La Sirena

Había oído de ellas. Creía eran mitos subsistidos a través del tiempo. Mitos de pescador ante un vaso de vino, en taberna de puerto. Se decía eran seres con cuerpo de ave y cara de mujer. Los siglos las habían convertido en los seres que hoy conocemos. Mujeres de cintura para arriba, cola de pez el resto del cuerpo ¡Las sirenas!
Mi amigo el capitán Ulises, me invitó a enrolarme. Quería conociese la vida marinera. Me propuso ser marinero a sus ordenes, en su barco. Acepte la propuesta y acudí a la cita. Salimos de madrugada y nos dirigimos a los bancos de pesca. La mar estaba tranquila y apenas sentía el estar a bordo. Tonificaba mis pulmones la brisa y me parecía estar en balneario.
!Vana ilusión! En pocos momentos la "calma chicha" se convierte en galerna. Arrecia el mal tiempo y noto mi inexperiencia. Una ola me da un fuerte golpe en la cabeza. Se me nubla la mente y siento el frío del agua. Voces interiores me dictan que resista. El barco amenaza zozobrar y me lanzo al mar.
Nado con inusitado vigor y alcanzo la playa. El cansancio hace que me duerma en la arena.
!Oigo música celestial! Siento en la mejilla el suave contacto de unos senos de mujer. Medio dormido entreveo su bello rostro y rubia cabellera. Un nauseabundo aor a pescado inunda el ambiente. Entreabro los ojos y...¡Ella esta allí!
Es la sirena de los cuentos infantiles. Me besa y siento escalofrío en el cuerpo. Con suave voz me dice: !Son cien euros y la cama!