Día de todos los santos

Aunque no me convencen las imposiciones católicas (en realidad ninguna que proceda de una iglesia, sea la que sea y de la religión que sea) hay celebraciones que humanamente son dignas de respetar.
Recordar a nuestros seres queridos que por un motivo u otro ya no están con nosotros es de bien nacidos, y aunque en España es una tradición que se está perdiendo en favor de los disfraces estúpidos y del merchandising puro y duro del día 31 de octubre, hoy 1 de noviembre vale la pena pararse un momento y mandar un saludo y un beso a nuestros muertecitos aunque sea en la intimidad de piel para dentro.

En este tema es loable lo que todavía se acostumbra en los países hermanos, como México. Por encima del negocio y la fiesta pienso que aún queda un sincero cariño hacia los que ya no están. O al menos no los vemos.

Así que aquí os envío mi felicitación.  Y os emplazo a que me brindéis uno de vuestros “panes de muerto”. A cambio yo haré lo mismo en vuestro honor con unos “huesos de santo”.

¡Que lo paséis bien amigos!    

Hay mucha gente que va a los cementerios un día como hoy, la venta de flores se multiplica estos días, así que esa costumbre no se ha perdido; aunque yo reconozco que no voy nunca al cementerio.