¿Bien por Pedro Sánchez?

Al parecer la OTAN va a modificar alguno de sus artículos en el sentido de que los socios de la misma intervendrán, ante un ataque a uno de sus aliados si es en cualquier parte de su territorio. En este caso, tanto Ceuta como Melilla, hasta ahora fuera de esa colaboración por su situación geográfica en el nortee de África, entran de lleno.

No cabe duda de que de ser así, el presidente socialista consigue un rotundo éxito, pero menos. Y lo expondré.

Que Ceuta o Melilla, o ambas, pudieran verse atacadas militarmente por Marruecos, creo que es una entelequia, Marruecos no se atrevería, pues la fuerza militar española creo que es muy superior, aunque, con tanto loco político como anda suelto —Putin hoy el más desequilibrado, canalla y asesino—, todo puede darse en este mundo, no obstante lo veo muy complicado, ya que Marruecos, aun no estando por situación geográfica dentro de la OTAN, tiene excelentes relaciones con el máximo líder de la misma, los Estados Unidos de América y la Unión Europea.

Sin quitarle el derecho a la popularidad que seguramente pregonará el Presidente español, y si se lo merece hay que concedérselo, sí puede presumir de ser quien lo ha logrado, pese a la feroz campaña de toda la oposición española, que sólo entiende su misión como un ataque al que manda, por lo general sin enviar otras ideas. Hasta sus socios de Gobierno, ¡que vaya socios se buscó Sánchez!, están en contra, siendo como son parte del Gobierno que puede llevarse los laureles.

Lo que no cabe duda es que, desgraciadamente por el coste económico que ello supone, los gastos militares arruinan a una nación, en vez de invertir esos dineros en investigación, en educación, en sanidad, en la ancianidad y la atención infantil, entre otras prioridades con la finalidad de hacer mejor la vida de las gentes. Pero si te nace un Hitler, un Franco, un Putin, un Stalin y tantos otros abortos de la Naturaleza, ávidos de sangre humana como bastardos vampiros, no hay más remedio que atrincherar puertas y ventanas, y enseñarles los dientes con armas tan poderosos o más que las de ellos. Triste destino el de la Humanidad, pero imperfectos como somos, no nos pidamos perfección, y aun hay inocentes, por usar un término delicado, que creen que somos hechos a imagen y semejanza de un Dios de sainete… ni del Dios Baco, en un momento en que estuviera éste más borracho que una cuba.

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