Para recordar y entender algún porqué

SOBRE EL ESTATUT

El Estatuto de autonomía catalán, desde su inicio, se había mostrado insatisfactorio para gran parte de los catalanes, tanto es así que en 2005 fue reformado y mejorado tras varios debates intensos en el Parlament catalán y después en el Parlamento español. Tras estos debates fue refrendado por la sociedad catalana. Este Estatuto cumplía las leyes vigentes y la Constitución. No obstante, y a instancias de la derecha españolista, diez personas, DIEZ, de toda la sociedad española, sin control alguno, que conformaban el Tribunal Constitucional en 2010, motu propio tuvieron la osadía de recortar lo que la voluntad de dos parlamentos democráticos y representativos había elaborado y aprobado, y que un referéndum ciudadano había con su voto ratificado.

Javier Pérez Royo, eminente constitucionalista, dijo de la decisión de estas diez personas por encima de la decisión de millones de ciudadanos, no solamente que la actitud era anticonstitucional, sino que, materialmente, fue un “golpe de Estado” que rompió el pacto constitucional del 78 de las élites española y catalana. De lejos, como podemos entender ,vino el hachazo que dio lugar al 1-O y los acontecimientos derivados del mismo. A las cosas hay que nombrarlas como son.

La decisión de diez personas, sin pretender quitarles su legitimidad, desautoriza el pacto y se olvida del resultado del referéndum. “Ni pacto ni referéndum”, sino lo que yo decido. La democracia, creo, no funciona así...

Los catalanes están faltos desde hace siete años de un auténtico Estatuto de autonomía, pues el que se impuso después por el PP, es inconstitucional e ilegal. No obstante impulsar, como se ha hecho, una ruptura jurídica para abrir paso a una ruptura política, es absurdo, ya que en democracia lo contrario es lo legítimo. Por lo tanto, el conflicto tenía visos de agudizarse, como así ha sido y es. Desde el nacionalismo españolista, es como si se buscara el “[…] cautivo y desarmado el pueblo catalán […]” de tanta connotación franquista, que como herederos de sus padres y abuelos, aun recuerdan con nostalgia.

Cualquiera sabe, si es demócrata y piensa en libertad, que la demanda de más autogobierno y soberanía de un pueblo siempre es legítima. Desde gran parte de la sociedad catalana, han reclamado desde siempre un “referéndum pactado” sobre la independencia catalana, tras un debate público y justo, bien informado desde todas las partes, y guiado por ideales de la democracia deliberativa. Con varias opciones alternativas, como por ejemplo una mayor autonomía para Catalunya o una reforma federal de España, sería conveniente estuvieran plenamente presentes también. Porque seamos claros, el régimen del 78 ha abierto varios boquetes en el bajel y éste hace aguas por todos los costados. Hay que revisarlo ya de una y de forma pacífica, sin espera que haya ganadores y perdedores, pues si el barco se va al fondo del mar, aquí perderemos todos. Y en esta revisión, todas las autonomías o naciones que conforma el Barco España, han de tener su voz, pero judicializando la política, o que el trayecto del buque esté en solo en veinte manos desde donde pueden dictarse leyes y directrices injustas y que no conviene al conjunto de la ciudadanía, pues creo que no.

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