Decepción en el independentismo catalán

barakarlofi escribió:

El independentismo catalán atraviesa sus horas más bajas
ERC y Junts, señalados tras una Diada «muy decepcionante». «Hemos regalado la Generalitat a España», es el lamento general
Una imagen tomada en la última Diada, el miércoles pasado
ÀLEX CÁRCEL
Creada: 16.09.2024 03:58
Última actualización: 16.09.2024 03:58



No corren tiempos de esperanza para el independentismo catalán. Ni para sus partidos, desprovistos de poder institucional tras perder la mayoría absoluta en las últimas elecciones al Parlament, ni para sus seguidores, muchos de los cuales decidieron quedarse en casa en la Diada Nacional del pasado miércoles, que no concentró ni a un 0,5% de las personas que acudieron a las manifestaciones del 11 de septiembre de 2014 o 2015. Los «pocos» que sí asistieron a las protestas, convocadas por Òmnium, la ANC y otras entidades secesionistas, lo hicieron asimismo en su mayoría con el objetivo de reprochar tanto a ERC como a Junts su «constatada incapacidad para dar respuesta a los anhelos del pueblo». Fueron muchas y muy aplaudidas, además, las críticas relativas al «enfrentamiento» entre republicanos y posconvergentes, constatado hace ya un par de años con la salida de los de Carles Puigdemont del Govern de Pere Aragonès y reafirmado hace a penas unas semanas con el apoyo de ERC a la investidura de Illa. «Los independentistas, aunque decepcionados, estamos unidos», explicaba uno de los manifestantes en el Arco del Triunfo de Barcelona en la pasada Diada, «exigimos a los políticos que hagan lo mismo porque sinó será imposible, y ya es muy difícil de por sí».
Los acuerdos suscritos por ERC y Junts con los socialistas tanto en Cataluña como en Madrid, utilizados a menudo como arma arrojadiza entre ellos, tampoco han sido bien recibidos entre el secesionismo. «¿El catalán en Europa? Ya se ha olvidado. ¿La amnistía? Estamos viendo que es un timo, y pasará igual con la financiación. Con España no se puede negociar porque nunca cumple», apuntaba otra manifestante. Por lo simbólico del traspaso de la medalla de Francesc Macià entre Aragonès e Illa –el primer presidente de la Generalitat no independentista desde 2010–, los republicanos fueron incluso abucheados en varios actos de la Diada. La propia ANC, en palabras de su presidente Lluís Llach, considera que ERC «ha regalado la Generalitat a España», y su actual presidente es percibido por buena parte del independentismo como un «sucursalista»: «Antes el PSC era un partido catalanista, socialista pero autónomo respecto al PSOE, y ahora no es así», añadió otro independentista entrevistado, «nos molesta que se hable de que Cataluña está pacificada cuando sigue habiendo exiliados y un conflicto político por resolver democráticamente».

En base a lo que apunta el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) respecto al trasvase de voto, el PSC habría recibido en los últimos comicios la confianza de un buen puñado de exvotantes de ERC y Junts que no han dejado de ser independentistas. «Muchos estamos cansados de esperar mientras vemos cómo cada día nuestra tierra está peor», explica alguien que por primera vez se abstuvo de ir a la manifestación del 11 de septiembre, «visto lo visto, no creo que Illa vaya a hacerlo tan mal». Quien también se aprovechó en las urnas del 12 de mayo del declive de posconvergentes y republicanos fue Aliança Catalana, otro síntoma del descontento generalizado del secesionismo en forma de partido xenófobo. Su líder, Sílvia Orriols, navega entre discursos racistas y las recetas populistas de la extrema derecha europea, pero también carga duramente contra los «procesistas», acusándoles de haber «engañado» a los catalanes «prometiendo la Dinamarca del sur de Europa y convirtiéndonos en Argelia». La respuesta de ERC y Junts a una formación que hubiera doblado su representación parlamentaria de haberse repetido las elecciones ha sido un «cordón sanitario», como el aplicado a Vox, de los que solo favorecen el victimismo y la publicidad de los ultras. Ya hubo tensiones durante la Diada entre los partidarios de Orriols, invitados a regañadientes a abstenserse de participar en la manifestación, y varios grupos de extrema izquierda, que con riñoneras y proclamas marxistas defienden en el fondo la misma radicalidad contra España que AC.

Alejados de la estadística, al menos de las cifras que apuntó la Guardia Urbana, en Junts consideraron «un éxito» las movilizaciones del pasado miércoles: «Seguimos teniendo las calles y el apoyo de la gente», diagnosticaron los posconvergentes, siendo esta valoración tildada de «ridícula» incluso por algunos de sus votantes. El partido, con claros síntomas de desgobierno y languidez, promete «refundarse» en su Congreso de octubre para convertirse en «la casa común del independentismo», suplicando nuevamente a Puigdemont, su único activo electoral, que no de «paso al lado» alguno. En ERC, también obviando los nuevos liderazgos que reclama el independentismo civil, Junqueras es a priori el favorito para reeditar la presidencia de la formación en el Congreso republicano de noviembre. «A este paso nos esperan unos cuantos años en la oposición», concluyó finalmente otro manifestante de la Diada, «es muy decepcionante ver como han hundido el movimiento independentista con su egoísmo».

Dijousmercat escribió:Verdad es que el artículo lleva mucho de razón, pero como después de un hoy viene siempre un mañana, y los catalanes de toda la vida no cambian su manera de pensar tan fácilmente, esperemos que de momento el movimiento catalán sirva para concienciar despertando un poco a aquellos españoles que llevan dormidos durante tanto tiempo, se les vayan abriendo los ojos, y al fianl se den cuenta que los únicos enemigos de España son precisamente la gran cantidad de impreparados que hay. Se deberían salirse de sus sueños infantiles, ponerse las pilas, y hacer un cambio real de mentalidad que los situe, cuanto menos, a nivel medio europeo, saliéndose así finalmente del retraso generacional e intelectual que tan gustosos y estoicamente están llevando....

EL POSTIGUET escribió:

barakarlofi escribió:

El independentismo catalán atraviesa sus horas más bajas
ERC y Junts, señalados tras una Diada «muy decepcionante». «Hemos regalado la Generalitat a España», es el lamento general
Una imagen tomada en la última Diada, el miércoles pasado
ÀLEX CÁRCEL
Creada: 16.09.2024 03:58
Última actualización: 16.09.2024 03:58



No corren tiempos de esperanza para el independentismo catalán. Ni para sus partidos, desprovistos de poder institucional tras perder la mayoría absoluta en las últimas elecciones al Parlament, ni para sus seguidores, muchos de los cuales decidieron quedarse en casa en la Diada Nacional del pasado miércoles, que no concentró ni a un 0,5% de las personas que acudieron a las manifestaciones del 11 de septiembre de 2014 o 2015. Los «pocos» que sí asistieron a las protestas, convocadas por Òmnium, la ANC y otras entidades secesionistas, lo hicieron asimismo en su mayoría con el objetivo de reprochar tanto a ERC como a Junts su «constatada incapacidad para dar respuesta a los anhelos del pueblo». Fueron muchas y muy aplaudidas, además, las críticas relativas al «enfrentamiento» entre republicanos y posconvergentes, constatado hace ya un par de años con la salida de los de Carles Puigdemont del Govern de Pere Aragonès y reafirmado hace a penas unas semanas con el apoyo de ERC a la investidura de Illa. «Los independentistas, aunque decepcionados, estamos unidos», explicaba uno de los manifestantes en el Arco del Triunfo de Barcelona en la pasada Diada, «exigimos a los políticos que hagan lo mismo porque sinó será imposible, y ya es muy difícil de por sí».
Los acuerdos suscritos por ERC y Junts con los socialistas tanto en Cataluña como en Madrid, utilizados a menudo como arma arrojadiza entre ellos, tampoco han sido bien recibidos entre el secesionismo. «¿El catalán en Europa? Ya se ha olvidado. ¿La amnistía? Estamos viendo que es un timo, y pasará igual con la financiación. Con España no se puede negociar porque nunca cumple», apuntaba otra manifestante. Por lo simbólico del traspaso de la medalla de Francesc Macià entre Aragonès e Illa –el primer presidente de la Generalitat no independentista desde 2010–, los republicanos fueron incluso abucheados en varios actos de la Diada. La propia ANC, en palabras de su presidente Lluís Llach, considera que ERC «ha regalado la Generalitat a España», y su actual presidente es percibido por buena parte del independentismo como un «sucursalista»: «Antes el PSC era un partido catalanista, socialista pero autónomo respecto al PSOE, y ahora no es así», añadió otro independentista entrevistado, «nos molesta que se hable de que Cataluña está pacificada cuando sigue habiendo exiliados y un conflicto político por resolver democráticamente».

En base a lo que apunta el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) respecto al trasvase de voto, el PSC habría recibido en los últimos comicios la confianza de un buen puñado de exvotantes de ERC y Junts que no han dejado de ser independentistas. «Muchos estamos cansados de esperar mientras vemos cómo cada día nuestra tierra está peor», explica alguien que por primera vez se abstuvo de ir a la manifestación del 11 de septiembre, «visto lo visto, no creo que Illa vaya a hacerlo tan mal». Quien también se aprovechó en las urnas del 12 de mayo del declive de posconvergentes y republicanos fue Aliança Catalana, otro síntoma del descontento generalizado del secesionismo en forma de partido xenófobo. Su líder, Sílvia Orriols, navega entre discursos racistas y las recetas populistas de la extrema derecha europea, pero también carga duramente contra los «procesistas», acusándoles de haber «engañado» a los catalanes «prometiendo la Dinamarca del sur de Europa y convirtiéndonos en Argelia». La respuesta de ERC y Junts a una formación que hubiera doblado su representación parlamentaria de haberse repetido las elecciones ha sido un «cordón sanitario», como el aplicado a Vox, de los que solo favorecen el victimismo y la publicidad de los ultras. Ya hubo tensiones durante la Diada entre los partidarios de Orriols, invitados a regañadientes a abstenserse de participar en la manifestación, y varios grupos de extrema izquierda, que con riñoneras y proclamas marxistas defienden en el fondo la misma radicalidad contra España que AC.

Alejados de la estadística, al menos de las cifras que apuntó la Guardia Urbana, en Junts consideraron «un éxito» las movilizaciones del pasado miércoles: «Seguimos teniendo las calles y el apoyo de la gente», diagnosticaron los posconvergentes, siendo esta valoración tildada de «ridícula» incluso por algunos de sus votantes. El partido, con claros síntomas de desgobierno y languidez, promete «refundarse» en su Congreso de octubre para convertirse en «la casa común del independentismo», suplicando nuevamente a Puigdemont, su único activo electoral, que no de «paso al lado» alguno. En ERC, también obviando los nuevos liderazgos que reclama el independentismo civil, Junqueras es a priori el favorito para reeditar la presidencia de la formación en el Congreso republicano de noviembre. «A este paso nos esperan unos cuantos años en la oposición», concluyó finalmente otro manifestante de la Diada, «es muy decepcionante ver como han hundido el movimiento independentista con su egoísmo».

Yo no soy quién para hablar por boca de nadie, pero tengo mis ideas propias, que igual están muy equivocadas. Y diría que la independencia que durante tantos años, siglos, ha perseguido una parte de Catalunya, posiblemente hoy no tenga esa intensidad de otros tiempos, cuando en España los problemas sociales eran tan intensos, acusando de ellos por supuesto sin dudar, de los malos gobiernos de las monarquías absolutistas, las dictaduras y los pronunciamientos militares que no se daban cuenta del deterioro que ocasionaban a la nación y causando el final del imperio español, del que se adueñaba "la pérfida Albión".

Cosa que no ocurría cuando los gobiernos eran republicanos o tripartitos

Catalunya, muy luchadora por tradición, siempre ha estado en la vanguardia de las reivindicaciones sociales, y de esto la idea separatista se ha beneficiado arrimando el ascua a su sardina; pero hoy, también, hay un sentimiento de necesidad de ir por libre al verse muy alejada de lo que se dicta en el Gobierno central, y ya lo estamos viendo que a determinado sector del españolismo le interesa continuar igual, que tiene miedo a los cambios, cuando algún cambio, sin duda, es necesario en nuestra forma de convivencia, llámese Constitución o como se quiera. El leve intento de Pedro Sánchez de pacificar el litigio Catalunya-España, acusándolo de hacerlo únicamente por su interés, si así fuera, y no es que Sánchez sea santo de mi devoción, habría que felicitarle si lo consigue, como hay que felicitar a  Zapatero, y por supuesto al pueblo vasco, conseguir el fin de ETA. Con la actitud del PP, y ahora con la unión con VOX, ante ciertos problemas no se lograría nada, al contrario, la prepotencia no sirve más que para agrandar y eternizar los conflictos. Y si hay que ceder algo ante Catalunya, piénsese lo que Catalunya, a través de los tiempos, ha dado a España ¿Sin Catalunya, el propio franquismo podría haber paliado la hambruna de España? Y esa Catalunya que era la única exportadora de bienes en aquellos tiempos, generando riqueza, que era la única capaz de recibir a tantos miles de españoles de otras regiones que huían de la pobreza y buscaban futuro, era también la Catalunya separatista ¿o es que piensa usted que aquellos industriales, no deseaban poseer un Estado propio? Claro que, por otra parte, también se entiende que España no quisiera que la zona más productiva del Estado se le marchase, y más mirando hacia atrás y ver como fue despedida de tantos otros lugares. Entiendo su dolor y pesadumbre al ver desaparecido su imperio, pero también entiendo que el problema fue suyo por no saberlo gobernar sus gobernantes.

Por contra, los sabios gobiernos de La Generalitat, en estas últimas décadas, han logrado que se agoten las longanizas para atar perros

Un cambio necesario no tiene porque ser, por parte de Catalunya, exclusivamente la independencia, sino que tenga más posibilidades de gobernarse a sí misma con la salvedad de que perteneciendo al Estado español, ha de cumplir ciertos requisitos que yo diría aceptaría de buen grado, como es la contribución, al margen de la obligatoria al Estado, la de la llamada solidaridad. A Catalunya también le interesa unas regiones o nacionalidades españolas donde el ciudadano tenga más posibilidades. Catalunya vende al resto de España muchos de sus fabricados, entonces a mayor nivel económico de éstos, más posibilidades de ventas; pero lo que no puede ser, y esto lo podríamos discutir en un hilo más amplio y sin tergiversadores que lo estropeen, son las condiciones extraordinarias hacia otra región, hoy convertida en Ciudad-Estado, sin peso alguno históricamente, y me refiero a ciudad de Madrid, en detrimento no solo de Catalunya, sino de las otras provincias limítrofes, Toledo, Guadalajara, Ávila, Segovia, Cuenca, etc., separándola de su entorno natural como era Castilla-La Mancha.

Tampoco sería recomendable la independencia de Extremadura o Andalucia y la instalación de cupos en Murcia, Valencia, Asturias... ¿o si?

Bueno, no quiero, por ahora, alargarlo más. Tiempo habrá de seguir y aclarar algunos puntos de mi intervención que no se entiendan.

*

Tomb escribió:Ya que si Cataluña se independizase de España no podría formar parte ni de la CEE, ni de la OTAN, se convertiría en un paraíso fiscal; y claro está que a todos los partidos independentistas les gustaría gobernar ese paraíso, es una perita en dulce, y de ahí que tanto ERC, Junts, la CUP, etc... no se pongan de acuerdo. Si se hubiesen unido en un solo partido quizá hubieran ganado, quizá...

Tomb escribió:Hola Posti, no me importaría vivir en una Cataluña que se pareciera a Suiza. Pero como tú ya has expresado en otras ocasiones los españoles son envidiosos, y por ende los catalanes por ser también españoles, también somos envidiosos, valga la redundancia, por lo que Cataluña se convertiría en una pequeña España con los mismos problemas políticos de la España actual.

Tomb escribió:Hola Posti, no me importaría vivir en una Cataluña que se pareciera a Suiza. Pero como tú ya has expresado en otras ocasiones los españoles son envidiosos, y por ende los catalanes por ser también españoles, también somos envidiosos, valga la redundancia, por lo que Cataluña se convertiría en una pequeña España con los mismos problemas políticos de la España actual.

Porsituquieressaber escribió:Los españoles son tan ruines, que encabezan la clasificación mundial de donaciones de órganos.

Y se los donan a cualquiera ¿eh? no hacen distinción entre gerundenses y tarraconenses, por ejemplo.

Los suizos tienen muchas cosas excelentes, por ejemplo: Aunque no existe una lengua oficial común para todos los suizos, no hay problemas de comunicación. El multilingüismo forma parte de la identidad suiza.


A uno que propuso que el lombardo fuese lengua de inmersión, se le quedaron mirando (el resto de los suizos) como a un bicho anómalo

Porsituquieressaber escribió:Si, claro, por supuesto.

Por eso es que somos líderes en esta actividad, porque la clase menos agraciada, apenas esta formada por diez o doce.