Toc, toc, toc ¿Doña Inés Arrimadas?

La señora doña Inés Arrimadas, pronosticada como Virreina de España en la indómita Catalunya, no alcanzó tan alta magistratura, supongo que ambicionada y soñada por ella y sus adictos.

Andaluza y jerezana, su sueño por españolizar Catalunya, gobernarla desde la Generalitat, controlar que la escuela pública catalana se impartiese en la lengua cervantina, que la TV3 (según algunos fuente del separatismo) y los medios de comunicación, comerciales, industriales fuesen examinados atentamente para desviar, caso de haberlo, catalanismo separatista, no lo alcanzó. Y puede que significara una frustración a esos ciudadanos andaluces, manchegos, extremeños, instalados en la nación catalana pero no integrados en su alma, porque aires para ello la señora presentaba, pero una cosa es la gimnasia y otra la magnesia.

En cuanto a Catalunya su aparente triunfo inicial se vino abajo. Mal aconsejada (seguramente) por su socio el señor Rivera, yendo junto a él por toda la nación arrancando, con ojos llenos de rabia y odio, lazos amarillos, de posible Virreina pasó a segura villana, porque no hay nada peor que presentarte ante una sociedad e ir contra su alma. En el alma catalana persiste la idea de recuperar sus fueros, cuando bajo coronas reales impropias tenía la potestad, arrebatada por las armas, de que delitos cometidos por catalanes, dentro de la nación catalana, solo pudieran ser juzgados por jueces catalanes y bajo las leyes de Catalunya. La señora Arrimas creo que este dato lo ignora.

Pero como política, pese a que su partido va desapareciendo del mapa español (Andalucía —su tierra— ha sido un fuerte golpe) puede que tenga porvenir, y, sin maldad alguna, le diría que por qué no intenta lo mismo en Navarra. Por ejemplo, hacerle ver a los navarros que mejor que el chacolí, que beban fino montilla; que nada de vestimenta blanca y pañuelo rojo al cuello, sino para los navarros traje cordobés y para las navarras faralaes. Que de hablar vasco nada, un buen acento gaditano es más alegre; que suena mejor “Buenos días, chiquillo” que el feo “Egu on” y nada de cortar troncos de leña, sino de estar durmiendo la siesta bajo un árbol, y que mejor un olivo de Jaén que el Gernikako Arbola.

Pero tendría que desembarazarse de la foto del Trío de la Plaza de Colón (siempre a su disposición) porque ese tufillo fascistoide del acto, puede que empañe el de centrista que ha intentado mostrar y nunca ha alcanzado. Y bueno, si con Navarra no tiene el éxito que ambiciona de españolizar, o castellanizar, todo el Estado, le queda su propia tierra, la de la María Santísima, y aunque nadie es profeta en su tierra, a decir del antiguo, mire bien si no lo consigue porque por allí ya la conocen de sobra.

Ya, como última esperanza, le quedará la Isla de Perejil. Tampoco estaría mal allí, ella de Virreina de España, y don Asnar de Emperador. Montamos un sainete a la española, y nos dan el Óscar a la mejor comedia bufa. Inténtelo, doña Arrimadas, no pierda el tiempo..., hay que ir revalorizando la marca España hasta en los esperpentos.

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