Para Martha

MI VECINO EL EL LOCO Nª 7


DE LA VIDA SIN ERRORES Y LA PERFECCIÓN DE LAS COSAS


Mi vecino estaba sentado en el banco del parque. Mas bien permanecía echado hacia atrás, derecho entre el respaldo y el asiento mirando hacia las nubes. Parecía pensativo y en su cara, normalmente agitada por los rictus y los gestos de sus manías, tenía un aire de desacostumbrada tranquilidad, con su enorme nariz aguileña destacando en el horizonte de su cuerpo.

- Buenos Días vecino. -

Dije en un tono lo más amistoso que pude, y deseando para mis adentros que aquella mañana se pudiera hablar con él. "El Loco " me miró pareciendo salir de la contemplación del cielo para gruñir algo entre los dientes. Ocasión que aproveché para sentarme a su lado

. -Buen tiempo hace. Por fin sale el Sol. -

Dije, y era verdad, por fin después de dos o tres meses de una neblina gris de frío y humedad, salía un Sol que se metía por los rincones y que con el que parecía que se agrandaba el día, las palomas volaban mas y más alto, y hasta se veían a los niños correr por las calles de tierra y sin coches del parque.

.-Vecino, que triste seria la vida si todo fuera perfecto.-

Soltó de pronto el antiguo minero, asustando con su voz grave a unos cuantos pajarillos que picoteaban por el suelo.


.- No se que decirle, estimado amigo, hay que buscar siempre la perfección de las cosas para evitar sus fallos.-

Le contesté mirándole a aquellos ojos hundidos que tanto sabían de pesadillas vividas y sufridas en su otra realidad de la que a veces no era capaz de salir.

.-i Ud. no sabe lo que dice y si habla así es porque no lo ha pensado bien.-

y siguió hablando para añadir

.- En una vida perfecta. En un ciclo de vida perfecto, en un sistema sin fallos, no habría desamor, no habría dolor. No existiría el hombre que te arruinó. La mujer que te destrozó. La maquina que nunca funcionó y el viaje a que nunca pudiste ir. La gente que murió de forma inesperada no existiría. El equilibrio bailaría de puntillas en un escenario límpido de todo fallo.-

Después de oír aquello, mi cabeza se disparó para comprender toda la lógica de esas palabras, aún así quedé callado porque estaba muy lejos de entender hasta donde quiere llegar aquel visionario.

.- No lo ve Ud. vecino. De esta forina diríamos adiós a los caprichos del destino. Adiós a la suerte. Adiós al desorden aleatorio que crea otro orden.-

.-Imaginase si le apetece vivirlo, vivir así es preferir la sorpresa de un robo a la seguridad de un fortín con rendijas de barras de acero. No lo ve Ud. que ha veces es tan clarividente. Si todo fuera tan perfecto como queremos que sea no hubiera caído la manzana de Newton, no existirían las cosas útiles que son frutos de los fallos humanos, la vida vecino sería tan lisa, tan plana de alteraciones que moriríamos de perfeccionismo. –

Dicho esto mi vecino que me quedó mirando como esperando a que le hiciera mis acostumbradas correcciones y alegatos a sus insólitas divagaciones. Pero interiormente tenia que claudicar a sus sabios razonamientos y por mucho que lo pensé acabé por darle toda la razón.

Aunque no se lo dije. Animarle mucho en sus conclusiones podía desencadenarle un arrebato de locura que lo llevaría de vuelta al manicomio

-Si vecino, no está mal pensado, claro, claro.-

y como quien no quiere la cosa, haciéndome el distraído y regañándole a la perilla que me miró un tanto sorprendida con aquellos ajillos negros sin fondo, me alejé de el después de decirle adiós con la mano

Rocinante

DE CUANDO MI VECINO BUSCABA A LA INSPIRACION



A mi vecino el loco, que se llama Federico, el otro día le vi. Ahora está en su casa porque está enfermo. Una gripe pegajosa y rebelde lo tiene en la cama, aunque el se escapa al Sol del parque de enfrente y allí se lía como ya no lo hace nadie sus cigarrillos.
Con mucha tranquilidad, como un rito antiguo se saca del bolsillo una vieja petaca de cuero viejo, oscuro y agrietado se vierte una poca de picadura en un papelillo de arroz y pensando en sus cosas, afina los dedos, y enrolla el papelillo de tal forma que al poco, un fino cilindro de tabaco está listo para ser encendido.
Mirándolo desde lejos, esa escena me recuerda a cuando mi padre hacia lo mismo y como para saber más de el porque en realidad todos los vecinos somos unos grandes desconocidos, ya que nos preocupamos de dar de comer a las palomas, de cuidar de nuestros perros, de que los jardines este perfectos, de todo menos de interesarnos por nuestros conciudadanos que al fin y al cabo son personas con los mismos problemas y felicidades que nosotros.

Así que me acerco a él siempre con recelo, con un poco de desconfianza, más por su enfermedad que por el mismo que parece una buena persona, maltratado por la vida, eso si, como luego el mismo, con el tiempo me contaría.

-Hola, Que hay, buenos días.-

Mi vecino, me mira desde la lejanía de su cordura como pensando que me conoce de algo, seguro que sus fantasías se mezclan con sus pesadillas y realidades y tiene que hacer un gran esfuerzo para coordinar y saber en cual de ellas se encuentra, al fin, como saliendo de una gran concentración, me dice.

.- ¿Ha vecino, hola, tú eres el vecino del cuarto 3ª, el que escribe. El que dice que el tiempo nunca se detiene, porque el reloj nunca se para, y que también dice que el mar lo llama cuando se acerca y que le saluda y le dice hola ola. -

,. Bueno.-

Dije, encogiéndome de hombros, pensando que al fin y al cabo nada conseguía con desmentirle, si él pensaba que yo había dicho eso, pues me era igual, tampoco era cuestión de ponerse a porfiar con un demente,

-- Como que esta por casa vecino, ¿Acaso ya está mejor de su enfermedad?

Le dije aparentando naturalidad y ganas de conversar.

.- Que va, que va vecino si UD. Supiera. Ahora me paso los días y las noches escribiendo sin descanso, quiero decirle al mundo la verdad que no conoce.
Bueno mejor dicho escribía, porque sabe UD. que para eso hace falta inspiración, pues mire UD. por donde, que ahora, esta buena señora no me visita como antes solía hacerlo. I.-

.- ¿y como es eso?-

Seguí demostrando un falso interés, pues estaba claro que mi amigo contaba una de sus delirios.

.-i Pero sabe UD. lo que hice para que me visitara para que de nuevo me iluminara con su clarividencias.-

.- Fui a buscarla. .-

.- ¿A buscarlas?- repetí y Dije como aparentando sorpresa.

.-i Si,.-

Continúo mi vecino

.-Me quede dos días sin comer y me debilité tanto que tuve una especie de sopor en el cual viaje por el mundo de los sueños y de las estaciones, y pregunté al Otoño, y a la Primavera y casi me quemé con el Verano, pero al fin, en una pesadilla encontré a un payaso loco que daba vueltas en redondo sin parar que me indico, con grandes gestos y voces, en donde estaba la Inspiración. La encontré en una vieja estación de tren, de madera, que tenia un sin fin de vías de tren, hacia todas las direcciones inimaginables, y cuando la contemplé supe porque no había venido a visitarme como antes. La Inspiración estaba tan atareada y tan anciana, que apenas podía poner en orden las ideas y los proyectos de los iluminados, de los inventores, de los soñadores, de todos los sabios de la tierra.-

A su alrededor, y en un maremagno de nuevos inventos, pinturas y creaciones proliferaban todas clases de sueños e iniciativas y proyectos, que ella tan anciana y tan decrepita no podía hacer nada por ordenarlos. Así que cuando me vio llegar, comprendió mi gran sorpresa, pues yo la imaginaba como una soberbia mujer de esplendorosa y brillante hermosura y con una majestuosidad de reina. Pero lo que vi. fue a una vieja achacosa llena de arrugas y de trabajo, un trabajo tan enorme que la superaba, la rodeaba y casi la enterraba. Así que ella, mirándome y sin hablar me dijo que le ayudara y que si lo hacia bien, yo la relevaría en su agotador trabajo.

.- ¿Y que hizo UD. Entonces?-

.- Irme de allí a toda prisa, no quería ese trabajo ni tan alta responsabilidad.-

.- ¿Despertó entonces de su letargo? .-

Si pero los médicos, estos sabelotodos, estos que se hacen unas normas de cordura a su capricho y te tratan de majareta cuando no cumples sus normas establecidas de antemano, dijeron que mi estado de postración era debido a la fiebre de la gripe.

.- Pero algo influiría, ¿No cree?

.- De ninguna de las maneras Sr. Vecino, yo conocí a la Inspiración y estoy muy orgulloso de ello.-

Al momento lo miré, y viéndole con aquellos ojos brillantes y llorosos por la fiebre, los labios trémulos y el pulso tembloroso, y pensé no estaba muy equivocado, de que su enfermedad nerviosa se había agravado con aquel resfriado.
Pero si él se creía sus propios sueños, quien podía desengañarlo.


Rocinante 09/112002

MI AMIGO JACINTO


Resumen de un relato llamado " Hay vida debajo de la Autopista”

Mi amigo Jacinto no es tonto, ni subnormal, ni tiene ninguna tara mental. A mi amigo Jacinto, lo que le pasa, es que le gusta mucho el vino. Cualquier clase de vino, le da igual que sea Tinto, Blanco, Clarete, de marca, o matarratas, para él todos son los mismos, el caso es saborear ese líquido alcohólico que le anima, le entona y le dan fuerzas para seguir cada día en la brecha de la vida.

Jacinto, es un hombre mayor, de edad incierta, larguirucho, de pocas carnes y una enorme nariz aguileña en la cara que junto a sus largas piernas y andar ladeándose le hace parecer una vieja Urraca. A mi amigo, eso de levantarse temprano, trabajar, lavarse y vestirse medianamente decente, nunca le ha gustado y ahora que se ve, viejo y achacoso mucho menos. A mi amigo lo que le gusta es cuando cae la tarde, andar por las calles pidiendo. Pide a los conocidos, en los establecimientos del barrio, por las tabernas y con lo que consigue se compra él líquido elemento que le sirve a la vez, de comida y de bebida. El vino que se compra, es el más barato, es un matarratas oscuro y peleón que le venden en la bodega de la esquina.

Mi amigo Jacinto, no tiene familia y si alguna vez la tuvo, hoy ya no se acuerda de ella. El lo único que sabe es que vive todavía, y eso ya le es bastante, sobre todo si piensa que hace bastantes años los médicos le desahuciaron por una enfermedad incurable que él superó. Además, es libre para hacer lo que quiere y de vez en cuando, más cuando, que de vez en vez, ponerse feliz con el vino amigo que le da el bienestar de quedarse dormido y olvidarse de todo, con eso le basta, y no tiene ninguna otra ambición.

A Jacinto le conoce todo el mundo, pero el no conoce a nadie, sabe que lo saludan cuando le ven, que se ríen con sus borracheras, que le gritan ya veces lo zarandean, pero no recuerda que nadie nunca, se le haya acercado para preguntarle cómo está de salud, o si le falta algo, si tiene o no comida, o ropa de abrigo. Mi amigo sabe que no le importa a nadie.

Jacinto no tiene casa, ni propia ni alquilada, una vez vivió en una barraca, que un día de improviso, y sin ninguna explicación le hicieron desalojar para hacer nuevos pisos. Le dieron un gran fajo de billetes, de lo grandes, de los de diez mil pesetas, que se guardó en el bolsillo y los fue gastando,

Nunca como en aquel tiempo tuvo tantos amigos, amigos ocasionales que le acompañaban siempre. Amigos que hasta le ofrecieron su casa y se portaban bien con él. Pero el dinero se fue gastando y llegó un día, que no le quedaron ninguno de aquellos billetes grandes y arrugados en el bolsillo, ni ningún amigo en el bar que lo invitara a un vaso. Y como a partir de entonces, no pudo pagar la pensión en donde dormía, se vio tirado en la calle. Y aunque los primeros días se le hizo cuesta arriba, se consoló pensando, de que era verano y al raso se dormía bastante bien.

Cuando llegó el Invierno, no se acobardó, recogió cartones, se fue debajo de la autopista y con la caja vacía de un frigorífico y un colchón abandonado, se construyó una especie de catre plegable que le servía para todo. Luego consiguió mantas y poco a poco construyó una especie de nido que solo abandona para salir a pedir.

Allí sigue, aunque cada vez más enfermo débil y sin casi fuerzas para conseguir su ración diaria de vino, y últimamente, y desde su oscuro y maloliente rincón, ve como el ayuntamiento poda y fumiga los árboles, como la gente saca a sus animales a pasear y como las viejas le dan de comer a las palomas.

En el colchón mugriento en donde casi siempre está echado, la gente pasa a su alrededor, pero nadie se fija en él, ni falta que le hace, piensa. Mi amigo es feliz dentro de su desgracia y solo espera, a que cuando un día no amanezca para él, se lo lleven, o lo barran con la suciedad y los muebles viejos que le acompañan y que acaben por tirarlo al camión de la basura.

FIN Rocinante el filemon

INHUMANIDAD MANIFIESTA  

Son aproximadamente las 9.30 h. Al llegar frente a las puertas de entrada de urgencias del hospital perteneciente al termino municipal de donde resido,

Vea que hay un cuerpo tirado en la acera. Tirado, tal y como suena. Tirado. Lleva una especie de túnica blanca, tiene el brazo doblado bajo la cabeza, que le hace de improvisada almohada, y en su otra mano agarra una pequeña bolsa de plástico, y su cara oscura con rasgos hindúes, denota sufrimiento.

Mientras, las mujeres de la limpieza que barren la acera mueven la escoba a su alrededor evitando tocarlo, y grupo de gente de mas allá ni siquiera lo miran. La imagen impacta por su crudeza, y el Sol que empieza a quemar, pronto le dará en la cara al caído.

Bajo la despectiva mirada de los presentes, me aproximo y me agacho, e intento hablar con el hombre, pero está casi inconsciente y las palabras que articula son de un idioma desconocido. Me incorporo para ir a llamar al personal médico de dentro del edificio, y cuando paso, y en una situación así en la que cualquier animal se hubiera interesado por su congénere herido, pero por contra los humanos de la acera me dicen " no se preocupe estos están acostumbrados a dormir en la calle" o " ese lo que quiere es que lo ingresen para ahorrarse la pensión.

Dentro, le comunico a la doctora receptora de enfermos urgentes el caso de la puerta, y seguidamente, y después de ir junto al caído, una ambulancia de las que estacionan detrás de la calle, se lo lleva.

Al salir miro despectivamente a los inhumanos y no digo nada, pero mi mirada lleva mucho de desprecio y de rabia contenida.


Saludos de Rocinante

Hola Baraka,
siempre me gustò el modo en que escribes y tus relatos. Ahora estoy muy ocupado por unos dìas por trabajo, pero leeré todo.

Dorogoi escribió:Hola Baraka,
siempre me gustò el modo en que escribes y tus relatos. Ahora estoy muy ocupado por unos dìas por trabajo, pero leeré todo.  

Hola fiel lector y amigo. estos relatos hace años que lo voy trayendo aquí y  creo que los habras leído, pero tengo mas, tales  como unos doscientos, pero me haría pesado ponerlos  todos en el foro, y Martha que una forera que le gusta los temas profundos y de psicología ajena, y como no los habrá leído los traigo aquí, pero siempre estaré complacido y agradecido de antemano que me lean y mas si añaden un me gusta.

Como siempre, un afectuoso saludó

@barakarlofi, Muchas gracias por dedicarme este tema. Con el paso de los años comprendí que no hay regalo más bello que el tiempo y las palabras.

Cuando profundizamos en una hermosa lectura nos enriquece. Cuando un amigo nos dedica tiempo para escucharnos y dirigirnos una palabra amable o una lectura tan maravillosa, como es el caso. Es reconfortante e inspirador.

Al leerte, ninguna palabra me parece ajena. Podría decirte que es mi vida y mi entorno lo que haz publicado, fue muy conmovedor. Tuve que tomarme tiempo para procesar cada párrafo, cada escena, cada dialogo que resonaba tan fuerte en mi.

Me encuentro bien entre marginados porque soy un marginado. Me gustan los hombres desesperados, hombres con los dientes rotos y mentes rotas y destinos rotos. Me interesan. Están llenos de sorpresas y explosiones.

Gracias por ser mi Amarillo.

c                                                 DROGA DURA Y MORTAL  1ª PARTE


La mujer no lloraba, estaba calmada, muy normal, hasta parecía contenta y como si una gran paz la dominara , en el fondo de su corazón daba gracias a Dios porque por fin, porque de una vez por todas sus ruegos habían sido escuchados y el todopoderoso se había llevado a su hijo. Todos los vecinos del barrio, la comprendieron y hasta vieron normal que no echara ni una lagrima por su hijo, bastante había sufrido.

Sus doce horas de fregar suelos durante tantos años ya no le llegaban para pagarle a su hijo sus dosis cada vez mas cara y mas continuas, ni para costearle sus continuas desintoxicaciones.
Pronto llegó el inevitable momento cuando  ya no le quedaba nada, cuando ni siquiera tenia para alimentarse, el hijo mintiéndole mas que hablándole, le fue robando primero las cosas de valor, después los electrodomésticos  y finalmente acabó por llevarse las ropas, y hasta las sabanas de las camas.

Para sus hijo no valían de nada ni sus ruegos ni sus lloros ni sus pobres amenazas. Su hijo ya no era su hijo, era una alimaña que no razonaba, que no tenia sentimientos, solo vivía para su letales dosis diaria, para pincharse, esnifar o tomarse aquellas diminutas pastillas que lo dejaban echo un pelele , ciego y sordo para todo lo que no fuera drogarse, eso era lo único que le importaba a aquella figura cadavérica y tambaleante en la que se había convertido su hijo.

Últimamente ella no lo reconocía, de su hijo que ella pariera no quedaba nada, si acaso unos rasgos que le decian que era de su sangre, pero nada más. Hasta le temía y huía de el como de un animal enloquecido, mas de una vez y mas de veinte la había amenazada, zarandeado y pegado para exigirle dinero, Dinero para comprarse su  veneno, pero de donde lo sacaba aquella mujer que ya no le quedaba nada, por eso cuando yá se encontraba al borde de la desesperación  cuando yá no sabia que hacer ni a quien acudir y la policía le dio la noticia de que el SIDA había cumplido su trabajo, de que los microbios habían ganado su batalla, respiró profundamente, una tremenda quietud la inundó el alma llena de angustias y sufrimientos. Su hijo el drogadicto, el sidoso ,el ladrón, el delincuente, el despojo humano en que se había convertido, descansaba por fin y ella por eso, ahora daba gracias a Dios.    

No cabe duda de que la droga dura, la mortal, la venenosa e infecciosa cada vez está mas entre nosotros. Hoy ya no hay cantante, famoso, artista o político que antes de sus genialidades en los escenarios o delante de los micrófonos no se esnife una o dos rayas de  ese polvo del demonio y lo lamentable de todo esto, es que esa costumbre se está imponiendo como algo natural y natural, no cabe duda de que cada cual hace de su capa un sayo, pero que pasa con los pobres, con los descamisados, con los desgraciados con los que se quedaron sin horizontes en sus vidas, con los que nacen contaminados  con el virus de la injusticia y la pobreza  que se amparan en estas drogas, como su única meta en la vida.

Naturalmente que hay otras drogas legales y consentidas incluso favorecidas por los grupos empresariales para sastifaccer una demanda, el tabaco, el alcohol, la prensa y la televisión,que nos atontan y nos inmuniza.  Todas estas drogas son perniciosas también pèro sus  secuelas, mas o manos dañinas no llegan ni por asomo a tener las graves consecuencias de la droga dura y  degenerativa de la Cocaína, la Heroína y otras de cuyo nombre no quiero acordarme.

Estas drogas cuando llegan a la parte mas escondida de la sociedad cuando llega a los suburbios, a las clases desfavorecidas que no tienen futuro, hace estragos. Su manipulación es tanta que el veneno es más letal más adictivo, mas dependiente, crea delincuencia, desarraigo, tristeza,  depresión , odio y venganza, de sujetos, de familia y de la sociedad entera.

Martha, fíjate que anacronismo, aquí hablándose de las guerras, de sus terrores, de la humillaciones y asesinatos de unos contra otros, del sufrimiento que causan,  y nosotros hablando de las emisarias humanas. de las pasan desapercibidas por los poderes de los estados.

Saludos