Lo que nos faltaba: parió la abuela

LO QUE NOS FALTABA: PARIÓ LA ABUELA

El Síndrome de Cotard es uno de los trastornos mentales más raros y sorprendentes de la psiquiatría. Las personas que lo padecen llegan a experimentar una desconexión profunda con la realidad, hasta el punto de creer que están muertos, que sus órganos internos están desapareciendo o descomponiéndose, o incluso que su cuerpo ya no existe. Esta distorsión de la realidad provoca una despersonalización tan intensa que el individuo siente que ha dejado de ser parte de este mundo, lo que conlleva un grave deterioro de la salud mental.

Jules Cotard, el neurólogo francés que lo describió observó a pacientes que presentaban síntomas de negación extrema de su propia existencia. Uno de los casos más famosos fue el de una mujer conocida como "Mademoiselle X", quien insistía en que estaba muerta y no necesitaba alimentarse porque su cuerpo ya no existía. Este tipo de percepción distorsionada puede llevar a comportamientos peligrosos, ya que los pacientes que creen estar muertos o no necesitar de alimentos dejan de cuidarse, lo que puede derivar en desnutrición o autolesiones.

Cada día me sorprende más la cantidad de síndromes de personalidad que aparecen en el ser humano. ¿No será que necesitamos en realidad más trabajo, más obligaciones, más preocupaciones, más ganas de resolver problemas y menos sentirnos en el centro del Universo y que todo gira a nuestro alrededor?

Y no lo digo por decir, sino porque observo que la desgana en resolver los problemas cotidianos en los seres humanos es casi constante, y dejar que sean otros los que los resuelvan nos lleva a preocuparnos en exceso de nosotros mismos, siempre dispuestos a que los otros nos atiendan, y como esto no puede ser, surgen los problemas internos, los de la mente, que son los más difíciles de curar.

La verdad es que esto es algo que observo en mí mismo, cada vez tengo menos problemas delante para resolver, sin duda por la edad, y acostumbrado a ellos me falta algo. Hoy la gente huye de los problemas..., ni siquiera se contraen matrimonios o la gestación de hijos para que los problemas no acudan. ¡Qué insensatez! Todo problema tiene su solución, y trabajarlo y resolverlo da una sensación de felicidad inmensa. No le tengamos miedo a los problemas, sino a nuestra desgana en solucionarlos, y teniendo en cuenta que un problema no resuelto a tiempo puede ir en aumento, con el miedo, la desgana, la apatía, puede finalmente adquirir una mayor fuerza e ir contra nosotros mismos.

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Efectivamente, cuando uno està aburrido es porque està a salvo; no tiene problemas que resolver y eso es algo que, personalmente, no sentì nunca en mi vida activa. Hoy hay muchos que no pasaron por situaciones estresantes y obviamente se sienten a salvo mientras su mente degenera. Por eso me preocupa jubilarme.

Es necesario estrés (sin exagerar) y desorden para volver a poner los pies sobre la tierra. Cuando todo està muy prolijito en la vida de uno es preocupante.