Mi cafetería.

¡Vamos a ver Pili quita esa musica Chillout que tienes puesta de fondo y pon esta otra, a ver si las mozas se animan a venir a la cafeteria, que yo estoy cansado de perseguirlas por el pueblo!

Hey! Qué pasa? Ese sonido que viene de la cafetería parece una samba brasileira, será que ha entrado Esquizo? "Aybá" Esquizo....

Tomb escribió:Sudamericanos en el foro, si no me equivoco, tenemos cuatro: Abysso, Gina, Doonga y Estocada. Y sí, ahora estarán muy calentitos.

Oh no, me he olvidado de Esquizo.

manugar escribió:¡Vamos a ver Pili quita esa musica Chillout que tienes puesta de fondo y pon esta otra, a ver si las mozas se animan a venir a la cafeteria, que yo estoy cansado de perseguirlas por el pueblo!

Venga, venga, arriba esa samba. Pili, una cocacola sin azucar, per favore.

Tomb escribió:

manugar escribió:¡Vamos a ver Pili quita esa musica Chillout que tienes puesta de fondo y pon esta otra, a ver si las mozas se animan a venir a la cafeteria, que yo estoy cansado de perseguirlas por el pueblo!

Venga, venga, arriba esa samba. Pili, una cocacola sin azucar, per favore.

Va, me tomo algo y pongo esta. Estaré nostálgico o algo

¡¡¡ Venga, que la vida va a mejorar !!!

No sé hablar. Soy un pésimo conversador. Entre un grupo diciendo cosas divertidas aun soy capaz de soltar una ocurrencia puntual, pero poco más. Y cara a cara con alguien, no consigo hilar frases largas o avivar una dialogo más allá del “parece que hoy va a llover…”
Autoanalizándome he llegado al convenio conmigo mismo de que esto se debe a una timidez exagerada y lo focalizo en un episodio muy concreto de mi niñez.
Estando con mi padre repasando la lección de escuela para el día siguiente, algo me preguntó él a lo que yo debí responder un absurdo y él me dijo: -“¡Para decir tonterías, es mejor que no digas nada!”-
Sin quererlo, esa frase me retumba en la cabeza cada vez que hablo con alguien y pretendo vocalizar un pensamiento.
De mi silencio se queja mi mujer, a mi silencio está ya acostumbrada mi familia paterna, pero me duele que también se han acostumbrado mis hijos.
Ese dolorcito me lo llevaré a la tumba, aunque cada vez lo repienso más para preparar una buena frase que decirles en mi último suspiro.

Nadie nos enseña a ser padres. Y sin embargo todos juzgamos el comportamiento de los nuestros.
La naturaleza en su infinita sabiduría ha compensado este problema haciendo que esos padres en su vejez se rediman en las personas de los hijos de sus hijos. Y queden bienaventurados al verse reflejados en la inocente mirada de sus nietos/as.
Tengo la seguridad de que en la memoria de mis hijos habrá juicios condenatorios hacia muchas de mis intervenciones en la película de sus vidas, pero llegados a cierta edad madura me gustaría recibir su comprensión, como yo lo he hecho con mis padres. Aunque algunas de sus frases o comportamientos hayan condicionado negativamente toda mi vida.

Hemos pasado (estamos pasando) una época de clausuras. Encierros que obligan a vivir más juntos más tiempo. A los que todavía tenéis la posibilidad de rectificar malas palabras, prontos violentos, sobre vuestros hijos os invito a reflexionar un momento y ponerle una tirita a esas aparentes pequeñas heridas que con el tiempo en una piel joven crecen y se hacen profundas.

manugar escribió:No sé hablar. Soy un pésimo conversador. Entre un grupo diciendo cosas divertidas aun soy capaz de soltar una ocurrencia puntual, pero poco más. Y cara a cara con alguien, no consigo hilar frases largas o avivar una dialogo más allá del “parece que hoy va a llover…”
Autoanalizándome he llegado al convenio conmigo mismo de que esto se debe a una timidez exagerada y lo focalizo en un episodio muy concreto de mi niñez.
Estando con mi padre repasando la lección de escuela para el día siguiente, algo me preguntó él a lo que yo debí responder un absurdo y él me dijo: -“¡Para decir tonterías, es mejor que no digas nada!”-
Sin quererlo, esa frase me retumba en la cabeza cada vez que hablo con alguien y pretendo vocalizar un pensamiento.
De mi silencio se queja mi mujer, a mi silencio está ya acostumbrada mi familia paterna, pero me duele que también se han acostumbrado mis hijos.
Ese dolorcito me lo llevaré a la tumba, aunque cada vez lo repienso más para preparar una buena frase que decirles en mi último suspiro.

Nadie nos enseña a ser padres. Y sin embargo todos juzgamos el comportamiento de los nuestros.
La naturaleza en su infinita sabiduría ha compensado este problema haciendo que esos padres en su vejez se rediman en las personas de los hijos de sus hijos. Y queden bienaventurados al verse reflejados en la inocente mirada de sus nietos/as.
Tengo la seguridad de que en la memoria de mis hijos habrá juicios condenatorios hacia muchas de mis intervenciones en la película de sus vidas, pero llegados a cierta edad madura me gustaría recibir su comprensión, como yo lo he hecho con mis padres. Aunque algunas de sus frases o comportamientos hayan condicionado negativamente toda mi vida.

Hemos pasado (estamos pasando) una época de clausuras. Encierros que obligan a vivir más juntos más tiempo. A los que todavía tenéis la posibilidad de rectificar malas palabras, prontos violentos, sobre vuestros hijos os invito a reflexionar un momento y ponerle una tirita a esas aparentes pequeñas heridas que con el tiempo en una piel joven crecen y se hacen profundas.

Hoooola Manu!!
Te imaginas si todos dijeramos/hicieramos lo mismo y si nadie se saliera nunca del guión?
Pienso que nuestro aprendizaje sería entonces muy corto y lo consiguiente, muy aburrido.

Todo viene siendo parte del aprendizaje en este viaje que es la vida. Unos tendrán unos traumas y unas facilidades, y otros tendrán otros. No creo que debamos por ello, sentir que fallamos irremisiblemente. Pues si no tropiezas, no caes y no te levantas.
Tenemos que aprender y enseñar. Esa es nuestra misión en vida y de lo bueno tanto como malo, de todo se aprende. Y a la vez, los de nuestro alrededor también lo hacen, siendo tan cercanos como para evitar otras caídas como las nuestras, etc.
Es bueno que así sea.

manugar escribió:No sé hablar. Soy un pésimo conversador. Entre un grupo diciendo cosas divertidas aun soy capaz de soltar una ocurrencia puntual, pero poco más. Y cara a cara con alguien, no consigo hilar frases largas o avivar una dialogo más allá del “parece que hoy va a llover…”
Autoanalizándome he llegado al convenio conmigo mismo de que esto se debe a una timidez exagerada y lo focalizo en un episodio muy concreto de mi niñez.
Estando con mi padre repasando la lección de escuela para el día siguiente, algo me preguntó él a lo que yo debí responder un absurdo y él me dijo: -“¡Para decir tonterías, es mejor que no digas nada!”-
Sin quererlo, esa frase me retumba en la cabeza cada vez que hablo con alguien y pretendo vocalizar un pensamiento.
De mi silencio se queja mi mujer, a mi silencio está ya acostumbrada mi familia paterna, pero me duele que también se han acostumbrado mis hijos.
Ese dolorcito me lo llevaré a la tumba, aunque cada vez lo repienso más para preparar una buena frase que decirles en mi último suspiro.

Nadie nos enseña a ser padres. Y sin embargo todos juzgamos el comportamiento de los nuestros.
La naturaleza en su infinita sabiduría ha compensado este problema haciendo que esos padres en su vejez se rediman en las personas de los hijos de sus hijos. Y queden bienaventurados al verse reflejados en la inocente mirada de sus nietos/as.
Tengo la seguridad de que en la memoria de mis hijos habrá juicios condenatorios hacia muchas de mis intervenciones en la película de sus vidas, pero llegados a cierta edad madura me gustaría recibir su comprensión, como yo lo he hecho con mis padres. Aunque algunas de sus frases o comportamientos hayan condicionado negativamente toda mi vida.

Hemos pasado (estamos pasando) una época de clausuras. Encierros que obligan a vivir más juntos más tiempo. A los que todavía tenéis la posibilidad de rectificar malas palabras, prontos violentos, sobre vuestros hijos os invito a reflexionar un momento y ponerle una tirita a esas aparentes pequeñas heridas que con el tiempo en una piel joven crecen y se hacen profundas.

Yo soy tu antítesis, Manu, si me encuentro a gusto no paro, soy una charlaira, y claro, por supuesto que digo muchas tonterías. Y todo eso lo extrapolo en el foro, como verás tengo miles de mensajes que más de la mitad son tonterías. Un besote.

manugar escribió:No sé hablar. Soy un pésimo conversador. Entre un grupo diciendo cosas divertidas aun soy capaz de soltar una ocurrencia puntual, pero poco más. Y cara a cara con alguien, no consigo hilar frases largas o avivar una dialogo más allá del “parece que hoy va a llover…”
Autoanalizándome he llegado al convenio conmigo mismo de que esto se debe a una timidez exagerada y lo focalizo en un episodio muy concreto de mi niñez.
Estando con mi padre repasando la lección de escuela para el día siguiente, algo me preguntó él a lo que yo debí responder un absurdo y él me dijo: -“¡Para decir tonterías, es mejor que no digas nada!”-
Sin quererlo, esa frase me retumba en la cabeza cada vez que hablo con alguien y pretendo vocalizar un pensamiento.
De mi silencio se queja mi mujer, a mi silencio está ya acostumbrada mi familia paterna, pero me duele que también se han acostumbrado mis hijos.
Ese dolorcito me lo llevaré a la tumba, aunque cada vez lo repienso más para preparar una buena frase que decirles en mi último suspiro.

Nadie nos enseña a ser padres. Y sin embargo todos juzgamos el comportamiento de los nuestros.
La naturaleza en su infinita sabiduría ha compensado este problema haciendo que esos padres en su vejez se rediman en las personas de los hijos de sus hijos. Y queden bienaventurados al verse reflejados en la inocente mirada de sus nietos/as.
Tengo la seguridad de que en la memoria de mis hijos habrá juicios condenatorios hacia muchas de mis intervenciones en la película de sus vidas, pero llegados a cierta edad madura me gustaría recibir su comprensión, como yo lo he hecho con mis padres. Aunque algunas de sus frases o comportamientos hayan condicionado negativamente toda mi vida.

Hemos pasado (estamos pasando) una época de clausuras. Encierros que obligan a vivir más juntos más tiempo. A los que todavía tenéis la posibilidad de rectificar malas palabras, prontos violentos, sobre vuestros hijos os invito a reflexionar un momento y ponerle una tirita a esas aparentes pequeñas heridas que con el tiempo en una piel joven crecen y se hacen profundas.

Las preguntas y respuestas es una buena técnica, poco a poco viene la magia.

El viejo metió su mano huesuda en el bolsillo y sacó una caja de cerillas. Con uno de los fósforos volvió a encender el medio cigarrillo que aún se sostenía pegado a sus labios, y después de una calada, pronunció envueltas en humo las palabras que el niño llevaba días esperando:   -“¡Venga, vamos a montarlo!”-
Como si de un muñeco a pilas recién cargadas se tratara, el chiquillo empezó a dar pequeños saltitos nervioso. Casi a punto de orinarse encima. Embriagado de una emoción que era difícil de contener. -“¡Mamá, mamá. El abuelo dice que vamos a montarlo!”-

Durante el rato que el anciano estuvo subido en una silla bajando cajas del altillo, el niño no paraba de repetir: -“¡Beben en el rio… beben en el rio…!”- dando vueltas alrededor de la mesa del comedor, haciendo flotar tras de sí un despeluchado espumillón que perdía en cada giro  sus flecos plateados.  
El abuelo, que pocas veces levantaba la voz, chilló a su mujer: -“¡Isabel, ayúdame a correr el escritorio!”- Y ella, vestida como siempre de negro, se acercó con un trapo en la mano y una sonrisa en la boca. –“¡Espera que lo limpiamos antes!.  Manolito ¿Qué hacen los peces?”-
-“¡¡¡Beben en el rio, abuela. Beben en el rio!!!”-

La pareja arrastró con dificultad el pesado escritorio, que normalmente ocupaba gran parte de la habitación, y lo pegaron a la pared. Entre los dos, vaciaron el tablero de libros, carpetas y un pequeño montoncillo de sobres aún sin abrir que sin duda eran facturas. Todo lo recolocaron en las estanterías y los cajones de alrededor.
La abuelita limpió la superficie y sin parada alguna desplegó sobre la mesa un mantel de hule, que impreso en tonos verdes haría de suelo. Mientras, el abuelo había empezado a desatar las cuerdas de pita que cerraban las cajas, y de las primeras sacó varias piedras de escoria que ya tenía seleccionadas, construyendo con ellas una especie de cueva, que apoyada contra la pared se erigía en la esquina más visible de la mesa.
-“Este es el pesebre Manolito. Ahora, saca tú las cortezas de corcho que serán las montañas”-
Con manos inquietas el nieto fue sacando varios trozos de corcho, que con habilidad de cirujano el abuelo fue engarzando unos con otros. En efecto, tapando el borde de la mesa y apoyados en la pared, parecían el horizonte de una montaña.

Al rato, la abuela llegó con unas tijeras y el fajo de papeles de plata que con tanto cuidado se entretenía en guardar cada vez que los nietos terminaban una tableta de chocolate.
-“Manolito, ven. Vamos a hacer estrellitas”-
Seguramente no fueron las estrellas mejor recortadas, pero en su deformidad brillaba un encanto difícil de explicar. Unas grandes, otras pequeñas. Unas puntiagudas, otras  casi redondas, y para terminar, una gran estrella de cinco puntas con una cola encorvada acabada en tres picos. -“Esta será la estrella de Belem. Pídele al abuelo que te ayude a ponerlas”-
Así subido en la mesa, con alfileres, el pequeño Manolito fue pinchando en la pared un cielo imaginado repleto de estrellas. Y sobre el pesebre la más grande.

-“¿Y los pastorcitos abuelo?”-
-“¡Ya vienen los pastorcitos!. ¿Es que no los oyes cantar?”-
(Desde la cocina la abuela cantaba a media voz)  -“Pero miran como beben los peces en el rio, pero miran como beben por ver al dios nacido…”-
Y a la vez, el abuelo iba sacando de la última caja unas bolas de papel de periódico, de las que al desenvolverlas frotaban diferentes figuras.
Manolito las descubría con sorpresa y alegría: -“Un pastor… una oveja… ¡Ala, un camello!... el rey Melchor… otro pastor….”-
Una a una, las figuritas fueron poblando el pequeño nacimiento. Cada una ocupando una posición disparatada que el nieto ponía al tuntún y el abuelo se encargaba de corregir.
Pastores alrededor de una hoguera. Otros bailando junto a unos músicos. Un rebaño de ovejas tumbadas y de pie. Lavanderas en el rio de papel de plata. Tres camellos guiados por pajes. Tres reyes postrados frente al pesebre. Y en él, una mula, un buey, un San José de pié con su báculo en la mano, una virgen María sentada junto a la cuna, y finalmente….
-“¿Qué es eso abuelo?”-
-“Este es el paquetito que hay que cuidar más.  ¡Abrelo tú, muy despacito!”-
Y así lo hizo, con sus pequeñas manos temblando. Los ojos hinchados de curiosidad y brillantes de emoción.
-“¡¡¡Es el niño Jesús, abuelo!!!. ¡¡¡Es el niño Jesús, que quiere irse con su mamá!!!. ¿Se lo damos?”-
Y el abuelo cogiendo en brazos al pequeño Manolito lo alzó, para acerca su mano extendida con la diminuta figurita hasta el lugar central y privilegiado donde estaba la virgen María esperando a su bebé.





Hoy, he sacado de una vieja caja una pequeña bolita de papel. Y al desenvolver su contenido he dicho en voz baja la frase que llevaba todo el año esperando decir: -“Aquí tienes María, a tu pequeño bebé Jesús”-   Y por un instante, me ha parecido en un pestañear, que el diminuto Jesusito me sonreía.

¡Feliz Navidad!

Me ha encantado, Manu!!
Muchas gracias por esta preciosa felicitación tuya!!

¡Buenos dias Pili! ¿Esta el jefe?
-¡Ahora mismo lo llamo!-
¡No hace falta! Veras..Es que traigo esta felicitacion de Juan Antonio, para el personal y clientela de la Cafeteria. Os desea a todos Felices Pascuas y Prospero Año Nuevo-
- ¡Oh! La pondre aqui para que todo el mundo la vea-
-!Vale! ¡Gracias por el cafe¡-

Holaaaa! Que hi ha algú?

Huy! allí al fondo está Pili con Juan Antonio, pero qué hacen? Parece  que están colgando un cuadro o un póster. Voy a ver, luego os cuento.

¡¡¡ Tombita, me has pisado al pasar !!!

manugar escribió:¡¡¡ Tombita, me has pisado al pasar !!!

Huy! ha sido sin querer.

¡¡¡ Ayyyyyy!!!
¡Ya se que me voy desvaneciendo, pero todavía no soy transparente! ¿no?

Son unos "vivalavirgen", pero hay que reconocerles que llevan el arte dentro ...

manugar escribió:¡¡¡ Ayyyyyy!!!  
¡Ya se que me voy desvaneciendo, pero todavía no soy transparente! ¿no?

No, no te estás desvaneciendo, Manu, al menos no para mí.

Esto merece tocar tambores y trompetas...

Incluso hacer repicar las campanas...

... De la alegría que me ha dao, me voy a beber algo...

¡¡¡ FEliz Nochebuena !!!

manugar escribió:El viejo metió su mano huesuda en el bolsillo y sacó una caja de cerillas. Con uno de los fósforos volvió a encender el medio cigarrillo que aún se sostenía pegado a sus labios, y después de una calada, pronunció envueltas en humo las palabras que el niño llevaba días esperando:   -“¡Venga, vamos a montarlo!”-
Como si de un muñeco a pilas recién cargadas se tratara, el chiquillo empezó a dar pequeños saltitos nervioso. Casi a punto de orinarse encima. Embriagado de una emoción que era difícil de contener. -“¡Mamá, mamá. El abuelo dice que vamos a montarlo!”-

Durante el rato que el anciano estuvo subido en una silla bajando cajas del altillo, el niño no paraba de repetir: -“¡Beben en el rio… beben en el rio…!”- dando vueltas alrededor de la mesa del comedor, haciendo flotar tras de sí un despeluchado espumillón que perdía en cada giro  sus flecos plateados.  
El abuelo, que pocas veces levantaba la voz, chilló a su mujer: -“¡Isabel, ayúdame a correr el escritorio!”- Y ella, vestida como siempre de negro, se acercó con un trapo en la mano y una sonrisa en la boca. –“¡Espera que lo limpiamos antes!.  Manolito ¿Qué hacen los peces?”-
-“¡¡¡Beben en el rio, abuela. Beben en el rio!!!”-

La pareja arrastró con dificultad el pesado escritorio, que normalmente ocupaba gran parte de la habitación, y lo pegaron a la pared. Entre los dos, vaciaron el tablero de libros, carpetas y un pequeño montoncillo de sobres aún sin abrir que sin duda eran facturas. Todo lo recolocaron en las estanterías y los cajones de alrededor.
La abuelita limpió la superficie y sin parada alguna desplegó sobre la mesa un mantel de hule, que impreso en tonos verdes haría de suelo. Mientras, el abuelo había empezado a desatar las cuerdas de pita que cerraban las cajas, y de las primeras sacó varias piedras de escoria que ya tenía seleccionadas, construyendo con ellas una especie de cueva, que apoyada contra la pared se erigía en la esquina más visible de la mesa.
-“Este es el pesebre Manolito. Ahora, saca tú las cortezas de corcho que serán las montañas”-
Con manos inquietas el nieto fue sacando varios trozos de corcho, que con habilidad de cirujano el abuelo fue engarzando unos con otros. En efecto, tapando el borde de la mesa y apoyados en la pared, parecían el horizonte de una montaña.

Al rato, la abuela llegó con unas tijeras y el fajo de papeles de plata que con tanto cuidado se entretenía en guardar cada vez que los nietos terminaban una tableta de chocolate.
-“Manolito, ven. Vamos a hacer estrellitas”-
Seguramente no fueron las estrellas mejor recortadas, pero en su deformidad brillaba un encanto difícil de explicar. Unas grandes, otras pequeñas. Unas puntiagudas, otras  casi redondas, y para terminar, una gran estrella de cinco puntas con una cola encorvada acabada en tres picos. -“Esta será la estrella de Belem. Pídele al abuelo que te ayude a ponerlas”-
Así subido en la mesa, con alfileres, el pequeño Manolito fue pinchando en la pared un cielo imaginado repleto de estrellas. Y sobre el pesebre la más grande.

-“¿Y los pastorcitos abuelo?”-
-“¡Ya vienen los pastorcitos!. ¿Es que no los oyes cantar?”-
(Desde la cocina la abuela cantaba a media voz)  -“Pero miran como beben los peces en el rio, pero miran como beben por ver al dios nacido…”-
Y a la vez, el abuelo iba sacando de la última caja unas bolas de papel de periódico, de las que al desenvolverlas frotaban diferentes figuras.
Manolito las descubría con sorpresa y alegría: -“Un pastor… una oveja… ¡Ala, un camello!... el rey Melchor… otro pastor….”-
Una a una, las figuritas fueron poblando el pequeño nacimiento. Cada una ocupando una posición disparatada que el nieto ponía al tuntún y el abuelo se encargaba de corregir.
Pastores alrededor de una hoguera. Otros bailando junto a unos músicos. Un rebaño de ovejas tumbadas y de pie. Lavanderas en el rio de papel de plata. Tres camellos guiados por pajes. Tres reyes postrados frente al pesebre. Y en él, una mula, un buey, un San José de pié con su báculo en la mano, una virgen María sentada junto a la cuna, y finalmente….
-“¿Qué es eso abuelo?”-
-“Este es el paquetito que hay que cuidar más.  ¡Abrelo tú, muy despacito!”-
Y así lo hizo, con sus pequeñas manos temblando. Los ojos hinchados de curiosidad y brillantes de emoción.
-“¡¡¡Es el niño Jesús, abuelo!!!. ¡¡¡Es el niño Jesús, que quiere irse con su mamá!!!. ¿Se lo damos?”-
Y el abuelo cogiendo en brazos al pequeño Manolito lo alzó, para acerca su mano extendida con la diminuta figurita hasta el lugar central y privilegiado donde estaba la virgen María esperando a su bebé.





Hoy, he sacado de una vieja caja una pequeña bolita de papel. Y al desenvolver su contenido he dicho en voz baja la frase que llevaba todo el año esperando decir: -“Aquí tienes María, a tu pequeño bebé Jesús”-   Y por un instante, me ha parecido en un pestañear, que el diminuto Jesusito me sonreía.

¡Feliz Navidad!

Pasuuumecha!!! Me hiciste llorar recordando el gran amor que mis abuelos paternos me dieron. Extraño a mi Goyo y a mi Nena.
Gracias por escribir tan hermoso, Manulindo.

Feliz Navidad.

01-01-2022 0:15h

Leyendo un interesante post de este foro me ha venido a la cabeza que el concepto de tiempo debió nacer entre los humanos cuando se descubrió la agricultura. Salir a cazar o recolectar tiene sus momentos oportunos consecuencia de la observación y la experiencia de lo ocurrido otras veces, pero creo que no exige precisión cronométrica…
Sentenciaba el anciano de la tribu: -“Cuando el dios de la luz todavía no se ha levantado, los animales más indefensos acuden al rio a beber y hay más posibilidad de cazarlos.”- -“Cuando el dios calienta durante más soles la tierra, hay más frutos y son más sabrosos.”-

Sin embargo, al domesticar el crecimiento de las plantas los humanos descubrieron una secuencia de acontecimientos, que se podía repetir con facilidad y resultaban mejores cosechas.
Este hallazgo permitió la emancipación desde las cuevas y el asentamiento grupal en lugares más cómodos. Cerca del agua, en tierras llanas donde la vegetación crecía mejor y así ser testigos directos de su crecimiento.
Incluso imagino que, en la noche, tumbados en el suelo sin un techo de rocas que lo ocultara, los humanos descubrieron que además de la diosa luna paseándose protectora por encima de sus sueños, había multitud de puntos que más lentamente también se movían. Dibujando sobre la capa negra de la oscuridad, multitud de figuras imaginarias que ayudaban a guiarlos en la geografía y marcaban un ritmo anual que usando monumentos pétreos se podía prever.
Solsticios y equinoccios, estaciones del año, zodiaco, ciclos lunares, meses, semanas y días han sido durante la inmensa mayor parte de la evolución humana la única forma de dividir “el tiempo” de una forma natural, que solo tiene la urgencia de las propias necesidades biológicas. La sed, el hambre, el sueño y la sexualidad.
Cubiertas estas necesidades básicas por la agricultura y la ganadería los clanes fueron aumentando, y los miembros más ociosos (¡Normalmente hombres!) empezaron a dedicar su aburrimiento diario a inventar cosas para medir “el tiempo”. Bien mirado, para cuantificar el tiempo que perdían.
La precisión que no era necesaria en las faenas, de sol a sol, agrícolas, ganaderas, o del hogar, se impuso por quienes dominaban el poder, como factor imprescindible en el desarrollo de actividades de gobierno y religión. Dando así un valor solemne a actos que son artificiales y no tienen justificación biológica ninguna.
Celebraciones, Ritos religiosos, audiencias reales tienen ahora su fecha y duración reservadas, con obligación para el pueblo de dejarlo todo y acudir al evento.

Los relojes de sol, de agua, de arena, permitieron crear el concepto de “Hora” para marcar con mayor precisión el transcurso del día más allá de la alborada, mediodía, tarde, crepúsculo y noche. Pero fue con la necesidad de un sistema fiable de navegación (donde no hay hitos terrestres visibles) que se puso un empeño firme en inventar aparatos mecánicos que aportaran la precisión requerida para poder localizarse en la mar cuando la costa ya no es visible. Se utilizan brújulas, astrolabios, relojes mecánicos con subdivisiones aún más precisas: los “minutos” y “segundos”.
Con el pasar de la historia, las máquinas de transporte terrestre también aprovechan el reloj para hacerse más rentables. Y finalmente la era industrial recurre al control horario como forma de cuantificar el trabajo de los obreros. Siendo en ese nuevo modelo cuando se instaura en la sociedad el paradigma de la esclavitud moderna. Hay un tiempo al día, durante todo el calendario, en que somos esclavos de un dueño al que debemos pleitesía. El resto del tiempo somos libres, para alimentarnos, dormir, hacer el amor, o perder el tiempo.
Dependiendo de la suerte al nacer en mejores entornos “por la gracia de dios” y de la suerte al intentar alcanzar mejores metas en la sociedad, nuestro tiempo libre será mayor, y el grado de disfrute del mismo más placentero. Pero aun así, hoy queda un resquicio de autonomía al que estamos renunciando voluntariamente en favor de una conectividad virtual.
El móvil ha hecho picadillo horas, minutos y segundos para forzar todo a lo instantáneo. Siempre pendientes de él, exige que vivamos en alerta continua, porque en cualquier momento del día o de la noche, un mensaje, un comentario, una noticia, una imagen o un video pueden aparecer. Y si no demostramos que lo hemos atendido inmediatamente no se nos tiene en cuenta en el grupo.

El tiempo, por tanto, ha sustituido al fin a la inteligencia. Y además lo hace de forma inversamente proporcional. Es decir: Es más valorado cuanto menos tiempo tardes en decir algo aunque sea estúpido, que si dices algo meditado, pero no inmediatamente. Llegando así a la paradoja de que cuanto más veloz se hace ese proceso, lo más inmediato se convierte más rápidamente en antiguo, olvidado y en consecuencia: insignificante.

Corramos pues velozmente hacia el futuro, porque así parecerá incluso que hace un rato fue el lejano año pasado.
¡Prospero 22!

Archie y Bety, ¿cómo se llaman estos personajes en España? Por si no lo saben me encontré en que cambian los nombres.

En esa viñeta son @manugar y @Violetta, jaja.

Tomb escribió:En esa viñeta son @manugar y @Violetta, jaja.

Jajajajajajajaja.

¡Mira que eres imaginativa Tombita!.
Ya me gustaría a mí poder invitaros a todas las adorables muchachitas de este foro a tomar mi yogur, pero creo que cada una tiene sus propios compromisos. Aunque eso no impide que os tenga permanentemente en mi pensamiento.

Por cierto, sí. Archie y Betty se llaman así en España. Otros personajes creo que cambiaron de nombre, pero ellos no. Yo los conocía por amigos hijos de personal de la base aérea de Torrejón, que los traían a la clase de inglés del colegio, y con ellos el maestro nos hacía leerlos en voz alta como si fuera un teatrillo. Y luego los traducíamos al español.
La juerga era a quien le tocaba hacer de chica, porque éramos clases de solo niños.

¡¡¡ Ah, que buen recuerdo. Gracias Tomb  !!!

Muchas gracias, Manu. Yo en realidad no conozco físicamente esos comics, pero en Pinterest los hay a cientos, y es verdad que están en inglés, así que no sé lo que dicen.

Qué penita, la cafetería está vacía, hace días que no entra nadie ¿dónde estará Pili?

Bueno, y ya no se sirve nada acá?

Vamos, vamooooossssssss esto necesita acción.

Historia de abuelo… ¡Eh, si soy yo!.

Era por la tarde y yo estaba estudiando las matemáticas de segundo de ingeniería que tanto me costaban aprender. Como siempre y para evadirme de los ruidos de la calle tenía un LP de música clásica sonando en el tocadiscos cuando mi madre empezó a dar voces en el salón.
-“¿Qué pasa, te has hecho daño?”-  -“¡¡¡Están pegando tiros a los diputados en el Congreso!!!”-

Como era la época en que los etarras asesinos vascos mataban más enloquecidamente, lo primero que pensé es que un grupo de etarras se habían metido en el edifico del Congreso de los diputados y estaban asesinando a todo el Gobierno que estaba allí ese día reunido completo. Pero al poner la tele lo que se veía es a un guardia civil, pistola en mano chillando a los diputados.
El grito y las ráfagas de disparo no las voy a relatar porque están en la memoria y “casualmente” en las imágenes grabadas de TVE, pero ver aquello en directo (Bueno, a los pocos minutos de producirse, porque la noticia saltó de inmediato y la repetían incesantemente) fue traumático.

Desde ese momento, las seis o las siete de la tarde, hasta el día siguiente, ni dormimos, ni nos bajaron los hue_os de la garganta a su sitio, a nadie.
Con ETA matando, huelgas TODOS los días, los “fachas” también haciendo de las suyas sin demasiada atención por parte de la policia, y los militares a punto de explotar, muchos sentíamos la vuelta del franquismo asomando por la esquina.
No era problema de que yo me sintiera acusable por nadie, era problema de que en una situación así te pilla a un lado de la acera o al otro, y te convierten ipso facto en militar con obligación de matar al que tienes enfrente.

Pero si lo de la tele era increíble, mas tarde cuando ya estaba anocheciendo con mi receptor de radio intentaba captar alguna emisora no oficial, cuando dí con una señal muy lejana que emitia un “bando de guerra”. Donde se decía a los ciudadanos que las calles estaban controladas por el ejercito y se prohibía la libre circulación.  Y es que, en Valencia el Capitán General de la zona había sacado los tanques y el ejército completo a tomar la ciudad.
Años después visitando la ciudad aún quedaban las huellas de los tanques deformando el pavimento de las principales avenidas.

Hay gente hoy en Croacia pasando la misma angustia, lo sé. Y otras muchas personas en otros lugares del mundo también angustiadas por las ansias de poder y el vandalismo de las ratas humanoides que pueblan la tierra, y que por desgracia solo ponen su empeño en hacer el mal a los demás. Por eso me gustaría dejar constancia de que por mucho que algunos saquen provecho de los malos tiempos debemos recordar siempre que en la guerra todos perdemos.

Ha entrado Manu en la cafetería.

¿Manu? ¿Manu? ¿Manuuuuu?

Vaya, parece que ya se ha ido.

Pili, ponme una manzanilla, me duele la pancha.

Por cierto, no sé, pero creo que Manu se refiere a Ucrania, aunque ha escrito Croacia. Mejor no digo nada, vaya a ser que meta la pata.

Tomb escribió:Por cierto, no sé, pero creo que Manu se refiere a Ucrania, aunque ha escrito Croacia. Mejor no digo nada, vaya a ser que meta la pata.

¡¡¡Uy, uy, uy!!!
No Tombita, tú no has metido la pata, LA HE METIDO YO hasta las orejas. En efecto quería decir: Ucrania.  

Aprovecho para decir ahora, aunque no sirva de nada, que lamento la violencia que finalmente ya no ha ocultado más el energúmeno de Puton. ¿Cuántas vidas se llevará por delante esta vez?



P.D.: ¿Me volví a equivocar de nombre, no es Puton?

manugar escribió:

Tomb escribió:Por cierto, no sé, pero creo que Manu se refiere a Ucrania, aunque ha escrito Croacia. Mejor no digo nada, vaya a ser que meta la pata.

¡¡¡Uy, uy, uy!!!
No Tombita, tú no has metido la pata, LA HE METIDO YO hasta las orejas. En efecto quería decir: Ucrania.  

Aprovecho para decir ahora, aunque no sirva de nada, que lamento la violencia que finalmente ya no ha ocultado más el energúmeno de Puton. ¿Cuántas vidas se llevará por delante esta vez?



P.D.: ¿Me volví a equivocar de nombre, no es Puton?

Bueno, ambas están algo cerca y como en Croacia, Europa quiere meter las manos también.

Por fin he conseguido que Pili me traiga un café, tengo las manos heladas y el café está tan calentito...

Pues denme un cafecito a mi también, GRANDE, pa que me rinda.

Se me apachurra el corazón con esto del conflicto entre países. Gente huyendo de sus tierras, otros buscando refugio aguantando desprecios y pasando hambre, otros esperando que las bombas caigan lejos de sus hogares. Como dice la canción: "yo quisiera ser tan civilizado como los animales".

Y lo repito una vez más. Cuánto amor hace falta en el mundo, mucho, mucho amor.

Las disputas por el poder, por la ambición, por ser más que el otro, nos lleva a enfrentamientos sin sentido y si lo pensamos friamente son tan banales.
¿Cuantos padres, madres e hijos mueren en las guerras? Nos tocó la dicha de nacer en otro país que no es el de ellos, lo vemos desde lejos y sólo nos toca pedir por que les toque lo más leve, pero es que una guerra jamás es leve.
Dejamos de pensar en los que vienen detrás de nosotros y olvidamos que siguen nuestro ejemplo, el bueno, y el malo también. ¿Qué les estamos dejando a nuestros chavos? ¡Caray, todos vamos pa donde mismo y no nos vamos a llevar ni un comino!
Algo que leí y no lo olvido nunca para tener los pies bien puestos en la tierra cada que siento que voy a levitar, "voy a morir", esa pequeña frase, sólo esa pequeña frase.

Otro café doble, por favor, Pilita.

A mí también me da rabia esto de la guerra, y lo que no puedo llegar a entender es que una persona tenga tanto poder.

Descansa, Tombi. A ver si mañana nos acompaña Manu. Yo estoy por cerrar el changarro, ya no se vendió nada. Ta mañana.

“Naked Attraction”  no es una serie de TV. Es un programa inglés del tipo: Concursante, a través de varias fases, va descartando a candidatos hasta quedarse con la pareja que más se ajusta a sus gustos personales.
Pero si solo fuera esto no pasaría de ser un aburrido programa más de emparejamientos. La gracia de este formato es que las eliminaciones se hacen en virtud de las preferencias sexuales. Más concretamente, al agrado de la visión directa del cuerpo desnudo de las personas candidatas, especialmente de sus atributos sexuales sin ninguna clase de tapujos.
Podría parecerse a los formatos: “Sobreviviendo desnudos” o “Eva y Adán” ambos consistentes en un par de concursantes desconocidos entre sí, que se enfrentan a la naturaleza hostil en el primer caso para sobrevivir dos semanas sin recursos, o en el segundo caso, rodeados de una naturaleza idílica para enamorarse. En ambos, sin más protección que la propia piel.
Pero en este formato no. Aquí todo se desarrolla en un plató de TV con buena iluminación, buena educación, todo muy limpio, depilado y sin pixelados.  

En la primera ronda, seis participantes (candidatas o candidatos) están parados de pie dentro de sendas cabinas opacas. Permanecen siempre completamente desnudos mientras una cortina se va elevando delante de ellos, hasta dejar visible desde los pies hasta la cintura. Entonces la persona concursante, se acerca acompañada de la presentadora y explican si la parte del cuerpo que ven, destacando el órgano sexual de cada participante les gusta o no, y por qué.
En sucesivas rondas, se van descartando uno a uno los participantes menos simpatizantes con el gusto de quien elige y la cortina va subiendo cada vez más para permitir observar más parte del cuerpo, hasta llegar a verse completos.
Al final solo quedan dos candidatos. En ese momento la persona concursante también debe desnudarse y recibe los comentarios de sus seleccionados. Se llega así a la decisión final de a quien se elige como pareja. Y la pareja se marcha “contenta”.
En días sucesivos, ya fuera del programa, la pareja debe reunirse y conocerse de forma convencional (vestidos) por su cuenta, y en el previo de los programas siguientes se desvela qué pasó con las parejas de programas anteriores.


Cuando descubrí este programa haciendo zapping por canales de la parabólica, me impactó.
¡No por ver gente desnuda!, porque hoy en día lo raro es no ver algún desnudo aunque sea sin buscarlo, sino por la aparente espontaneidad de todos los que participan a la hora de mostrarse en público.
Podría pensarse que son profesionales nudistas, pero viendo la “poca estética” de la mayoría de los cuerpos, uno se inclina más a pensar que es gente que realmente da más valor a otras cosas que no a dejar ver sus intimidades.
Y este es el punto que me interesa.
¿Por qué los humanos, al revés que cualquier otro animal de la tierra, condenamos la sexualidad que es precisamente lo más natural que hay?
Y ¿Por qué las religiones que se suponen son la máxima expresión de la bondad del ser humano, la criminalizan?

En efecto, todas las religiones y contra más extremistas peor, inculcan en sus fieles la perversa obsesión de que el cuerpo es diabólico. La atracción natural de los sexos es pecaminosa y cualquier contacto entre personas que no sea bendecido (autorizado) por los “emisarios de Dios en la tierra” debe ser DURAMENTE castigado.

Comprendo que el mecanismo de la atracción animal entre sexos es incendiario, y que muchas veces ni las mujeres saben ponderar la peligrosidad de su alcance, ni los hombres controlar lo más agresivo de su instinto primigenio. Pero tengo la impresión de que a lo largo de la historia la solución prohibitiva a este problema ha sido peor como remedio que el propio problema. Por eso llegar al momento en que la sociedad se abre a la naturaleza me parece beneficioso. Sobre todo comparado con la cantidad de siglos que llevamos acostumbrados a la violencia, los heridos o los muertos.

Hoy más que nunca es evidente cómo las penalidades que imponen las sociedades ultra-controladoras a quienes se dejan llevar por la naturaleza, denotan su atraso general en el equilibrio social.
No estoy abogando por sociedades viciosas, promiscuas, y entiendo perfectamente que el libertinaje es el inicio de un camino que suele terminar mal, pero “normalizar” la desnudez hace que la pornografía denigrante y la curiosidad malsana pierdan su incitación mayor: ser tabú, y por tanto el atractivo de descubrir lo prohibido.

Bueno, yo creo que no somos animales y que por lo tanto nuestras costumbres son diferentes. En cuanto a lo de ir desnudos, hay hoteles e instalaciones donde todos van desnudos y desnudas, pues no lo haría. No estoy de acuerdo con esa costumbre. Ya dije que yo he hecho topless en la playa, pero no es lo mismo.

Tomb escribió:Bueno, yo creo que no somos animales y que por lo tanto nuestras costumbres son diferentes. En cuanto a lo de ir desnudos, hay hoteles e instalaciones donde todos van desnudos y desnudas, pues no lo haría. No estoy de acuerdo con esa costumbre. Ya dije que yo he hecho topless en la playa, pero no es lo mismo.

Somos animales, y, en ocasiones, irracionales ¿acaso piensas mi muy estimada Tomb, que Putin es una palmera o un sauce o una camelia?

(Tómatelo a broma, que tal como está el patio, más vale que le pongamos buen humor, para no hacernos mala sangre)

Sí, Posti, llevas razón, pero yo me refería a lo que ha escrito Manu de las costumbres sexuales.

Hay que invitarte a Zipolite

Buscaré ahora por internet Qué es Zipolite, pero antes...

Tombita, sí, somos animales y muchas veces (¿siempre?) mas crueles que ellos. Nuestro egocentrismo de especie nos hace pensar que somos superiores, pero haciendo una valoración objetiva tenemos que admitir que el deterioro del habitat mundial que hemos conseguido nosotros, no lo ha conseguido ninguna otra especie.

En cuanto a la desnudez, es simplemente cuestión de costumbre. Una semana en el Africa o Amazonia rodeada de gente en taparabos y tú no tendrías problema en hacer igual.
Nosotros (españoles actuales) en nuestras playas tampoco vemos ya como algo problemático mujeres en Topless, y sin embargo en México no lo pueden asumir.
Pues eso, solo costumbres.

Pero vuelvo a recalcar que hablo de costumbres naturales, NO de libertinaje, folleteo en mitad de la calle, ni sexo guarro.

"Zipolite"...
¡Ah, una playa nudista! :BIEENVENIDA:

Bueno a todo esto, yo nunca he ido a una playa nudista. Simplemente porque nunca tuve interes, ni se puso en mi camino la oportunidad. Pero en mi vida deportiva me he desnudado muchísimas veces en vestidores y duchas de instalaciones deportivas sin el más mínimo problema.

¿En más de 30 pueden participar lo que no sean de más?

NES escribió:¿En más de 30 pueden participar lo que no sean de más?

Totalmente.
Es sólo un título de subforo que ya teníamos en el otro foro y que tiene el simple significado de que se abren unos hilos que pueden remover más las neuronas, por así decirlo...

Con tal de que tengas más de 30 días de vida ya puedes participar, y sois bienvenidos.
:BIEENVENIDA:

Con menos edad no, porque solo lloran y hacen caca.