Mucho gallo para tan poco pueblo

Mucho gallo para tan poco pueblo

Después de pasar unos días en un perdido pueblo del alto Aragón, de Huesca concretamente, llego la ciudad con mas sueño, cansancio y estrés de cuando salí.
El lugar es pequeño casi deshabitado, algunas que otras familias, sin iglesia ni campana que de la lata con sus campanazos, sin tonto de pueblo, y solo un bar tienda propiedad del alcalde.

Por eso cuando por las mañanas muy temprano bajo a tomarme el café, me dicen que no tengo buena cara, que con los ojos como platos, es como si no hubiera dormido, y es verdad, porque solo hay un gallo en el pueblo que cuando empieza amanecer, se lía a cantar una y otra vez, con un kirikiki repetitivo  y no hay posibilidad de coger el sueño, y cuando lo comento a los pocos parroquianos, me dicen que durante el año no se le escucha cantar, claro, es que solo canta para mí, me digo, y hasta pienso que desde su altura de cantor, ve mi coche llegar y se prepara para su canto madrugador, y hacerme el sueño imposible.

Y es que este gallo no se ha civilizado como los demás animales domésticos, no ha cambiado, sigue como antiguamente anunciando el amanecer cuando ya nadie va a trabajar a esas horas, ni hay trabajo por esas tierras. Había que decirle a ese gallo anticuado que así como el gato ya no caza ratones, y el perro ya no esconde los huesos porque ahora comen bien, y se han acostumbrado a los piensos compuestos y han olvidado sus ancestrales costumbres, a este gallo habría que decirle que ahora existen despertadores, móviles, y demás artilugios que te despiertan a la hora que quieras, y que ya no se necesita su canto de gallo despertador.


Pero fuera de filosofías, y enloquecido por la falta de sueño, mas de un amanecer me he paseado por las dos calles desiertas del pueblo con los bolsillos llenos de piedras esperando ver al cantautor en su pedestal vociferando su kirikiki, para pegarle una pedrada en todo el cuello, pero no hubo suerte, se ve que desde su altura cantora me ve llegar y se esconde, y se calla, pero cuando me retiro a mi habitación esperando dormir porque ya no volverá a cantar empieza otra vez, y parece que ahora con mas fuerzas, así que me he venido de vacaciones con más sueño y cansancio que lleve, menos mal de la siesta, si no me vuelto lokari  allí en el pueblo de falta de sueño. y es que ya veía hasta visiones.


Saludos

Jajjajja!! Quéee bueno!

Me has hecho recordar un gallo que había en el pueblo y que a cada verano, cantaba a la hora de la siesta!
Daban las 15h y ahí estaba con su kirikikiiiii!!
Creo que no ha habido otro gallo tan odiado como ese, pobrecillo...

Baraka, tienes que aprender a tratar con los gallos, mira: