¿Ley o Jueces?

Creo que fue a Adolfo Suárez a quien le oí, por vez primera, lo del imperio de ley La ley. La ley humana, como todos sabemos, nace del hombre, y por lo tanto no puede ser perfecta, pero es imprescindible, ya que sin ella la sociedad sería la selva, donde todo el mundo acampara por donde quisiera. No obstante, puesto que el mundo es cambiante y la sociedad también, toda ley debiera tener un resquicio para poder ser modificada, según los tiempos en que le toca ejercer.

Pero una cosa es poder ser modificada y otra ser interpretativa según el juez que le toque ejercerla; es por eso que debe ser clara, contundente, y nunca ambigua. Y las leyes que tenemos, y dejo constancia que de leyes entiendo bien poco, mejor nada de nada, parecen ser interpretativas, o sea, al gusto de quien hace justicia; y eso no es bueno ni conviene.

En ocasiones vemos que en temas muy delicados, si hay un grupo de jueces que deben juzgar, no existe unanimidad en sus juicios, por ejemplo ahora en las decisiones para establecer el carnet COVI en según que autonomía, una decisión que debiera ser unánime y a favor si con ello se evita la proliferación de la enfermedad y los temibles contagios. ¿Por qué unos dicen sí y otros dicen no? Es de suponer que la ley debe ser igual para todos, para todos los ciudadanos sean de donde sean, y no entenderé porque en Galicia puede implantarse ese carnet y en el País Vasco no, cuando son sus dirigentes, especialmente los sanitarios, los que lo solicitan.

Si es el imperio de la ley el que manda, nos guste ella o no hay que aceptarla y cumplirla; si dependemos de caprichos personales de magistrados, la cosa ya no es igual, pues bien, o la ley es demasiado confusa e interpretativa, o hay un toque de personalismo en las decisiones que pudiera ser despotismo.

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