Un amor imposible

UN AMOR IMPOSIBLE

MI vecino que de costumbre, no suele percatarse de lo que sucede a su alrededor, distraído como esta siempre con sus complicados razonamientos, se da cuenta rápidamente de mi presencia, y cuando esta mañana me acerco a él. Al pronto se queda mirando a mi perrilla, que ajena a su observación olisquea, aquí y allá, y al momento, el locuelo, me dice así de sopetón, como acostumbra a abordar a sus conocidos.

-Esta mascota de Ud. tiene un grave conflicto de personalidad, y tendría que llvarla sin remedio y rápidamente a un psicólogo, si acaso a un neurólogo.-

.-Y el porqué.? le contesto a mi vez, extrañado de su comentario

-Observe, amigo mío, que su mascota, para hacer sus necesidades, unas veces levanta una pata y otra se agacha, signos estos que son evidentes de su duda interna por saber a qué sexo pertenece, y que si esos síntomas se agravan, podrían llevarlas a un estado de schoc perruno, que transformaría su personalidad de tal forma, y hasta tal punto, que cualquier día se le podría poner a maullar como un felino cualquiera.-

-Mire vecino.- Dije como para tranquilizarlo. _

-Acostumbramos a ver a los animales y su comportamiento como si de personas se trataran, pero ellos son animales, y según los veterinarios mi perilla no sale a pasear, sino a cazar, a marcar su territorio, vea si no, como va marcando su territorio.-

Mi amigo me mira incrédulo, pero no dice nada, pero como le veo en el semblante un aire de tristeza, le pregunto.

- Y a Ud. ,¿cómo le va la vida,? , ¿Cómo se encuentra estos días?-

.- Mal vecino muy mal, estos días me acuerdo de un amor imposible, un amor que nunca pude conseguir.-

- Pero de eso habrá pasado mucho tiempo, porque Ud. está casado, y parece que aparentemente es feliz con su pareja.-

-Si desde luego, pero es que eso pasó hace muchos años, pero aun  la recuerdo.

La primera vez que la conocí fue en el patio de vecinos en donde vivía mi abuela. Entonces andaría yo por los quince años, fue al oírla cantar, cuando me cautivo para siempre. Ella se vino a vivir con cl “Tío pajarito” que era uno de los vecinos que vivían abajo, los de las viviendas de la entrada.

El “Tío pajarito” tocaba su vieja guitarra por los bares y acompasaba en sus cantes a los borrachos con afición, llegaba a casa dc madrugada y acostumbraba a cenar, la comida del mediodía en el patio, junto al brocal del pozo, comida cena que acompañaba con sus rasgueos dc guitarra.

Como le gustaba tanto, la música se la llevo a vivir con él.
Y yo, cuando podía, me iba corriendo al patio de mi abuela a oírla cantar, y escuchando a la Piquer, y a Manolo, caracol, y al Farina, y me hice la firme promesa, de que nunca dejaría de estar con ella. Luego pasaron los años y ella que era mayor que yo cambio más rápidamente, Ya no era aquella esbelta figura que se colocaba en el mejor sitio de la casa, ya no era tan despampanante, había cambiado, y dejo de ser única, porque gemelas a ella inundaron las casas y los escaparates, y yo loco por conocer sus secretos internos empecé a estudiar, pero ella siempre iba por delante de mí,

pronto dejo de tener calor en su interior y se hizo más fría, más pequeña, y con los años. Los Transistores le quitaron a las válvulas de vacío su misterio y su calor. Seguí sin poder tenerla, soñando siempre con poseerla, ahorraba, pero algo se interponía siempre entre ella y yo, viajes, estudios, desplazamientos. Seguía estudiando para llegar a conocerla totalmente, pero ella...... Seguira

Cuando encuentre la última parte la pondré. ¡Que pasa! Es que nunca habéis perdido folios, ¡ o que!  A ver si tengo que esperar a alguno en la calle.

No somos na

Esperando a que encuentres los folios perdidos.

Jejejeje

De esa también estuve enamorado yo.
No, no te fue infiel. Es que como sabes muy bien ella siempre tuvo palabras amables para cualquiera que quisiera escucharla. Y en su generosidad nos cantaba sin descanso a todas horas. Nos susurraba por las noches entre las sábanas. Nos emocionaba las tardes de domingo voceando goles, y pendiente del más mínimo detalle era capaz incluso de avisarnos puntual del cambio de las horas.

Yo no le fui tan leal como tú Daniel, porque en realidad yo estaba más interesado en ver su interior. Muchas veces la desnudé para curar sus males.
Aunque claro, como cada vez se hizo más flaca, llegó un momento en que ya no pude hacer nada por ayudarla. Y entré en esa costumbre de felón que cada poco tiempo se cansa del amor rutinario y busca uno nuevo impaciente por encontrar en su cuerpo encantos desconocidos.
Pero tienes razón, yo también la echo de menos compañero.

Hay señor!!!
Pobres, habéis olvidado aquella noche de verano que tras el descenso de abrasador sol, salimos todos al patio para aliviarnos con los chorros del agua de la manguera que había en el rincón al lado del pozo, después de la algarabía cuando ya los niños rendidos por las risas y el sueño empezaron entre protestas y súplicas a tirar para sus casas tras la insistencia feroz de sus progenitores, ella se sentó junto al pajarito y nos deleitó con una de sus canciones, no mi preferida, pero eso es igual, vosotros estabais sentados frente a ella embelesados por su porte y por su musical gracia, y justo detrás vuestro de pie, se encontraba mi persona.
Cuando termino de cantar os miro con sus grandes y hermosos ojos que eran primavera, calentados por un sol celoso y regados por la amable noche, y después os sonrió, con la más esplendorosa de sus sonrisas, pero vosotros pardillos os quedasteis como pasmarotes sonrojados.
Quien fue el joven que se acercó a ella y le habló de frente? Nadie! Claro, quien si no, no se ni las veces que me habéis preguntado que es lo que le dije y siempre os digo que ya os lo contaré algún día, bueno, pues mientras caminaba hacia ella me acordé de Bécquer y se lo solté:

Por una mirada un mundo
Por una sonrisa un cielo
Por un beso, yo no se lo que te diera por un beso.

Pero que dices tonto, me dijo- y me tomo de la mano y me llevo consigo…