Por edad me ha crecido pelo en las orejas, pero no en la lengua

POR EDAD ME HA CRECIDO PELO EN LAS OREJAS, PERO NO EN LA LENGUA

Hablando claro.

España, según dicen, es el país de Europa actual con mayor crecimiento económico, o sea, que somos el motor que deja de ser Alemania; bueno… “de ilusión también se vive”, es como si motor de un coche lo llamásemos al radiocasete. No es así, señores políticos, si crecemos es gracias al turismo, y este podría derivarse a otras latitudes, por lo tanto hay que cuidarlo, sí, y conseguir sin que sea tan masivo (y tan perjudicial por otra parte para la sociedad) que entren las mismas divisas, y esto se consigue con un turismo de más calidad. Pero vayamos a darlo por bueno, lo de que España ocupa el primer lugar…

Pues bien, si la economía va bien, y no es gracias a los políticos sino a la sociedad, que los políticos se dediquen a su trabajo, que es eliminar conflictos en vez de crearlos como parece gustarles.

Tenemos un viejo conflicto que padecemos desde años, y es el territorial, en especial el catalán, entonces yo pregunto ¿no es llegado ya el tiempo de solucionarlo? Me da la impresión que la solución, que a todos interesaría, por parte del llamado nacionalismo españolista lo ven como su gran derrota, porque teniéndolo como triunfo desde años, o siglos, el cambio así parecen entenderlo, cuando solucionar un viejo litigio jamás es una derrota para nadie, es un triunfo que la sociedad española se merece.

Verdad es que habiendo sido ésta engañada desde años, el cambio de la tortilla habría que explicarlo muy bien, y el españolismo no se atreve. Y no se atreve por puro egoísmo, porque vive excelentemente con el engaño, y la eliminación del conflicto, en vez de auto proclamarlo como un triunfo por conseguirlo, lo teme, no se lo reproche la propia sociedad por haber sido engañada durante tanto tiempo.

El malo, en este caso, no es el separatista, sino el que pone palos en la rueda del carro catalán para que éste no avance, y sea el verdadero motor de la economía española como ha venido siéndolo. Había que rebajarlo, quitarle méritos, y que la economía, más bien por parte del dinero especulativo que no por parte del avance industrial, exportador, creativo catalán, conducirla a otros lugares donde ellos tengan la seguridad de poder seguir gobernándola, y qué mejor que crear un nuevo Estado dentro del Estado español, en donde concentrar todo el poder económico, social, político, deportivo… Eso es en realidad la nueva e inventada y no histórica Comunidad de Madrid, un Estado en donde la presidenta hasta hace ejercicios de temas internacionales, cuando el PP lanzó contra las oficinas internacionales de Catalunya (las llamadas por el PP “embajadas”) cuya única finalidad era atraer inversiones a Catalunya y España, pero nada de intervenciones políticas, todo un ejército de acusaciones, llegando a cerrarlas mediante el 155.

Esta es la realidad. El nacionalismo españolista, ha tenido miedo, pánico mejor dicho, que Catalunya siguiera avanzando como lo ha hecho desde siglos, como avanzadilla de la España atrasada, campesina, de ideas conservadoras y poco entusiasta del avance. Es la España del “que inventen ellos” que se ha dado cuenta de que al inventar se crea riqueza, y podía restarle poder. Mejor —han decidido— seguir manejando el timón de la nave, aunque sea a costa de impedir otros avances que salgan de otros lugares. Aclamando la Constitución (hecha a su gusto y necesidades) como la panacea, todo el que no se acomode a ella es muy peligroso, es un traidor, es el enemigo a batir, aunque sea un enemigo que durante años ha sido quien ha dado de comer a España. No digo más, y el que tenga capacidad para entender, que entienda, el que no, a seguir engañado...

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