o adoración. Sin embargo en ella el tiempo la fue cambiando; la falta de uno o varios hijos que nos fue imposible lograr; mi dedicación total a la medicina; el tiempo que estábamos separados por el trabajo; por lo que fuere… el caso es que fui notando cómo el amor de Tomb hacia mí, en vez de crecer, fue menguando, si es que alguna vez, amor, amor, existió.
Por mi cabeza pasaron varias locas ideas, incluso la de sospechar que me engañaba, que había otro hombre que hizo que su amor hacia mi desapareciera. Y mi desasosiego iba en aumento. Cuanto más yo la interrogaba sobre estas cuestiones, ella más lo negaba, y en su semblante hacia mi asomaba el desprecio por mis celos. Aquello era imposible soportarlo, mi pasión hacia ella aumentaba día tras día, y ella hacia mí cada día se mostraba más distante, cada día más fría. Pequeña discusiones al principio nos condujeron a discusiones muy tormentosas; si al principio lloraba ante mis injustificadas acusaciones, ahora ella se envalentonaba y en su desprecio me insultaba por mi necedad, y por mi desconfianza. Y, probablemente, merecedor yo de todo ello, un día me dijo que no me amaba, que el amor había desaparecido de su corazón, y en él, hacia mí, solamente había odio.
Me abalance sobre ella, y con mis fuertes manos apreté su fino cuello; su cabellera rubia en el intento de escapar de mí se agitaba como si una fuerte brisa marina la acariciara, y sus ojos de un azul intensísimo, se salían de sus órbitas. Sí, efectivamente aquello que vi hace años fue una premonición, pero aquel salvaje criminal que vi reflejado en el espejo de aquella habitación de la finca El Encinar, no era Juan Miguel, era yo.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna, Tomb y a Giordano Bruno de Nola les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
MI LOCO AMOR HACIA TOMBMi amigo Ernesto, aquel verano de 19.. tuvo la gentileza de invitarme a pasar unos días en la finca de sus padres, El Encinar, situada en la provincia de Segovia.
Era una finca hermosa, construida en el centro de una gran arboleda. Para mí, que llegaba de las tierras resecas y cálidas del Este, el frescor de aquella mansión de piedra y su entorno, donde un riachuelo la bañaba, me pareció el Edén.
Una vez conocido a sus padres y acompañarme Ernesto a lo que sería mi habitación, decidí tomarme un baño y mudarme para la cena y conocer a su hermano menor y a su hermana Tomb.
Terminado el baño, y mientras me vestía, mirándome en el gran espejo que había en la habitación para anudar mi corbata, pude contemplar algo completamente extraño. A mis espaldas, según observé en el espejo, una puerta estaba a medio cerrar; daba a una habitación y en ella comprobé horrorizado que un hombre alto, fornido, de anchas espaldas, con sus manos apretaba el cuello de una joven de cabellera rubia, cuyos ojos azulados se salían de las órbitas debido al estrangulamiento que estaba padeciendo. Me volví rápidamente y comprobé que a mis espaldas no había puerta alguna, lo que había era un enorme armario, el mismo armario donde antes había colocado yo mis pertenencias.
Quedé muy sorprendido pues la imagen de la puerta y los personajes los vi con total claridad. Intenté mover el armario para ver qué había detrás, cuando mi amigo Ernesto llamó a la puerta y entró, quedándose sorprendido de mi acción. Le pregunté qué estancia había en la otra parte del armario, y me respondió que una habitación, y que era, precisamente, la de su hermana Tomb. Le pregunté si había alguna puerta que comunicara las dos estancias oculta tras el armario que yo intentaba deslizar. Y me dijo que no. Le pregunté si Tomb era rubia y me dijo: “después lo comprobarás”. Y ya no hablamos más del asunto pese a su extrañeza y mi estupor.
Pues sí, después durante la cena lo comprobé, Tomb era rubia, sus ojos eran azules y era, sin lugar a dudas, la mujer que yo vi cómo era estrangulada. Y Tomb me presentó a su marido, un hombre alto, fornido, deportista amateur de balonmano, de anchas espaldas y cuyo perfil físico era exactamente el de aquel que con sus enormes manos apretaba el cuello de la joven.
Si horrorizado me quedé al contemplar la escena vista a través del espejo, perplejo me quedé al comprobar que ambas personas, que yo jamás había visto, coincidían con aquella terrible visión.
Durante los días que duró mi estancia en casa de mi amigo intenté quitar de mi mente la escena, pero me era imposible lograrlo porque no entendía cómo puede ver algo que no ocurrió y cómo puede ver el rostro de dos personas reales, que estaban junto a mí, y que yo con anterioridad jamás conocí. Y hay otra cosa más grave, me enamoré locamente de Tomb.
Yo soy un hombre que no cree en premoniciones, supersticiones, hechicerías y bobadas de ese estilo, pero ese amor que nació en mí hacia Tomb comenzó a crear en mi interior un fuerte desasosiego. ¿Y si efectivamente es una premonición? ¿Y si ha sido un aviso para que la salve del peligro que se le avecina? Me entraron unas ganas locas de narrarle lo acontecido, pero por otra parte pensé que haría un ridículo espantoso ¿Quién en su sano juicio podría creerme? Por otra parte, si Tomb comprendiera que me estaba enamorando perdidamente de ella, pudiera entender, si se lo explicaba, que era una maniobra sucia para colocar en ella la duda y contribuir a que su matrimonio, que parecía muy feliz, se destruyera.
Así pasaron los días de verano, y tuve que marcharme. Me despedí muy triste en mi interior porque ya el amor hacia Tomb era un tormento; porque creí que mi visión sucedería, y porque yo no tuve el coraje de decírselo a ella y a los demás.
Por diversas circunstancias, Ernesto y yo al siguiente año dejamos de vernos asiduamente. Él marchó a Barcelona donde encontró un excelente trabajo en una multinacional de la cosmética y yo me trasladé a Granada a continuar mis estudios de medicina, en la especialidad que siempre me gustó: la especialidad deportiva. No obstante nos carteábamos y nos llamábamos por teléfono. Un día supe por él que el esposo de Tomb, llamado Juan Miguel, había fallecido en un accidente automovilístico. Tomb, que lo acompañaba quedó ilesa, salvo unas pequeñas magulladuras sin importancia.
El suceso me dio motivos para visitarla y saludar con mi pésame al resto de la familia. Pude darme cuenta que el amor que nació seguía vivo, y es que, efectivamente, nunca dejé de pensar en ella. Ahora, muerto su esposo, entendí que la premonición era un absurdo, y que mi imaginación era la que me hizo ver aquella habitación que tras el muro existía. Me sentí feliz, he de decirlo; feliz porque Tomb ya no corría peligro, y feliz porque ya tenía el campo libre para expresarle mi amor.
Para no extenderme demasiado en este relato, diré que dos años después Tomb y yo nos casábamos. Y que jamás le dije nada sobre aquella visión que tanto me atormentó.
Mi amor por Tomb fue creciendo hasta la exageración o adoración. Sin embargo en ella el tiempo la fue cambiando; la falta de uno o varios hijos que nos fue imposible lograr; mi dedicación total a la medicina; el tiempo que estábamos separados por el trabajo; por lo que fuere… el caso es que fui notando cómo el amor de Tomb hacia mí, en vez de crecer, fue menguando, si es que alguna vez, amor, amor, existió.
Por mi cabeza pasaron varias locas ideas, incluso la de sospechar que me engañaba, que había otro hombre que hizo que su amor hacia mi desapareciera. Y mi desasosiego iba en aumento. Cuanto más yo la interrogaba sobre estas cuestiones, ella más lo negaba, y en su semblante hacia mi asomaba el desprecio por mis celos. Aquello era imposible soportarlo, mi pasión hacia ella aumentaba día tras día, y ella hacia mí cada día se mostraba más distante, cada día más fría. Pequeña discusiones al principio nos condujeron a discusiones muy tormentosas; si al principio lloraba ante mis injustificadas acusaciones, ahora ella se envalentonaba y en su desprecio me insultaba por mi necedad, y por mi desconfianza. Y, probablemente, merecedor yo de todo ello, un día me dijo que no me amaba, que el amor había desaparecido de su corazón, y en él, hacia mí, solamente había odio.
Me abalance sobre ella, y con mis fuertes manos apreté su fino cuello; su cabellera rubia en el intento de escapar de mí se agitaba como si una fuerte brisa marina la acariciara, y sus ojos de un azul intensísimo, se salían de sus órbitas. Sí, efectivamente aquello que vi hace años fue una premonición, pero aquel salvaje criminal que vi reflejado en el espejo de aquella habitación de la finca El Encinar, no era Juan Miguel, era yo.
Sacando fuerzas de flaqueza, Tomb consiguió zafarse de su abrazo mortal y le propinó tremenda patada en salvas sean sus partes. Echó a correr hasta llegar a las puertas de un edificio azul, era el ForoNuevo, un gran templo que se había construido hacía poco, consiguió entrar y con todas sus fuerzas gritó: ME ACOJO A SAGRADO!!
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
A MagAnna y a daniel les gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb escribió:EL POSTIGUET escribió:
MI LOCO AMOR HACIA TOMBMi amigo Ernesto, aquel verano de 19.. tuvo la gentileza de invitarme a pasar unos días en la finca de sus padres, El Encinar, situada en la provincia de Segovia.
Era una finca hermosa, construida en el centro de una gran arboleda. Para mí, que llegaba de las tierras resecas y cálidas del Este, el frescor de aquella mansión de piedra y su entorno, donde un riachuelo la bañaba, me pareció el Edén.
Una vez conocido a sus padres y acompañarme Ernesto a lo que sería mi habitación, decidí tomarme un baño y mudarme para la cena y conocer a su hermano menor y a su hermana Tomb.
Terminado el baño, y mientras me vestía, mirándome en el gran espejo que había en la habitación para anudar mi corbata, pude contemplar algo completamente extraño. A mis espaldas, según observé en el espejo, una puerta estaba a medio cerrar; daba a una habitación y en ella comprobé horrorizado que un hombre alto, fornido, de anchas espaldas, con sus manos apretaba el cuello de una joven de cabellera rubia, cuyos ojos azulados se salían de las órbitas debido al estrangulamiento que estaba padeciendo. Me volví rápidamente y comprobé que a mis espaldas no había puerta alguna, lo que había era un enorme armario, el mismo armario donde antes había colocado yo mis pertenencias.
Quedé muy sorprendido pues la imagen de la puerta y los personajes los vi con total claridad. Intenté mover el armario para ver qué había detrás, cuando mi amigo Ernesto llamó a la puerta y entró, quedándose sorprendido de mi acción. Le pregunté qué estancia había en la otra parte del armario, y me respondió que una habitación, y que era, precisamente, la de su hermana Tomb. Le pregunté si había alguna puerta que comunicara las dos estancias oculta tras el armario que yo intentaba deslizar. Y me dijo que no. Le pregunté si Tomb era rubia y me dijo: “después lo comprobarás”. Y ya no hablamos más del asunto pese a su extrañeza y mi estupor.
Pues sí, después durante la cena lo comprobé, Tomb era rubia, sus ojos eran azules y era, sin lugar a dudas, la mujer que yo vi cómo era estrangulada. Y Tomb me presentó a su marido, un hombre alto, fornido, deportista amateur de balonmano, de anchas espaldas y cuyo perfil físico era exactamente el de aquel que con sus enormes manos apretaba el cuello de la joven.
Si horrorizado me quedé al contemplar la escena vista a través del espejo, perplejo me quedé al comprobar que ambas personas, que yo jamás había visto, coincidían con aquella terrible visión.
Durante los días que duró mi estancia en casa de mi amigo intenté quitar de mi mente la escena, pero me era imposible lograrlo porque no entendía cómo puede ver algo que no ocurrió y cómo puede ver el rostro de dos personas reales, que estaban junto a mí, y que yo con anterioridad jamás conocí. Y hay otra cosa más grave, me enamoré locamente de Tomb.
Yo soy un hombre que no cree en premoniciones, supersticiones, hechicerías y bobadas de ese estilo, pero ese amor que nació en mí hacia Tomb comenzó a crear en mi interior un fuerte desasosiego. ¿Y si efectivamente es una premonición? ¿Y si ha sido un aviso para que la salve del peligro que se le avecina? Me entraron unas ganas locas de narrarle lo acontecido, pero por otra parte pensé que haría un ridículo espantoso ¿Quién en su sano juicio podría creerme? Por otra parte, si Tomb comprendiera que me estaba enamorando perdidamente de ella, pudiera entender, si se lo explicaba, que era una maniobra sucia para colocar en ella la duda y contribuir a que su matrimonio, que parecía muy feliz, se destruyera.
Así pasaron los días de verano, y tuve que marcharme. Me despedí muy triste en mi interior porque ya el amor hacia Tomb era un tormento; porque creí que mi visión sucedería, y porque yo no tuve el coraje de decírselo a ella y a los demás.
Por diversas circunstancias, Ernesto y yo al siguiente año dejamos de vernos asiduamente. Él marchó a Barcelona donde encontró un excelente trabajo en una multinacional de la cosmética y yo me trasladé a Granada a continuar mis estudios de medicina, en la especialidad que siempre me gustó: la especialidad deportiva. No obstante nos carteábamos y nos llamábamos por teléfono. Un día supe por él que el esposo de Tomb, llamado Juan Miguel, había fallecido en un accidente automovilístico. Tomb, que lo acompañaba quedó ilesa, salvo unas pequeñas magulladuras sin importancia.
El suceso me dio motivos para visitarla y saludar con mi pésame al resto de la familia. Pude darme cuenta que el amor que nació seguía vivo, y es que, efectivamente, nunca dejé de pensar en ella. Ahora, muerto su esposo, entendí que la premonición era un absurdo, y que mi imaginación era la que me hizo ver aquella habitación que tras el muro existía. Me sentí feliz, he de decirlo; feliz porque Tomb ya no corría peligro, y feliz porque ya tenía el campo libre para expresarle mi amor.
Para no extenderme demasiado en este relato, diré que dos años después Tomb y yo nos casábamos. Y que jamás le dije nada sobre aquella visión que tanto me atormentó.
Mi amor por Tomb fue creciendo hasta la exageración o adoración. Sin embargo en ella el tiempo la fue cambiando; la falta de uno o varios hijos que nos fue imposible lograr; mi dedicación total a la medicina; el tiempo que estábamos separados por el trabajo; por lo que fuere… el caso es que fui notando cómo el amor de Tomb hacia mí, en vez de crecer, fue menguando, si es que alguna vez, amor, amor, existió.
Por mi cabeza pasaron varias locas ideas, incluso la de sospechar que me engañaba, que había otro hombre que hizo que su amor hacia mi desapareciera. Y mi desasosiego iba en aumento. Cuanto más yo la interrogaba sobre estas cuestiones, ella más lo negaba, y en su semblante hacia mi asomaba el desprecio por mis celos. Aquello era imposible soportarlo, mi pasión hacia ella aumentaba día tras día, y ella hacia mí cada día se mostraba más distante, cada día más fría. Pequeña discusiones al principio nos condujeron a discusiones muy tormentosas; si al principio lloraba ante mis injustificadas acusaciones, ahora ella se envalentonaba y en su desprecio me insultaba por mi necedad, y por mi desconfianza. Y, probablemente, merecedor yo de todo ello, un día me dijo que no me amaba, que el amor había desaparecido de su corazón, y en él, hacia mí, solamente había odio.
Me abalance sobre ella, y con mis fuertes manos apreté su fino cuello; su cabellera rubia en el intento de escapar de mí se agitaba como si una fuerte brisa marina la acariciara, y sus ojos de un azul intensísimo, se salían de sus órbitas. Sí, efectivamente aquello que vi hace años fue una premonición, pero aquel salvaje criminal que vi reflejado en el espejo de aquella habitación de la finca El Encinar, no era Juan Miguel, era yo.
Sacando fuerzas de flaqueza, Tomb consiguió zafarse de su abrazo mortal y le propinó tremenda patada en salvas sean sus partes. Echó a correr hasta llegar a las puertas de un edificio azul, era el ForoNuevo, un gran templo que se había construido hacía poco, consiguió entrar y con todas sus fuerzas gritó: ME ACOJO A SAGRADO!!
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
Re: Mi vieja Olivetti
UN VIEJO CHISTE POLÍTICO
No crean, los que creen, que los chistes políticos se dan solo ahora. Incluso en la España de la censura el pueblo llano los creaba y los hacía correr.
Este que narro se desarrolla en Sevilla, por la calle Sierpes. Era los tiempos en que un tal Martín Artajo era ministro de Franco, concretamente de Exteriores. Un grupo de falangistas recorrían la concurrida calle sevillana al grito de "¡Franco-Artajo, Franco-Artajo, Franco-Artajo ..!" y un transeúnte, con ese gracejo que tienen algunos andaluces, se dirigió a ellos diciéndoles: ¡No nombre, no, ar Tajo no, ar Guadarquivir que está más cerca"
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Este detalle que narro ahora puede que no aparezca de importancia alguna, pero sí la tiene si lo analizamos. Veamos.
La película “Vacaciones en Roma” (1953) trata de una princesa que visitando la Ciudad Eterna escapa de su Embajada una noche y de la mano de un periodista al que conoce por casualidad, con éste visita los lugares menos aconsejables para su alta dignidad. Pasaré por alto el tema del film, pero sí diré que al final la princesa vuelve a su Embajada y allí es presentada a la sociedad romana y la prensa internacional allí destacada, y ahí llega la discriminación. Quizás porque yo, de antigua descendencia escocesa, no sea un tipo bajito y malhumorado como se piensa del español por esos mundos, y cuando la princesa (Audrey Hepburn) va saludando uno a uno a los distintos corresponsales de prensa internacionales, los cuales dicen su nombre y el diario que representan, son todos de un altura más o menos igual como la de Gregory Peck, el protagonista masculino, y los dos españoles, el del diario ABC de Madrid y La Vanguardia de Barcelona, son dos tipos enclenques, malcarados y bajitos… Esa es la idea que la propia España nacionalista ha ido transmitiendo de ella misma.
Y claro, así resulta que cuando un deportista o atleta español gana un podio, ya es habitual que le pongan un pasodoble o La Macarena en vez del "lo, lo, loooo", el himno llamado nacional… Si es que a España, por la casta política que tiene, además de su negra historia, no se le respeta en ninguna parte. ¿Recuerdan cuando en Europa, a Rajoy, lo colocaban en una esquina para sacar el córner? Y algunos españoles de hoy se creen que España es el ombligo del mundo... ¡qué pena tanta ignorancia de su realidad!, en vez de intentar cambiarla se sostiene y no se enmienda.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
A MagAnna le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb escribió:Bueno, cada cual puede mirar hacia el lado que quiera. España ha ganado los últimos 9 mundiales de motoGP, con eso me quedo.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:Tomb escribió:Bueno, cada cual puede mirar hacia el lado que quiera. España ha ganado los últimos 9 mundiales de motoGP, con eso me quedo.No estoy muy al tanto de las careras de coches y motos, estimada Tomb, y no sé si los corredores corren a nivel personal o representando a una nación o una marca. Salvo en las Olimpiadas creo que en el tenis también es un deporte personal. Es verdad que al pertenecer a una nación puede considerarse que la representan, pero no es esta la base de mi escrito, sino de que España no sabe defender sus intereses y nombre fuera de sus fronteras, y que por muchos motivos, y uno principal es la falta de democracia en su historia, se la tiene poco en cuenta en muchos foros internacionales. Hay más interés en los Gobiernos centrales defender a España dentro de sus límites territoriales, que fuera de ellos, que es donde tendrían que poner más empeño.
¿Y tu que te sientes porque eres un caso raro, eres valenciano y defiendes el catalan, o, mejor dicho su independencia odiando a España, en que nos quedamos español, catalan o valenciano? Que puedes ser lo que quieras, pero aclárate
_________________
Tropezar una vez no es malo, encariñarse con la piedra sí.
daniel- Mensajes : 2504
Fecha de inscripción : 11/12/2020
Re: Mi vieja Olivetti
daniel escribió: en que nos quedamos español, catalan o valenciano? Que puedes ser lo que quieras, pero aclárate
Daniel...
¿Enchufo la picana?
.
EsquizOfelia- Mensajes : 3483
Fecha de inscripción : 06/12/2020
Re: Mi vieja Olivetti
daniel escribió:EL POSTIGUET escribió:Tomb escribió:Bueno, cada cual puede mirar hacia el lado que quiera. España ha ganado los últimos 9 mundiales de motoGP, con eso me quedo.No estoy muy al tanto de las careras de coches y motos, estimada Tomb, y no sé si los corredores corren a nivel personal o representando a una nación o una marca. Salvo en las Olimpiadas creo que en el tenis también es un deporte personal. Es verdad que al pertenecer a una nación puede considerarse que la representan, pero no es esta la base de mi escrito, sino de que España no sabe defender sus intereses y nombre fuera de sus fronteras, y que por muchos motivos, y uno principal es la falta de democracia en su historia, se la tiene poco en cuenta en muchos foros internacionales. Hay más interés en los Gobiernos centrales defender a España dentro de sus límites territoriales, que fuera de ellos, que es donde tendrían que poner más empeño.
¿Y tu que te sientes porque eres un caso raro, eres valenciano y defiendes el catalan, o, mejor dicho su independencia odiando a España, en que nos quedamos español, catalan o valenciano? Que puedes ser lo que quieras, pero aclárate
Notando que usted solo intenta debatir sobre mi persona y sobre mis sentimientos, aunque no me conoce de nada, es un debate que no me interesa por absurdo. No busco ni necesito notoriedad, no quiero protagonismo personal, me repatea las impertinencias de quienes solo buscan pendencias, y ni me interesa quién es usted como persona. Se ha equivocado de calle; ésta, la mía, no acepta trifulcas. Búsquelas por otra parte, y, para no caer en la tentación de respondele de nuevo ante su intentona del enfrentamiento personal, esto es el final por mi parte: queda en ignorado. Ancha es Castilla, dicen, por lo tanto hay muchos caminos para usted y uno para mí, el que he elegido. Que le vaya bien la vida.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:daniel escribió:EL POSTIGUET escribió:Tomb escribió:Bueno, cada cual puede mirar hacia el lado que quiera. España ha ganado los últimos 9 mundiales de motoGP, con eso me quedo.No estoy muy al tanto de las careras de coches y motos, estimada Tomb, y no sé si los corredores corren a nivel personal o representando a una nación o una marca. Salvo en las Olimpiadas creo que en el tenis también es un deporte personal. Es verdad que al pertenecer a una nación puede considerarse que la representan, pero no es esta la base de mi escrito, sino de que España no sabe defender sus intereses y nombre fuera de sus fronteras, y que por muchos motivos, y uno principal es la falta de democracia en su historia, se la tiene poco en cuenta en muchos foros internacionales. Hay más interés en los Gobiernos centrales defender a España dentro de sus límites territoriales, que fuera de ellos, que es donde tendrían que poner más empeño.
¿Y tu que te sientes porque eres un caso raro, eres valenciano y defiendes el catalan, o, mejor dicho su independencia odiando a España, en que nos quedamos español, catalan o valenciano? Que puedes ser lo que quieras, pero aclárateTan raro que no caigo en el vileza de intentar especular sobre qué es o quién es cada uno. Muy lejos de checas comunistas y de salas de tortura fascistas tipo Billy el Niño, no me gustan los interrogatorios inquisitoriales. A mí me interesan las ideas, nunca quién las dice, cosa que es muy habitual entre los inquisidores de este país; y sobre las ideas, siempre que no estén preñadas de violencia, incluso verbal, de xenofobia, de racismo, de prepotencia o superioridad, de machismo e intolerancia, las acepto como válidas para el debate, pues sé que el ser humano es diverso, que cada uno tiene sus necesidades, anhelos y ambiciones, y si son nacidas desde el respeto al otro no deben ser ninguneadas por muy contrarias que sean a las mías. Como demócrata, por encima de ideas políticas partidistas, creo en las mayorías como ideas a llevar a cabo, pero sin menospreciar las minorías, pues en ocasiones, y sobre todo las dificultosas, todos los brazos son buenos y necesarios para que el bajel pueda llegar a buen puerto. Y ya dado a explicarme, que no a justificarme, siento necesidad de adosarme a los débiles, a los pequeños, a los indefensos, para que el poderoso sea menor.
Notando que usted solo intenta debatir sobre mi persona y sobre mis sentimientos, aunque no me conoce de nada, es un debate que no me interesa por absurdo. No busco ni necesito notoriedad, no quiero protagonismo personal, me repatea las impertinencias de quienes solo buscan pendencias, y ni me interesa quién es usted como persona. Se ha equivocado de calle; ésta, la mía, no acepta trifulcas. Búsquelas por otra parte, y, para no caer en la tentación de respondele de nuevo ante su intentona del enfrentamiento personal, esto es el final por mi parte: queda en ignorado. Ancha es Castilla, dicen, por lo tanto hay muchos caminos para usted y uno para mí, el que he elegido. Que le vaya bien la vida.
Para mi y después de le leerlo creo que en su marasmo mental ni sabe lo que quiere, ni sabe quien es. Es como un teatro nómada que según en donde caiga, en cada sitio se pone un disfraz, y lo mucho que podía aportar la foro con su cultura, lo estropea diciendo hoy aquí lo que mañana Ud. mismo desmiente. Es de aquellas personas que intenta disimular sus verdaderas ideas , fijaciones, antipatías, odios y rencores, y como aquel que aún no ha ha salido del armario de la nobleza de ideas, se escuda en una hipocresía suave, cuando lo mas fácil es ponerte en la situación que te dice tu instinto de un no a integrarte en el sistema político de esta sociedad. Admiro a los independentistas de este foro que no se esconden de su verdadera decisión, y luchan por sus ideas. y sin buscar peleas que no las deseo, le dire que huyo de las hipocresías . Pues dicho lo anterior que le vaya bien con sus disfraces, y para el que crea su discurso, ya que conmigo no lo tiene fácil.
_________________
Tropezar una vez no es malo, encariñarse con la piedra sí.
daniel- Mensajes : 2504
Fecha de inscripción : 11/12/2020
Re: Mi vieja Olivetti
Creo que @EL POSTIGUET ha sido claro en sus ideas, si defiende la independencia de Cataluña está en su derecho, y creo que lo ha expuesto sin meterse con nadie. En cambio, nuestro querido @daniel sigue empeñado en desacreditarlo como persona. Tú, @daniel también estás en tu derecho en ir en contra de la independencia de Cataluña, pero si no tienes argumentos creo que es caer muy bajo en meterse personalmente con quien está en contra de tus ideas.
Yo misma he tenido varios intercambios de ideas con @Giordano Bruno de Nola y no hay manera de ponerse de acuerdo, pero no por ello lo descalifico como persona.
Captas mi mensaje, corasson?
Tomb- Mensajes : 26231
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 34
Localización : Pandora
A MagAnna le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
Tomb escribió:Para @daniel:
Creo que @EL POSTIGUET ha sido claro en sus ideas, si defiende la independencia de Cataluña está en su derecho, y creo que lo ha expuesto sin meterse con nadie. En cambio, nuestro querido @daniel sigue empeñado en desacreditarlo como persona. Tú, @daniel también estás en tu derecho en ir en contra de la independencia de Cataluña, pero si no tienes argumentos creo que es caer muy bajo en meterse personalmente con quien está en contra de tus ideas.
Yo misma he tenido varios intercambios de ideas con @Giordano Bruno de Nola y no hay manera de ponerse de acuerdo, pero no por ello lo descalifico como persona.
Captas mi mensaje, corasson?
Bueno ya te has escandilado. Yo no descalifico a nadie y mis argumentos es desenmascarar a los de careta. Mira a mi lo que me confunde es lo de llegar al foro de angelito escondiendo sus ideas, y después arremeter contra la constitución España, la realeza, etc., que esta en su derecho como dices, entonces yo en el mío le afeo su postura en el foro que no es clara ni veraz.
Si el Postiguet hubiera llegado a este foro escribiendo como últimamente hace, lo hubiéramos considerado como uno mas, pero entro de pacifista, como de delegado de una ONG, poniéndose a si mismo como neutral en ideas políticas, pacifista etc, y luego nos sale con que es un independentista mas, pues bien que le aproveche, pero el agua clara y el chocolate espeso que dijo un sabio. No valoro a los que se escapan por vericuetos ajenos a su verdadera intención. El Postiguet es un independentista y
de los reaccionarios, y si a alguno se la ha dado con queso, a mi no me la da.
Eso es, o así lo veo corasson
_________________
Tropezar una vez no es malo, encariñarse con la piedra sí.
daniel- Mensajes : 2504
Fecha de inscripción : 11/12/2020
Re: Mi vieja Olivetti
COSAS DE EL VATICANO
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Giordano Bruno de Nola le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
COSAS DE LA IGLESIA
Para poder acumular tanta riqueza se ha servido del marketing inculcando a sus adictos la idea de ser la representante de Dios en la Tierra, basándose en escrituras de dudosa autoridad y la existencia de un enviado de ese Dios a la Tierra para redimirnos del pecado de invención de los personajes, también imaginarios, de Adán y Eva.
Quien visite, entre otros muchos lugares, Roma, Atenas, Egipto… encontrá restos de los personajes milenarios de sus propias historias, ya sean faraones, emperadores, filósofos, reyes y hasta deportistas, como pueden ser en esculturas, papiros, pinturas, etcétera, fiel reflejo de sus realidades. Del enviado a la Tierra, al parecer su Hijo Unigénito, visitándonos muchos años después, no hay nada, absolutamente nada, que pueda dar testimonio real de su estancia en la Tierra. Sólo quedan copias, de copias, de copias… de escritos, redactados siglos después de su hipotética estancia. Nada tangible...
Y es tanta la falsedad de lo que la iglesia presenta como realidades, que si sábana santa, que si el paño de la mujer Verónica, que si restos de la cruz que se venden como relicarios a un precio abusivo, etcétera, etcétera. Y pongo un ejemplo. Ese personaje, Jesús, de naturaleza pobre y humilde, que se rodeó de discípulos de igual condición social, en esa pretendida cena donde establece la Eucaristía, aseguran utilizó ese cáliz que la iglesia reconoce como auténtico y está en València, que a la vista de su riqueza es incomprensible que se utilizara en una cena de camaradas pobres y más hace dos mil años. Y hay gente que lo cree. ¡Bendita sea la fe que mueve montañas! Vean la imagen y juzguen la burda mentira...
.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Mi vieja Olivetti
REBECA
Año 1940
Director: Alfred Hitchcock
Estados Unidos
Intérpretes: Laurence Olivier, Joan Fontaine, George Sanders, Judith Anderson, Nigel Bruce, Reginald Denny, C. Aubrey Smith, Gladys Cooper
Basada en la novela de igual título de Daphne du Maurier
2 Oscar: Mejor película y Fotografía
Argumento:
La película es un portento de tensión narrativa, con imágenes impactantes, mágicas, turbadoras…, que hacen que el espectador sienta, de manera palpable la presencia de un personaje, Rebeca, que jamás aparece en el film. Es película brillante, llena de suspense del que su director en un auténtico mago, y la interpretación de todos su personajes extraordinaria. Fue la primera producción americana de Hitchcock, llevada con mano capaz y experta para que el espectador sienta en cada momento la motivación de la que quiere impregnarle.
El paso del tiempo, para los amantes del cine, no la ha perjudicado para nada, aun conociendo su trágico final, cada escena te atrae. En definitiva, para mí: magistral.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
BENIDORM
Es verdad que Benidorm cuenta con dos extraordinarias playas de arena finísima y dorada, de unas aguas tranquilas y transparentes, seguras para el baño, y unos complejos hosteleros de primer orden. Pero hoy no me gusta. Recuerdo aquella pequeña población de pescadores mayormente, tranquila, con sus playas sin aglomeraciones, pero entiendo que hay gente para todo, y que los hay, y sus millones de visitantes anuales lo certifican, que gustan de las apelotonamientos, apretujones y en vez del olor de la brea empleada por los pescadores de ayer para embrear sus barcas, prefieren más los olores de cremas anti solares y otros potingues. Como hay gente para todo, pues que haya lugar para todos también.
De todas formas, no lo duden, Benidorm es agradable, es limpio, es alegre, es seguro, es festivo… es Benidorm.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Mi vieja Olivetti
DOCE HOMBRES SIN PIEDAD
Año1957
Estados Unidos
Director: Sidney Lumet
Reparto: Henry Fonda, Lee J. Cobb, Jack Warden, E.G. Marshall, Martin Balsam, Ed Begley, John Fiedler, Robert Webber, Jack Klugman, George Voskovec, Joseph Sweeney, Edward Binns, Billy Nelson, John Savoca, Rudy Bond, James Kelly
Argumento:
Los componentes de un jurado popular estadounidense, doce hombres en este caso, deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre.
En principio parece que está todo muy claro y que no van a tardar mucho tiempo en entregar al Juez su veredicto, cuando uno de ellos, el que interpreta Henry Fonda, explica a los demás que no lo tiene tan claro, haciéndoles ver que tiene una duda razonable. Expone su argumento y solicita una votación para ver si alguien más entiende su duda y lo secunda. Esa duda y otras que salen a flote, comienzan a hacer mella entre los doce hombres.
La acción transcurre en un pequeño espacio, la sala de deliberación, y el director del film, Sidney Lumet, va creando una atmósfera de claustrofobia y angustioso calor sofocante, que con habilidad la transmite al espectador. Se vale de un truco muy simple pero no menos efectivo, que consiste en ir acercando la cámara a sus personajes, de los que nada se sabe, tan ni siquiera sus nombres, pues entre ellos se citan por el número que tienen en el jurado o por sus profesiones, pero poco a poco nos los va descubriendo por sus maneras de enfocar el juicio, donde se ha de decidir si el acusado sale libre o va hacia la silla eléctrica.
Conforme la película avanza cada uno de estos doce hombres va descubriendo sus cartas, desde aquéllos a los que verdaderamente se toman con responsabilidad el juicio que han de emitir, y de otra parte a los que nada les importa. La trama podemos interpretarla como reflejo de la vida real. Sin duda los doce componentes que forman el jurado representan al ser humano en general.
Son gente sencilla en las que podemos identificarnos, entre ellos hay desde un arquitecto (Henry Fonda), hasta un contable, un diseñador publicista, un entrenador de fútbol, un comercial, un jubilado, etc. La excepción sin duda, por su manera de inmiscuirse en el tema, es el arquitecto, papel interpretado por Henry Fonda que lo borda, personaje que aparenta poseer la verdad absoluta, algo que si existiese es muy difícil de alcanzar. El director nos lo hace ver como un hombre que gusta de la reflexión, no falto de compasión hacia el muchacho, recto, inquieto e inteligente, condiciones que le empujan a meditar sobre el caso más que a sus compañeros, lo cual sirve para que el juicio tome un curso diferente. Un curso en el que prejuicios contra el acusado de todo tipo salen afloran, pero los puntos de vista que argumenta cada en contra del acusado se diluyen cada vez que uno de los doce se va uniendo a la causa que defiende el arquitecto.
Henry Fonda encabeza un reparto de actores extraordinarios como extraordinario es el propio guión. Tras Fonda, Ed Begley nos ofrece su excelente interpretación cuando los demás lo arrinconan por sus prejuicios racistas, es un momento tan bien llevado por el cineasta que te hace ser uno de los que se apartan. Lee J. Cobb, representa a un padre amargado por la pésima relación con su propio hijo, E.G. Marshall, en el detalle de las gafas es abrumador y Robert Webber por su pasotismo, sus cambios en su forma de pensar, con tal de marcharse de allí pronto, asusta con su nula preocupación más que ninguno.
Al final como espectadores creo que salimos con la sensación de haber asistido a algo más que una gran película. Una obra maestra.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6470
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A MagAnna le gusta esta publicaciòn
Re: Mi vieja Olivetti
EL POSTIGUET escribió:
COSAS DE LA IGLESIA
.../...
Y es tanta la falsedad de lo que la iglesia presenta como realidades, que si sábana santa, que si el paño de la mujer Verónica, que si restos de la cruz que se venden como relicarios a un precio abusivo, etcétera, etcétera. Y pongo un ejemplo. Ese personaje, Jesús, de naturaleza pobre y humilde, que se rodeó de discípulos de igual condición social, en esa pretendida cena donde establece la Eucaristía, aseguran utilizó ese cáliz que la iglesia reconoce como auténtico y está en València, que a la vista de su riqueza es incomprensible que se utilizara en una cena de camaradas pobres y más hace dos mil años. Y hay gente que lo cree. ¡Bendita sea la fe que mueve montañas! Vean la imagen y juzguen la burda mentira...
Su riqueza es incomprensible?
Si es tan amable de leer lo que sigue, seguramente lo incomprensible se vuelva comprensible. Si interesa, claro está.
El Santo Cáliz es un simple vaso de piedra.
Las asas, el pie y su ornamenta fueron añadidos medievales. (Como bien dice su título: Cosas de la Iglesia)
Extracto:
"Estructura
El Santo Cáliz consta de tres partes: La copa propiamente dicha, el pie y una estructura de dos asas que une ambas partes.
La copa superior Es de piedra llamada calcedonia de color rojo oscuro. Tiene forma semiesférica. La calcedonia es un conglomerado de cristales de cuarzo, en una variedad llamada cornarina, muy semejante al ágata.
Se trata de una copa procedente de un taller oriental, helenístico romano fechable entre los siglos IV antes de Cristo y I después de Cristo.
Sus dimensiones son: 9,5 cm. de diámetro de la boca, 5,5 cm. de profundidad y 7 cm. de altura. En la copa se puede observar una pequeña rotura, consecuencia de una caída accidental que sufrió el Viernes Santo de 1744 (3 de abril). Inmediatamente se procedió a la recomposición de la Copa por parte del platero Luis Vicent, levantando acta notarial del hecho don Juan Claver. Esta copa superior es el verdadero Cáliz.
Hay que hacer notar que el Santo Cáliz fue usado con regularidad para celebrar la Eucaristía pero a raíz del accidente antes mencionado, se dispuso que el Santo Cáliz fuera guardado entre las reliquias de la Catedral a fin de evitar futuros accidentes.
La vara de unión (Nudo y asas) Debajo de la copa, están la vara, con su nudo, y las asas, todo ello de oro y con primorosos adornos burilados al gusto griego. Tiene unas dimensiones de 7 centímetros de altura.
Las asas, el nudo y la orfebrería gótica es de finales del siglo XIII o principios del siglo XIV. Los dibujos llamados de nielado, es una técnica decorativa semejante a la incrustación. Se trazan sobre el metal unos surcos formando un dibujo que luego se rellena con una amalgama de color negro compuesto por plata, cobre, plomo y azufre llamada niel.
El pie Se trata de un vaso ovalado invertido del mismo color que la copa. Reforzada con armadura de oro, adornada con dos rubíes, dos esmeraldas y veintiséis perlas, en vez de las veintiocho que tenia antes, pues se perdieron dos. Sus dimensiones son; 14,5 cm. en el eje mayor, 9,7 cm. en el menor y 5 cm. de altura.
Los tirantes del pie y reborde perforado del mismo son obra de muy inferior calidad, fechada en la segunda mitad del siglo XIV. Lo más seguro es que haya sido puesta con posterioridad al nudo y a las asas para asegurar mejor la unión de la copa con el pie. También puede ser de la misma fecha que el resto de la orfebrería, pero de otra mano menos hábil.
La base es de piedra tallada en calcedonia, con reborde de oro, originaria quizás de un taller cordobés, o tal vez fatimita y fechable entre los siglos X al XII. Es muy probable que fuera usada como incensario antes de acabar como base ornamental para el cáliz. En una de las vertientes del pie y en el lazo izquierdo aparece esgrafiada una inscripción árabe en caracteres cúficos que dice "para la más floreciente" en alusión a la ciudad cordobesa de Medina Azahara (Antonio Beltrán).
Todo el conjunto tiene una altura de 17 centímetros.
Historia
Según análisis científicos, se ha podido datar la copa entre el siglo IV a.c. y el I d.c. y determinar su origen oriental, de algún lugar entre Egipto y Palestina. El pie es un añadido posterior, hacia el siglo XIV y se trata de un vaso califal del siglo XI. Las piedras y perlas preciosas que lo adornan debieron ser engarzadas durante su estancia en el monasterio de San Juan de la Peña.
..."
Fuente: http://www.jdiezarnal.com/valenciaelsantocaliz.html
_________________
«Thou wilt keep him in perfect peace, whose mind is stayed on thee: because he trusteth in thee.» – Isaiah 26:3
MagAnna- Mensajes : 8294
Fecha de inscripción : 06/12/2020
Localización : Pero qué alcahuete es esto!!
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
» ¿Nueva? Más bien vieja conocida
» La adhesión de la vieja izquierda hispanoamericana al zarillo.
» La mujer más vieja del mundo ha fallecido hoy en Catalunya
El foro nuevo :: GENERAL :: De todo