Las cosas claras de la gota fría, señor Mazón

MAZÓN EL INSERVIBLE

La tormenta que ha asolado las comarcas del centro del País Valencià, la franja más habitada, es, con mucha diferencia, la más grave que se ha vivido en la época contemporánea. Aquello que se anunció como una DANA, esta nueva denominación de las gotas frías a las que estamos tan acostumbrados los valencianos, ya ha dejado provisionalmente 155 muertos y decenas, todavía, de desaparecidos. De personas que no pueden localizar a sus familiares, y de lugares donde los servicios de rescate no pueden entrar doce horas después, o catorce o dieciséis. Y de unos destrozos materiales incalculables hoy por hoy.

Esta gota fría había sido anunciada, publicitada, comentada, escrita, dibujada y explicada de forma que parecía, incluso, excesiva. Por lo tanto, las autoridades habían tenido tiempo de prepararse, de activar todos los sistemas posibles para evitar daños en la población. Medidas de autoprotección que se tenían que haber tomado más allá del cierre de las escuelas o de las universidades que algunos ayuntamientos tomaron.

Pero algo ha fallado para que haya esta cifra provisional tan estremecedora. Hoy, a pesar de que las aguas empiezan a retirarse y a dejar ver la imagen de la desolación, no es el día siguiente. Hoy todavía es el día. El día siguiente será cuando se aclare qué ha pasado, por qué ha pasado, quién ha tomado qué decisiones y quiénes han enviado qué mensajes.

Hay una serie de decisiones políticas que, leídas por orden, dan una imagen de la ligereza con que se han ejecutado las políticas, la falta de peso político de quien las toma y quienes las aplica. Y muestran un panorama desolador: la irresponsabilidad y la negligencia de quien gestiona las administraciones públicas. En este caso, del presidente Carlos Mazón.

El Consell tomó posesión el mes de julio del año pasado. El mes de noviembre eliminó la Unidad Valenciana de Emergencias. Lo llevaba en el programa electoral, y Vox, sus socios, también lo pedían a gritos. Lo consideraban un chiringuito de Ximo Puig. Así lo decían, y así lo escribieron en un comentario que ya resucitó cuando se incendió el edificio de Campanario el mes de febrero: “La Unidad Valenciana de Emergencias, primer organismo de Ximo Puig suprimido por Carlos Mazón. El primer paso de la reestructuración del sector público empresarial anunciada por el gobierno valenciano.”

El Consell creyó que podía prescindir de un órgano de gestión global de las emergencias y quitó una capa de protección en la población.

La desaparición del presidente de la Generalitat

Las once de la mañana es una hora clave para leer la soledad de los valencianos en esta catástrofe. A las once tenía que comparecer la consejera portavoz, Ruth Merino, para explicar los acuerdos del Consell. A las once tenía que comparecer la delegada del gobierno español, Pilar Bernabé, para explicar cómo transcurría la mañana después de una madrugada durísima en la Safor y en la Ribera. Y a las once, el presidente tenía que hacer unas declaraciones después de participar en algún acto sectorial.

Bernabé explicó qué carreteras había cortadas y algunos incidentes y poca cosa más. Merino dijo cuántas escuelas se habían cerrado y también dijo que había carreteras cortadas, y poca cosa más. El presidente Mazón fue más expansivo en sus declaraciones. Expansivo y extrañamente optimista porque hacía horas que los medios de comunicación hacían una programación especial y explicaban tragedias humanas, historias de personas que no podían llegar al trabajo, bajos negados y la crecida del río Magro, que nace en Utiel. Pero él dijo: “En cuanto a las alertas hidrológicas, los embalses están muy por debajo de su capacidad. Acumulan el agua recibida sin problemas. No hay por ahora alerta hidrológica respecto de ningún embalse. Por lo tanto, quiero destacar que las precipitaciones afectan especialmente el río Magro, pero hasta ahora no tenemos alerta hidrológica. Esto es una buena noticia en esta hora.”

Y todavía añadió: “Según la previsión, el temporal se desplaza hacia la Serranía de Cuenca y, en consecuencia, se espera que hacia las seis de la tarde disminuirá la intensidad en todo el resto de la Comunidad Valenciana.” Después de decir esto, el presidente continuó con su agenda, reuniéndose con unos y otros y haciéndose fotografías que eran difundidas por los canales de comunicación de presidencia. De las inundaciones, no dijo nada más.

Eran las once y media del mediodía cuando Mazón hacía aquellas declaraciones. A las 11.45, el Centro de Coordinación de Emergencias emitió un aviso especial de alerta hidrológica para los municipios de la orilla del río Magro. “Aviso de aumento del caudal del río Magro, con 350 metros cúbicos por segundo. Se alerta los municipios ribereños y los que van del Júcar hasta la desembocadura en Cullera.”

Si cuando el presidente habló sabía que el río Magro empezaba a ser un peligro para la población y no lo dijo, cometió un acto altamente reprobable. Si no lo sabía, también, porque demostró que no sabía de que hablaba cuando decía que los embalses podrían almacenar el agua que ya sobresalía del lecho del río. Pidió prudencia, está claro, pero transmitió un mensaje de tranquilidad que no tenía nada que ver con la realidad.

Pocas horas después, a las cinco de la tarde, la Confederación Hidrográfica del Júcar empezó a desembalsar agua del pantano de Forata, en Yátova. Por lo tanto, dejaba de hacer la función reguladora y el río Magro ya bajaba libre y desbocado hacia Algemesí, a confluir con el Júcar. Arrasaba todo aquello que encontraba. Las imágenes que corrían por las redes ya no permitían dudar que aquello era una catástrofe de dimensiones todavía desconocidas.

Simultáneamente, el barranco del Poio también se llenó con mucha rapidez y también bajó en búsqueda de la Albufera de València. Incrédulos, los habitantes y los trabajadores del área metropolitana de València, que prácticamente no habían visto llover en todo el día, se encontraron atrapados dentro de una trampa mortal. Estaban en el cine, de compras, trabajando... Y allí pasaron la noche. O han muerto. El presidente había hablado de tranquilidad a las diez y media de la mañana y desapareció.

No lo vieron más hasta pasados las nueve y media del anochecer. Y compareció sin transmitir nada: ni información, ni calma, ni ánimos, ni sensación de tener la situación controlada. Más bien admitió que faltaba mucha información, que los equipos de rescate no podían llegar a según qué lugares, que, ciertamente, las comunicaciones no funcionaban. Y que no tenía ninguna confirmación que hubiera víctimas mortales. No dijo nada, en aquella comparecencia que dejó en la población una sensación de extraordinaria fragilidad. El presidente de la Generalitat comparecía, en medio de un pasillo, ante el micrófono de À Punt y el de Presidencia, para decir que À Punt era el medio oficial. Por lo tanto, de paso, ponía un bozal a los periodistas que solo podían informar de aquello que dijera la Generalitat.

Antes de que el presidente de la Generalitat compareciera, a las 20.11, un sonido estridente e incómodo, desconocido hasta aquel momento, sorprendió una población que ya no tenía palabras. Era la alerta del sistema de protección civil que pedía a la gente que no saliera de casa y que estuviera pendiente de À Punt. El mensaje hablaba de medida preventiva. Medida preventiva cuando ya no servía de nada, porque la prevención se tenía que haber tomado horas y días antes.

Comparecencia vacía

Al silencio del presidente aconteció un grito sin precedentes de personas atrapadas, y perdidas. Empezaron a salir testigos de gente abandonada a la carretera, en el centro comercial, en un tanatorio… Gente que llamaba angustiada al 112 y no encontraba ninguna respuesta. Gente que estando en las azoteas veía como los bomberos pasaban de largo porque no los podían ayudar.
En medio de esta noche indómita, oscura, ventosa y lluviosa, el presidente Mazón volvió a comparecer. Pasaban de las doce y media de la noche. Se había puesto el chaleco rojo de los servicios de emergencia y habló de víctimas mortales sin decir ninguna cifra. Ya lo había hecho con motivo del incendio de Campanario. Se había escondido en la oscuridad para dar una mala noticia. En este caso no fue capaz de dar ninguna cifra estimada y tampoco fue capaz de dar ninguna información precisa de aquello que pasaba. Palabras vacías para decir que la Unidad Militar de Emergencias del gobierno español ya empezaba a trabajar. Nada más.

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No escribas BOBADAS, "Postiguet", entonces la culpa de la riada en la provincia de Albacete la tiene García Page!

(Corto y conciso)

NEROCAESAR escribió:Espera César que a Postiguet ni a los suyos le haya pasado nada malo. Y le doy mis condolencias por las desgracias ocurridas en su comunidad.

Gracias Nerón, afortunadamente nada ni a mí ni al entorno familiar que me queda en España nos ha ocurrido. En Alacant, la ciudad donde ahora resido, no ha caído ni una gota. Pero ya hace años, porque gotas frías las ha tenido, se resolvió el problema encauzando los barrancos que más agua han llevado cuando la gota fría ha pasado de 500 litros por metro cuadrado, que sí he conocido alguna. Y la vivienda rural, la masía, está en zona que tampoco puede inundarse, por su situación de tener cerca un barranco que desvía el agua de la lluvia hacia el mar.

Pero sí, mi comunidad ha sufrido mucho, y sufrirá, salvo que de una vez por todas, aunque sea lento y caro, no se tomen todas las medidas posibles. El hombre no sabe respetar a la Naturaleza; es un depredador por una parte y por otra ocupa el terreno que ésta tiene para los naturales desagües. Y ya ni te digo el mal uso que hace de los mares contaminándolos, o destruyendo sus bosques naturales... Si durante una década, y ya ves que digo poco tiempo, no se invirtiera en todo el mundo ni un centavo en armamento, habría dinero más que suficiente para intentar solucionar infinidad de problemas que causan dolor y muerte. Pero ¿quieres que te diga mi personal opinión? pues que la mayoría de desgracias del mundo, son las clases menos pudientes quienes la soportan y sufren. Los que más tienen, ya buscan lugares más seguros, y la "divina providencia" parece estar conchabada con ellos.

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Zulita escribió:Hola Postiguet!
Ni sé que decir en momentos cómo este.

He seguido atentamente las noticias de lo ocurrido en Valencia. Los medios internacionales acusan a Mazón de no asistir a las victimas, y he visto vídeos de gente cómun yendo a llevarles agua, panes, lo indispensable a esa gente que ha sobrevivido y necesita ayuda!

No creo que sea hora de que por fanatismos por una ideologia o por otra, se cieguen a lo que está pasando delante de sus narices y que las noticias lo difunden por todos lados.

Un abrazo y que suerte que vos y tu familia estén bien.

Efectivamente las imágenes son impactantes y la realidad mucho más. Doscientas trece personas muertas hasta este momento, y hay lugares en que aún no se puede acceder en busca de nuevos cadáveres. El presidente de la comunidad, Mazón, no ha estado a la altura que de un alto político se le espera. Cuando el agua a varios kilómetros ya hacía de las suyas, él negaba la mayor, indicando a la población la no existencia del peligro, y que la gota fría se trasladaba hacia otra provincia vecina. Mentira. Mala información. Eso hizo que decenas de miles de ciudadanos, que le creyeron, no tomaran las previsores oportunas, y cuando se dieron cuenta el agua les llegó hasta el cuello o mucho más alta. Y digo que mintió, porque el canal televisivo autonómico, Á Punt, indicaba lo contrario. En fin, un desastre, una desorganización que ha costado muchas vidas y una pérdidas multi millonarias. Pero él, que pide la dimisión de Sánchez, no dimitirá.

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