Catalunya
2 participantes
Página 1 de 1.
Catalunya
INICIO
Las condiciones geográficas de las tierras catalanas ya insinuaban algunas características de la historia que desplegarían sus pobladores. La influencia de la Geografía podría ser modificada por el esfuerzo político y guerrero, por fenómenos culturales, por el progreso de las comunicaciones; pero, sobretodo, a lo largo de los siglos, encontraremos aspectos de la coerción material de los hechos geográficos.
Situada entre dos grandes comarcas que habían de llevar los nombres de Hispania y Galia, Catalunya estaba destinada a ser, a la vez, paso natural entre ellas, campo de batalla en sus contiendas, objeto de deseo de una y otra, que pretenderían integrarla, total o parcialmente, dentro de las grandes concentraciones estatales que formasen. Precisamente por esta misma situación, la convertiría en el lugar de convergencia de influencias diversas, de barrera de pueblos, de avanzada europea frente a las oleadas africanas, de transmisión de corrientes culturales que le llegasen.
De otra manera, formando parte de una entidad geográfica más vasta, con límites bien definidos —la Península Ibérica— Catalunya pasaría largos periodos de su historia unida, con vínculos más o menos sólidos, más o menos estrechos, a la entidad política que llegase a encarnar aquel conjunto geográfico. Su encaje dentro de una gran cuenca fluvial, fuertemente separada del resto peninsular, —la cuenca del Ebro— la uniría a las regiones que la forman y que vienen a ser su “hinterland”; y esta unión se manifestaría políticamente en el hecho de llegar a constituir junto a ellas, durante siglos, un conglomerado político independiente. No obstante, la circunstancia de ser, en general, muy pobres y escasamente pobladas las tierras de este “hinterland”, y en cierta manera, separadas de Catalunya por ásperas montañas al Norte, con verdaderos desiertos como el de los Monegros y el llamado desierto de Calanda, alejaría la actividad económica y política de Catalunya. La alejaría, todavía más, el hecho de que una parte de sus ríos y sus montañas, formen cuencas que abocan, valga la expresión “Catalunya a la mar”; hasta el punto de haber podido ser escrito que Catalunya está, ciertamente, unida a la Península Ibérica, pero unida por dorso, de espaldas a ella. Catalunya pocas veces ha dirigido su mirada hacia el Oeste, pocas veces o ninguna se ha identificado con la misma.
Las otras tierras catalanas se encuentran en un caso similar, o más acentuado todavía. La zona catalana del país valenciano es una estrecha lengua plana, extraordinariamente fértil —“l’horta”— separada del interior de la península por los macizos de la cordillera Ibérica o por las estepas desoladas. Ya no hace falta hablar de la separación de las Islas Baleares.
Es así como los hechos geográficos han decantado bien a Catalunya, de una parte, a ser un pueblo con tendencias constantes al gobierno propio, de otra parte a ser un pueblo expansivo fuera de la Península. Relativamente poblado, con un territorio áspero y avaro, con pocas comunicaciones con el interior, buscaría difundirse hacia tierras más ricas: la Galia meridional o las islas y penínsulas mediterráneas Un hecho geográfico puede contribuir a hacer fracasar la expansión por tierras occitanas, el mismo que contribuyó a hacer fracasar, en definitiva, todas las tentativas para formar conjuntos estatales con las tierras de las dos partes del Pirineo, el mismo que impidió a Francia su expansión acá de las montañas. Ya comentaré qué función política junto a hechos geográficos, a los cuales cabe añadir la relativa articulación de sus costas, dirigía Catalunya a ser un pueblo eminentemente marítimo. Tanto es así que su expansión por tierras peninsulares sería por lugares del litoral: València y Murcia.
*****
EL POSTIGUET- Mensajes : 6467
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Catalunya
CONFIGURACIÓN
La configuración interior de Catalunya no había de ejercer menos influencia en su historia. La división en comarcas muy definidas, en ocasiones pese a todo con escasas comunicaciones naturales entre ellas a causa del predominio montañoso, configuraba su territorio singularmente apto para la persistencia de la diversificación interna, con la tendencia a la formación de numeroso núcleos independientes o autónomos: tribus primitivas, condados medievales... Una tarea lenta de unificación sería necesaria, esta sería, en cierta manera, la tarea de Roma respecto a las mismas, y la del condado de Barcelona respecto a éste. No obstante, pese a este esfuerzo y sus resultados, la parcelación geográfica dejará sentir su influjo a lo largo de toda la historia, y todavía hoy podemos encontrar notables manifestaciones.
La misma configuración interna contribuirá a explicarnos otros aspectos de la historia catalana: la repetición de ciertos fenómenos de expansión por el interior de Catalunya, la dureza que tomarán siempre las luchas de invasión y de reconquista. Nos explicará también, por la carencia de planes extensos y a pesar de ser el principal cultivo, la escasa producción de cereales, con todas las importantes consecuencias que esto implica en aquellas épocas. Desde el estímulo a la expansión por países productores como Sicilia y Sardenya, hasta la contribución al encaje de la economía catalana con la economía española, informará constantemente aspectos de la historia político-económica de Catalunya, en la paz y en la guerra. Así, los generales napoleónicos se encontrarán que en Catalunya, país de vinos, aceites y frutales, falla la máxima de su caudillo: “La guerra nutre la guerra”. Todavía hoy el problema del cereal es uno de los importantes déficits para Catalunya y uno de los que reclaman una atención preferente.
Sin alejarnos de los hechos geográficos, encontraríamos, así mismo, explicaciones a la vacilación histórica de ciertas comarcas fronterizas, netamente catalanes en otros aspectos pero atraídas por las afinidades geográficas de los países vecinos. Es el caso de la Catalunya extremo occidental, geográficamente más afín con Aragón, en una larga zona de 5.500 kilómetros cuadrados, alejada de Catalunya y anexionada a las comarcas aragonesas. Es también el caso del Rosellón, considerado como ultra-pirenaico, y que sufre desde 1652, las consecuencias de esta consideración, exacta o errónea.
Sobre este territorio donde la Geografía parecía predecir algunos aspectos de la Historia, fueron establecidos los primitivos antepasados catalanes: el pueblo pirinaico, el pueblo de la cultura de las cuevas, los pueblos ibéricos y el pueblo celta. ¿Europa y África contribuyeron a poblar la futura Catalunya? Hay quienes consideran europeos a los pirenaicos y los celtas, mientras se discute el origen de los otros dos elementos. Sea como sea, cada uno de estos pueblos contribuía rasgos diversos a la formación racial de Catalunya. El pueblo pirenaico emparentado, según parece, con el pueblo vasco, es el de la cultura de los monumentos megalíticos, extiende una zona hasta la ralla Monsec, Montserrat, Barcelona y el de los nombres geográficos vascos de Esterri, Gerri, Isaberre, Montiberri, Espui, Llesui, Bernui, del NW de Catalunya. Los pueblos denominados de las cuevas se extiende un día por la mayor parte de Catalunya, son los que por su persistencia hasta la época romana, parecen tener unas raíces más indígenas. El pueblo celta aporta una cultura y sangre indo-germánica con su transferencia desde del sur de Alemania hasta el mediodía francés y Catalunya, hasta el 1000 a.C., y con la gran difusión por gran parte del territorio catalán, por un tiempo en la costa, fue después con todos los otros elementos: los pueblos ibéricos, en fin, llevan otras modalidades de carácter y de cultura despliegan una civilización remarcada del SE de la península, con cetros importantes al extremo de las tierras catalanas, región de Elx y Alacant, de Alcoi y València y con manifestaciones y reflejos hasta el NE de Catalunya y más allá de los Pirineos hasta el Ródano.
***
EL POSTIGUET- Mensajes : 6467
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Catalunya
CONTINUACIÓN
Todos estos pueblos, durante su establecimiento en Catalunya, con sus movimientos, que parece a veces un precedente de los que se produjeron antes de la Reconquista, dividen étnicamente Catalunya. De esta manera, cuando la dominación romana fija las tribus en sus territorios respectivos, o sea, a partir del siglo III a.C. encontramos las tribus primitivas en la Cerdanya y en los valles de los Pirineos, las tribus de los pueblos de las cuevas en la plana de Vic y el Barguedà, las tribus ibéricas en las regiones de Lleida y Tortosa, y más abajo por todo el País Valencià (contestanos) y en las Baleares (baleáricos).
Los celtas se han fundido con los otros pueblos indígenas y solo se encuentra una tribu gáelica en el Rosselló, la de los tectosanos, que llegaron en el siglo IV e hicieron retroceder a los iberos de la Galia meridional. En el resto del territorio, o sea, en la costa, se ha producido con escasa proporción del elemento ibérico, una mescolanza de todos los pueblos primitivos, la cual ha dado lugar a las tribus de los indigets (Empordà) y layetanos (Barcelona); y son grupos muy próximos a los que avanzando hacia el Sur (cosetanos) y hacia el Oeste (lacetanos), en un movimiento evocador de la futura expansión del condado de Barcelona, harán retroceder a los iberos, los dividirán en las tribus precitadas de los ilerdanos, y decantarán estos hacia la cultura de los pueblos de la costa.
De manera que la Etnografía de Catalunya venía a acentuar ciertos rasgos que ya había insinuado la Geografía. Acentuaba la riqueza de la variedad y el peligro de la división interna, para los cuales la Geografía ya proporcionaba una base: tanto más que el carácter de las tribus se distinguía por la carencia de solidaridad. Siendo de otra raza (iberos) las tribus de Lleida, Tortosa y València, colocaban unos de los primitivos fundamentos a la futura distinción del catalán occidental y oriental.
Sobre el carácter de las primitivas tribus catalanas se poseen algunas noticias, transmitidas por autores griegos y latinos. Todos coinciden en proclamar la rudeza y el coraje. “Raza feroz” viene a decir Titus Livi, “dura gente, gente feroz en la caza”. Por su parte Plini a los de la costa los considera no solo superiores a las del interior, sino también como la tercera tierra del mundo. Después de Italia, exceptuando las regiones fabulosas de la India, dice “pondría ciertamente la Hispania, especialmente la que se ciñe en la mar”. Pero Plini no señala solo las excelencias de la tierra, sino también de los hombres. Si aquellas regiones privilegiadas de Hispania igualan, según él, por sus productos a las Galias, las superan en cambio por la habilidad de los siervos, la dureza corporal, la vehemencia de los corazones, el ardor en el trabajo.
En los elementos raciales primitivos, fueron superponiéndose o infiltrándose las otras afluencias étnicas que las vicisitudes históricas llegaron a Catalunya. Ellas constituyen ya, propiamente, las colonizaciones, y contribuyen a precisar poco a poco la fisonomía del pueblo catalán. La colonización de los griegos, que la encabezan, es tal que ya, a principios del siglo VI a.C., habían fundado establecimientos como el de Hemeroscopeion (atalaya del día), cerca de la ciudad ibérica de Diniu (Dènia), que se habían instalado en Massàlia (Marsella); que habían creado una pequeña factoría cerca del Cabo de Creus y dos factorías más entre el Cabo de la Nau y el de Palos, Alone o Akraleuke (Alacant) y que después de medio siglo de estancia próspera en la ciudad provenzal habían extendido su poder por la costa catalana, con colonias como Empúries y Roses.
La influencia de los griegos sobre las poblaciones indígenas de la costa catalana debió ser sensible. No se ha descubierto rastro de su impronta étnica en las facciones de la gente empordanesa, la ciudad de Empòrion, pese a su modestia, era muy superior a las poblaciones vecinas, delante de ellos, el reflejo de la cultura griega debía lucir con prestigio; el arte helénico, sobre todo la estatuaria y la cerámica, influyeron sobre el arte indígena; el contacto y el ejemplo de los griegos debió aumentar a los pueblos de la costa una acentuación de las aptitudes marineras y mercantiles que ya poseían.
***
EL POSTIGUET- Mensajes : 6467
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Giordano Bruno de Nola le gusta esta publicaciòn
Re: Catalunya
CONTINUACIÓN
Por lo que hace a las otras tierras hispánicas, como una prefiguración de la actividad comercial catalana, aparecen monedas ampurianas por las regiones de la costa oriental, y ha sido hallada cerámica helenista de los siglos III y II en Numancia y en las necrópolis de la cultura post helenística más tardía.
Incluso sobre la agricultura pudieron ejercer los griegos una considerable influencia, pues es bien cierto que ellos introdujeron la viña y el olivar. Las relaciones con ellos, aunque algo recelosas, alcanzaron con las gentes del litoral esa parte receptora que hace a los pueblos aptos para experimentar la influencia benéfica de culturas superiores. La colonización griega fue preparando de esta manera, a lo largo de más de tres siglos, la colonización romana, ya que las colonias griegas fueron aliadas de Roma. Por otra parte, si la Neápolis ampuriana no fue grande ni suntuosa, constituye, pese a todo, incluso hoy, con las ruinas que nos han dejado, con su cerámica, rica en todas las variantes de producción de aquellos siglos, con el resto de sus bellas estatuas, un título de honor para la tierra que la ha conservado para la historia.
En cuanto a las factorías griegas de las costas valencianas, han estado consideradas como el punto de pertenencia de la escultura ibero-griega, y su obra más famosa, la Dama d’Elx, fue encontrada en la antigua y vecina Ilici. Por cierto obra muy solicitada de que esté en la ciudad alicantina que la vio nacer, pero el Estado español se niega a ello rotundamente, y la conserva en Madrid.
Pero si las colonias griegas trajeron a Catalunya ecos del mundo y reflejos de la más alta civilización de aquellos tiempos, Catalunya había estado lejos de los acontecimientos en que se forjaba la historia de la humanidad. La llegada de un nuevo pueblo colonizador, antiguo rival, victorioso, del pueblo griego, la hará entrar por primera vez dentro de la historia universal, y la llevará a formar parte del primer gran imperio europeo. Las tierras catalanas son uno de los campos de lucha entre Roma y Cartago por el dominio del Mediterráneo. Una vez más, un pueblo africano se extiende por la Península, y, hecho importante, en el acuerdo al cual Roma y Cartago llegan respecto a la posesión del territorio peninsular, la ciudad de Cartagena, año 348 a.C., y el Ebro en el año 226 a.C. son situados como límites de la expansión púnica por el litoral mediterráneo. De tal manera que, si primero los romanos habían intentado parar a los cartagineses en el límite de la libre Iberia influenciada por las colonias griegas (el límite de la expansión medieval de Catalunya y de su idioma) después, cuando la impronta cartaginesa hubo ultrapasado Cartagena, intentaron parar a los africanos en la raya del Ebro; impidiendo que los cartagineses pudieran amenazar Italia por las Galias. Catalunya, con aquel acuerdo, se situaba fuera de la denominación de Cartago, como frontera o marca europea delante del invasor africano, como lo será más tarde frente a la invasión sarracena.
Pero el acuerdo no fue respetado, Hanníbal, después de conquistar Sagunto, aliada de Roma y única ciudad que no reconocía el dominio cartaginés allá del Ebro, atravesó este límite sometiendo a las diversas tribus catalanas. Un nuevo elemento entraba en nuestra historia: elemento sin trascendencia, salvo que provocó la llegada de los romanos. Dos años duró la ocupación militar cartaginesa de Catalunya; Roma había evitado que formara colonia alguna un pueblo semita africano; ni influencia étnica, ni espiritual fue posible. Los restos históricos que dejaron los cartagineses son escasos, unicamente los de procedencia comercial. Y solo esto es lo que pudo haber de contacto directo con los fenicios por parte de nuestros remotos antepasados. Solamente en un parte de tierra catalana, la isla de Eivissa, existió una larga y verdadera colonización fenicio-cartaginesa, y tan solamente allí se han encontrado restos abundantes del arte púnico. Ya desde el siglo VII los cartagineses habían establecido una base naval en la isla, con el objeto de dominar la ruta entre España y la Serdenya, esfuerzo en que los había precedido los griegos y los romanos que los suceden de inmediato, como más tarde los bizantinos y las repúblicas italianas como Pisa y Génova; y también Catalunya como esfuerzo de todo pueblo que quisiese dominar plenamente el Mediterráneo occidental.
*****
Notas. Textos extraídos de obras de diversos historiadores cuyo listado sería larguísimo. Incluso de la Academia de la Historia, en Madrid, así como de la Real Academia de Bones Lletres de Barcelona, o del Congreso de Historia de la Corona de Aragón (Congresos del I al VI).
*
EL POSTIGUET- Mensajes : 6467
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Catalunya
LA DOMINACIÓN ROMANA
Mientras Hannibal, por tierra, atacaba, Roma por mar, había enviado sus legiones a Catalunya. El año 218 a.C. los legionarios comandados por Gneus Escipió, desembarcaban en Empúries, fecha y acontecimiento importantísimos en nuestra historia. Los griegos, aliados de Roma, temerosos de la dominación cartaginesa, abrieron a los romanos las puertas de nuestro país de par en par, y Catalunya se encontraba de repente en presencia del más grande pueblo imperialista de la antigüedad.
Catalunya recibió a los romanos con un estado vacilante, ni muy favorable ni muy adverso. Entre dos dominadores, romanos y cartagineses, unas tribus se decantaron hacia uno como otras hacia los otros. Victoriosa Roma, las centurias fueron ganado terreno, pero un príncipe ilerget, llamado Indíbil, consiguió el alzamiento de todas las tribus del Ebro; fue el acontecimiento, podríamos decir, del primer alzamiento histórico de Catalunya, que fue seguido de otros alzamientos: de ilergetanos, lacetanos y ausetanos, donde Indíbil, vencido, encontró muy joven la muerte, era el año 205 a.C.
Este esfuerzo por la independencia catalana, glorificada desde Titus Livi hasta Guimerà, como las sublevaciones ulteriores dominadas por Cató (194) resultaron inútiles. Fue una lástima que no se llegaran a producir, hubiera sido para la posterioridad un acto de fe y de amor por la libertad de las tribus catalanas, en vez del principio de todas las sumisiones. No obstante, igual hubiese sido un mal que hubiesen triunfado. La civilización romana era tan superior a la civilización indígena, que la sujeción a Roma representaba, tanto para Catalunya como para los otros pueblos, enraizarse a un estadio de cultura. Desde el desembarco de los romanos en Empúries, grandes figuras de la historia de Roma desfilaron por Catalunya: Los Escipiones Gneu, Publi y Publi Corneliu, Cató el Censor, Tiberi Semproni Grac, Quint Cecili Metel, conquistador de las Baleares, y Pompeu, y César, y Augusto… Llegan soldados, funcionarios y colonizadores. La romanización es empujada, si cabe, por medios violentos: Cató desarma las tribus de los Pirineos hasta el Ebro; la paz entre las tribus y la residencia fija es impuesta; son prohibidas las alianzas entre ellos; las tribus de las montañas rebeldes son obligadas a bajar a la plana; la buena administración, los métodos conciliadores, hacen otras veces, o al mismo tiempo, el camino de la asimilación. Son construidas vías de comunicación, desconocidas por las tribus; puentes y acueductos. El arte provincial romano levanta sus monumentos, los templos, los arcos conmemorativos, las construcciones funerarias. Teatros, anfiteatros y circos, baños y termas, realzan las poblaciones.
No se trata aquí de un arte constructivo grandioso y espléndido. No encontramos escampadas por Catalunya las magníficas construcciones que en otras provincias fue dejando el pueblo romano, testimonio de su fuerza como pueblo constructor. La modestia de la ciudad griega de Empúries, la reencontramos ahora, como la reencontramos en el arte románico catalán de los siglos X al XII. La tierra no ha rendido, todavía, su galardón al trabajo tenaz de sus hombres.
Pero existe Tàrraco. Desde su llegada, los Escipiones la escogen como base de sus operaciones y centro de sus conquistas, Plini llega a decir que fue él quien la fundó. El gran Publi Corneli ha reunido asambleas de los aliados de toda la Hispania, y ha concentrado las tropas antes de lanzarse a sus victoriosas campañas. Tarragoníns han tomado parte en estas, y es a los pescadores de Tarragona, si hemos de creer a Titus Livi, a quienes se debió la rápida caída de una plaza, tan importante, como Cartagena.
(Continuará)
******
Parte de este escrito, entre otras publicaciones, está extraído de la “Corduba non, non arce potents tibi Tarraco certat”. Ed. Fundación Bernat Metge. Barcelona 1928.
EL POSTIGUET- Mensajes : 6467
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
Re: Catalunya
(Continuación)
En Tarragona se reúne al ejército del Escipión Emilià para marchar a la definitiva campaña de Numancia. Tarragona no ha hecho más que crecer, romanizándose. César la ha elevado a la categoría de colonia, dándole el título de “Victrix” y es por su nombre de familia que se dijera Júlia. Él es el gran creador de la gran época de Tàrraco. Augusto ha residido más de un año (27 a.C.) después de la guerra cántabra, convaleciente de una enfermedad y la ciudad catalana ha ejercido durante este tiempo como la capital del Imperio.
Tarragona, como nos explica Schulten en su obra “Tarragona” p. 132, con sus magníficos edificios y su admirable situación, llegó a ser considerada como la ciudad más bella de la Península; estaba bien poblada, unos 30.000 habitantes, en la época de su florecimiento. Era centro político y administrativo, capital de una vasta provincia, residencia del gobernador y anualmente se reunían en ella los representantes de los trecientos municipios en asamblea general. Centro industrial y agrícola, Estrabó nos la presenta como abastecida de todo lo necesario, bien situada para los funcionarios que van a Hispania, metrópolis no solo de la Hispania de acá del Ebro, sino también de la mayor parte situada más allá. El joven poeta Annius Florus, refiriéndose a Tarragona nos dice: “Sus habitantes son honrados, ordenados y amables; no se abrazan enseguida al cuello de los extraños, sino que primeramente los estudian, para enseguida acogerlos hospitalariamente”.
La dominación romana de Catalunya duró cerca de siete siglos. Durante cerca de setecientos años, en realidad una tercera parte de su historia, que en realidad comienza con la llegada de los Escipiones, Catalunya vivió dentro del Imperio Romano. Pensemos en lo que esto significa: la penetración constante dentro de un pueblo inferior, sin la defensa de una cultura propia a la cual adherirse, sin otra defensa que su propia rudeza y su ignorancia, por parte de un pueblo maestro en el arte de someter y de atraer, de influir y asimilar, de hacer parecer y desear como un premio la entrega total a su organización y a su ciudadanía. Poco centralizador de principio, extiende sus redes de su administración provincial y de sus impuestos, dosificando el grado de libertad de las comunidades políticas de los pueblos sometidos, respetuoso con el derecho y la religión de los nativos, la autonomía de aquellas comunidades, van desapareciendo poco a poco durante el Imperio, y el derecho romano y la religión romana sustituyen, al menos en los principales núcleos urbanos, el derecho y las culturas indígenas.
El régimen municipal romano se injerta en Catalunya. Penetra la raza y el idioma latino. Un comercio muy intenso con los otros países del Imperio: Provenza, Italia, Norte de África, ayuda eficazmente a la romanización. El idioma latino sirve como uno de los principales vehículos de expresión y la organización romana como la base de su propia organización. San Pablo, seguramente san Cugat y san Feliu, predicadores africanos, traen la nueva religión a Catalunya donde bajo las persecuciones de Deci, Valeriano y Dioclecia, aparecen fecundamente los mártires, como san Fruitós, Auguri y Eulogio en Tarragona, santa Eulalia en Barcelona y otros muchos.
El litoral queda totalmente romanizado. Titus Livi puede escribir sobre las “costumbres agresivas y salvajes de los hispanos, a excepción de los habitantes de las costas de nuestra mar”.
(Continuará)
*****
Parte de este escrito, entre otras publicaciones, está extraído de la obra “Sculptures antiques du Conventus Tarraconensis” de E. Albertini, así como del “Annuari de l’Institut d’Estudis Catalans”, 1913-1914, p. 359.y del “Discursos sobre la calidad del Principado de Cataluña” de F. de Gilabert (Lleida 1616)
*
EL POSTIGUET- Mensajes : 6467
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 88
A Giordano Bruno de Nola le gusta esta publicaciòn
Giordano Bruno de Nola- Mensajes : 37805
Fecha de inscripción : 07/12/2020
Edad : 66
Localización : México
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.