La chapuza española, y olé...

Abro este hilo con una finalidad, y es que alguna vez la sociedad española debiera abandonar la clásica chapuza tan propia, y, en todos los sentidos de la vida, intentar ser más perfeccionista.

No dudo de que el hilo no gustará. En primer lugar a los españolazos, palabra no peyorativa, sino reconociéndoles en ellos ese amor patrio, exagerado, desmesurado, casi fuera de la razón, que a mi entender emplean mal, ya que solo con la bandera en la muñeca, en el balcón, o en los calcetines, no se hace “patria”, al menos positiva, sino mostrando nuestras realizaciones y actitudes lo más perfectas posibles. No es peyorativa ya que, como moda o snobismo, se usa el aumentativo para indicar que se es superior a lo ordinario, así un buen gol deportivo es “un golazo”, un éxito musical, hoy es “un exitazo”...; una manera de exagerar a la moderna.

Es verdad (negarlo es innecesario) que nace últimamente ese “españolazo” en España para contrarrestar la idea separatista de otros españoles que aún lo son según la ley y que por fas o nefás no se sienten cómodos en esta España que los ningunea (cosa entendible también) como son los catalanes que podríamos reconocer “como de pura cepa”, o sea los no llegados en los últimos lustros en busca de soluciones en Catalunya a sus necesidades, especialmente las económicas, aunque si es por nacimiento allí como catalanes lo son.

Pero ante ese españolazo, hay otro, menos intenso, menos arrogante, menos creído de que el viejo imperio aún existe, es más, que lo desprecia, como desprecia por el mal causado como todo imperio actual. Y aquí me tienen, dispuesto a desarrollar, más que las grandes chapuzas, esas otras pequeñas, de aquí y allá, que nos retratan como una sociedad más entregada al poco hacer (“que inventen ellos”) y lo poco que se hace se haga, mal, regular y sin interés.

De esto tratará este hilo por mi parte, pero en contra libre es el Foro para abrir hilos en donde se escondan las cabeza como los avestruces para no reconocer la realidad, o taparse los ojos como hacen los niños, creyendo que por no ver lo que no desean ver, esto no existe.

Este texto es como introducción. Ya vendrán luego las noticias comentadas, y si entra dentro de mi escaso conocimiento la solución o el cambio necesario a realizar para la mejora, indicar lo que debiera hacerse para que el bodrio de la chapuza hispana se convierta, alguna vez, en un primor, en vez de mantenerla y acentuarla.

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Hoy le toca a esta:

La ciudad de Alacant celebra sus fiestas patronales del 20 al 24 de junio de cada año. Consisten éstas en el montaje de monumentos de cartón piedra, madera, pintura, dibujos, “ninots” y escenas de la vida misma. Los hay de grandes dimensiones, incluso de altura hasta más de 20 metros, que son quemados en la noche mágica de san Juan. De ahí su nombre “Les Fogueres de Sant Joan”.

Por tales circunstancias la ciudad en parte queda cerrada al tráfico, ya que las calles son cortadas para plantar esos monumentos.

Los autobuses urbanos, interurbanos, de cercanías, aeropuerto, con paradas en estas zonas centrales, son desviados a calles y avenidas cercanas donde la circulación rodada es abierta. Las paradas fijas, por tanto no funcionan, y unos carteles avisan a los usuarios la más próxima. Hasta aquí, todo perfecto.

Y ahora la chapuza.

El día 25 de junio, y hoy estamos a 5 de julio, la ciudad amanece totalmente limpia de inconvenientes para la circulación de vehículos, y los buses urbanos e interurbanos vuelven a sus rutas y horarios ordinarios. Pero, tras más de diez días de acabadas las fiestas, los indicadores luminosos de los horarios en las paradas no funcionan. Bien que se apagaran durante los días de fiesta para no confundir, pero no conectarlos de nuevo, solo nace de gente que no sirve para la atención pública, y en el servicio de buses de Alacant, aunque privado, la parte pública invierte mucho dinero en él.

Ni siquiera si escaneas ese código cuadrado, creo llamado QR, que aparece en cada poste te lleva a la información de salidas, horarios, rutas de cada parada. Todo está en silencio. Y en una ciudad turística, con cientos de miles de visitantes, nacionales y extranjeros, que el servicio informativo de cada parada, de cada línea, en el centro, en los barrios, en las playas, no funcione, ES UNA CHAPUZA. Alguien debiera responder de esa dejadez, de ese abandono de funciones tras diez días de lógico apagado, y con 3 millones de parados en el país, supongo que entre éstos los habrá mejor dispuestos a trabajar como la ciudadanía se merece.

Juzguen usted si quieren si no consideran esto una de las “típicas” chapuzas propias de un país de incompetentes, porque un servicio público ha de estar en manos mejores.

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