Tres palabras.

Érase un muchacho guapo que tenía tres protuberancias muy marcadas entre sus piernas, una tan sobresaliente como un bauprés. Un día encontró una vieja escoba con unas iniciales casi totalmente ilegibles; tenía vida propia, se entretenía solo cuando escuchaba música de ultratumba, porque lo excitaba mucho, emocional y físicamente. Conoció un foro que le presentó una guapa mujer de torneadas piernas, llevaba un tatuaje en la pantorrilla izquierda con muchos números y una extraña figura pseudopornográfica que le recordaba aquella tarde lujuriosa cuando le hizo 'la corbata francesa' a plena luz.
Deseoso de revivir lo seco de quedarse sin saliva por besar a su peluche preferido, ese raro oso

Érase un muchacho guapo que tenía tres protuberancias muy marcadas entre sus piernas, una tan sobresaliente como un bauprés. Un día encontró una vieja escoba con unas iniciales casi totalmente ilegibles; tenía vida propia, se entretenía solo cuando escuchaba música de ultratumba, porque lo excitaba mucho, emocional y físicamente. Conoció un foro que le presentó una guapa mujer de torneadas piernas, llevaba un tatuaje en la pantorrilla izquierda con muchos números y una extraña figura pseudopornográfica que le recordaba aquella tarde lujuriosa cuando le hizo 'la corbata francesa' a plena luz.
Deseoso de revivir lo seco de quedarse sin saliva por besar a su peluche preferido, ese raro oso ganado en tómbola

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Deseoso de revivir lo seco de quedarse sin saliva por besar a su peluche preferido, ese raro oso ganado en tómbola de circo pobre fue su amante

Érase un muchacho guapo que tenía tres protuberancias muy marcadas entre sus piernas, una tan sobresaliente como un bauprés. Un día encontró una vieja escoba con unas iniciales casi totalmente ilegibles; tenía vida propia, se entretenía solo cuando escuchaba música de ultratumba, porque lo excitaba mucho, emocional y físicamente. Conoció un foro que le presentó una guapa mujer de torneadas piernas, llevaba un tatuaje en la pantorrilla izquierda con muchos números y una extraña figura pseudopornográfica que le recordaba aquella tarde lujuriosa cuando le hizo 'la corbata francesa' a plena luz.
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Érase un muchacho guapo que tenía tres protuberancias muy marcadas entre sus piernas, una tan sobresaliente como un bauprés. Un día encontró una vieja escoba con unas iniciales casi totalmente ilegibles; tenía vida propia, se entretenía solo cuando escuchaba música de ultratumba, porque lo excitaba mucho, emocional y físicamente. Conoció un foro que le presentó una guapa mujer de torneadas piernas, llevaba un tatuaje en la pantorrilla izquierda con muchos números y una extraña figura pseudopornográfica que le recordaba aquella tarde lujuriosa cuando le hizo 'la corbata francesa' a plena luz.
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Érase un muchacho guapo que tenía tres protuberancias muy marcadas entre sus piernas, una tan sobresaliente como un bauprés. Un día encontró una vieja escoba con unas iniciales casi totalmente ilegibles; tenía vida propia, se entretenía solo cuando escuchaba música de ultratumba, porque lo excitaba mucho, emocional y físicamente. Conoció un foro que le presentó una guapa mujer de torneadas piernas, llevaba un tatuaje en la pantorrilla izquierda con muchos números y una extraña figura pseudopornográfica que le recordaba aquella tarde lujuriosa cuando le hizo 'la corbata francesa' a plena luz.
Deseoso de revivir lo seco de quedarse sin saliva por besar a su peluche preferido, ese raro oso ganado en tómbola de circo pobre fue su amante quien le recordó la noche que tuvo aquel susto del muñeco Chucky

Érase un muchacho guapo que tenía tres protuberancias muy marcadas entre sus piernas, una tan sobresaliente como un bauprés. Un día encontró una vieja escoba con unas iniciales casi totalmente ilegibles; tenía vida propia, se entretenía solo cuando escuchaba música de ultratumba, porque lo excitaba mucho, emocional y físicamente. Conoció un foro que le presentó una guapa mujer de torneadas piernas, llevaba un tatuaje en la pantorrilla izquierda con muchos números y una extraña figura pseudopornográfica que le recordaba aquella tarde lujuriosa cuando le hizo 'la corbata francesa' a plena luz.
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Érase un muchacho guapo que tenía tres protuberancias muy marcadas entre sus piernas, una tan sobresaliente como un bauprés. Un día encontró una vieja escoba con unas iniciales casi totalmente ilegibles; tenía vida propia, se entretenía solo cuando escuchaba música de ultratumba, porque lo excitaba mucho, emocional y físicamente. Conoció un foro que le presentó una guapa mujer de torneadas piernas, llevaba un tatuaje en la pantorrilla izquierda con muchos números y una extraña figura pseudopornográfica que le recordaba aquella tarde lujuriosa cuando le hizo 'la corbata francesa' a plena luz.
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(*)
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Pasada la medianoche

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Pasada la medianoche, ya en casa con los pies

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Pasada la medianoche, ya en casa con los pies en la palangana[/size]

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Pasada la medianoche, ya en casa con los pies en la palangana con agua tibia

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Pasada la medianoche, ya en casa con los pies en la palangana con agua tibia, la bandera izada,

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Pasada la medianoche, ya en casa con los pies en la palangana con agua tibia, la presa erguida, esperaba su delicioso

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Estar 'mal equivocados'

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Estar 'mal equivocados', la máxima tragedia,