¡Por fin ha vuelto ELIAS!

POR FIN HA VUELTO ELÍAS

Se le esperaba, pero se ignoraba el momento de su llegada. Y ha sucedido. Ha llegado de incógnito, pero aseguran, algunos, que lo han visto. Los hay que dicen haberlo visto comprando en la rebajas de El Corte Inglés; otros en las gradas del estadio donde se celebró encuentro entre España e Italia; pero también los hay que aseguran haberlo visto bañándose en las playas de Benidorm. O sea, que sí, que Elías, el esperado, ha vuelto. ¡Aleluya! ¡Aleluya!

¿Y qué hará Elías ahora que de nuevo lo tenemos entre nosotros? Igual ha vuelto para ver un concierto de Madona, o para participar en el concurso de Pasapalabra, o porque allá en el “Rancho Grande” (léase el cielo celestial) no encontraba La Casera, y ya se sabe que sin Casera ni yo ni él comemos. ¿Dónde estará Elías en estos momentos se preguntan sus fieles adoradores? Y la respuesta no la encuentran y se sienten angustiados, pues pudiera ser que le haya pasado como al carro de Manolo Escobar, que nadie sabe donde está. Y es que, amigos, no hay que dormirse en los laureles ni en las acelgas ni en los pimientos italianos, pues mediante el reconfortante sueño los ladrones actúan con impunidad, e igual se llevan el carro de bueno de Manolo, que se llevan a Elías, y con la necesidad de tenerlo cerca, por la ausencia de tantos años, ahora la tristeza os embarga.

Una vez llegado Elías, teníais que haberlo cuidado mejor, rodeado, adorado, dándole buenas comidas y mejores bebidas, y no abandonarlo a su suerte. Ahora, otra vez a esperarlo durante dos mil años o más, porque seguro que, quienes lo tienen secuestrado, no lo van a devolver ni por un millón de maravedíes, o dracmas, o dólares USA o los euros europeos. Elías vale mucho, y solo ofreciendo más dinero que el Real Madrid por Mbappe, pudiera ser rescatado.

Así que no os queda otra que recaudar dinero, a manos llenas, y menos lamentos, que con lamentos no se consigue nada. Claro que, habiendo ajo y agua… pues también es una solución.

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