El ángel de la guarda

Francisco, a quién todos le decían "Pancho" de manera cariñosa, asiste un día cualquiera
a la consulta de un psicólogo.
Pancho estaba muy confundido por un problema que no lograba identificar.
Ya había consultado con el cura, quién no logró resolver su problema.
Consultó con un exorcista, pero éste nada pudo hacer.
Fué con la policía, visitó médicos, pero nada.
Fue con la medium del pueblo.
Lo intentó todo.

Finalmente dió con el psicólogo que mencioné al comienzo.
DOctor, doctor.
Tengo un problema muy serio.
Todas las noches, cuando me quedo dormido se me aparece en sueños el ángel de la guarda,
y, con una voz severa (que me recuerda a mi madre) me pregunta
"Pancho ¿hiciste pipí?"
Con la voz temblorosa, y lleno de miedo le digo "No, aún no".
Entonces, la voz me repite "¿y qué esperas?"
... y amanezco mojado.

Esto me tiene loco, doctor, no se qué hacer, sollozaba Pancho desconsoladamente.

El doctor le dice:
"Pancho, antes de dormir reclínate sobre tu cama apoyando tu frente sobre
tus manos empuñadas, y repite 50 veces "Ya hice pipí, ya hice pipí, ya hice pipí, ya hice pipí,...."
Cincuenta veces. Puedes ayudarte con un rosario para llevar la cuenta.

"Doctor, le dice Pancho, es que no tengo rosario".
"Entonces cómprate uno... "

A la noche siguiente, y luego de haber adquirido la herramienta sugerida por el psicólogo,
Pacho, un voz recia y tono profundo, repite "Ya hice pipí, ya hice pipí, ya hice pipí, ya hice pipí,...."...
Cincuenta veces lo repite, tal como se lo recetó el galeno del espíritu.

Pancho se acuesta, se tapa con las sábanas, frazadas y plumas como lo haciá siempre.
No está demás agregar que era invierno.
Noches muy oscuras, tal como esa noche.
Lluvias y truenos.
El invierno era muy crudo.

Ya profundamente dormido, nuevamente aparece, en su sueño, el ángel, curiosamente
vestido de negro.
Nunca antes el ángel vestía de negro.
Siempre vistió de blanco.
... pero, en fin.
Una vez más, el ángel, son su voz severa pregunta "Pancho ¿hiciste pipí?"
Esta vez, con el subconsciente aleccionado por el ejercicio espiritual sugerido por el profesional,
Pancho responde, también en sueños como siempre, pero con voz firme
"SI, YA HICE PIPÍ"
Ahí el ángel le responde "¿y cómo estamos de caquita?"

T'as pasao... jajajaja.

Jajjajajajaa...
Es un chiste de rechupete!! Genial!!!