Pero ¿de qué coño acusamos ahora a Puigdemont?

Pero ¿de qué coño acusamos ahora a Puigdemont?

El señor Puigdemont, no es santo de mi devoción. Ni me cae bien, ni me cae mal. Lo único que me divierte es ver cómo enloquece a la judicatura española, que no sabe de qué acusarle ya para verle entre barrotes. Porque está de una obsesión subida con tal de enchiquerarlo cuando pise suelo hispano, que ya no sabe qué tipo de acusación ha de endosarle (y que en Bruselas no se jarten a reír)

Terrorista ya no es; con lo bien que quedaba acusarlo de tal, como si fuera un etarra o un político centralista y españolista que creara el GAL o usara de la cal viva... como uno que yo me sé.

¿Enriquecerse mediante los gastos, normales y lógicos, para un referéndum? como que tampoco se le ha encontrado, ya que ese euro que gastó en unos caramelos de menta, según costa por el ticket del comercio, los cargó en su cuenta corriente al pagarlo con su VISA. En Brusela se están riendo a base de bien por la iniciativa.

¿Traidor?... ¿Trama rusa?   Uy, uy, uy..., por ahí podría haber un excelente motivo, ya que dicen, aseguran, juran, que en esos días donde se jugaba con la independencia, se dedicó a ver la película rusa “El Acorazado Potemkin”, y es más, con lo cual hay motivo de sobras para enjuiciarlo, mientras veía esta película muda, se merendó con una ensaladilla rusa y una copa de vodka… en vez de un rioja o un jerez, con cuyos colores se forma la banderita de España. ¡Te han pillado con el carrito del helado, Puigdemont!

Claro que hay más motivos, y muy graves, como por ejemplo que en su colección de sellos de correos no tenga ninguno de España, y sí de la extinta Unión Soviética, China y Korea del Norte. O sea, que como traidor y renegado no creo que Bruselas lo perdone. Venga ya, que la fiscalía se ponga a trabajar con esa idea que seguro lo veremos en chirona. Y si hace falta una orden de captura internacional, se presenta a la Interpol, porque un traidor como la copa de un pino no debe andar suelto por el mundo.

Y creo que el señor Feijóo está en esa misma idea, “Que yo —puede que diga o piense— me pasee con narcotraficantes por las rías gallegas, tiene pase, es algo normal que todo español ha hecho alguna vez en su vida, pero que este traidor de Puigdemont beba vodka en vez de albariño, es de juzgado de guardia”.

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