La Generalitat discriminando...

En España todo el mundo pide dimisión, hasta mi vecina del quinto en camisón, mientras se deleita con pan y requesón. Son… las doce de la noche, que brilla cual mágico broche, la noche estrellada que espera, enamorada, que amanezca el alba. Alba es la mitad de Albacete, y al albero miro con recelo. Celo, parte del violoncelo, que no es celoso, ni feo ni hermoso. Oso panda, o panda de indecentes, vividores a base de inocentes. De diciembre veintiocho, con chocolate caliente qué rico está el bizcocho, dice mi vecino, el que ya está algo chocho. Chocho es el altramuz, aunque no se cultive en Ademuz, que es valenciano, como el panocho es murciano. Y en la Vega del Segura, la escasez de lluvias es segura. Asegúrese dice el asegurador, al mismo tiempo que canta el alegre ruiseñor. Señor de la Viña, aunque peque no me riña; es que soy muy pecador al robarme la “ese” pues yo era pescador. ¿Pescador de coplas? De coplas y del jondo cante, pero ahora soy de peladillas fabricante. También tengo miel de la Alcarria, y con botes de cerveza organizo una fanfarria. ¿quiere una interpretación? Mejor déjelo para la próxima estación. Así lo dejaré, pardiez, pero no se me ponga en ese tono vuesa merced.

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El que la sigue, la consigue, dice un viejo refrán, y yo, en respuesta, para postre pido un flan. Un flan de chocolate, late de mi corazón, y sigo con la estrofa: corazón de melón. Hay melones, para las niñas y los señores, también para los militares, tengan o no graduación, y si estamos en enero, de la mar el mero, y no olvidemos que de la tierra el carnero. ¡Menuda carnicería! dijo el déspota gallego, al saber que en Alacant a más de trescientos habían asesinado. Y una copa de tinto se tomó, así celebraba las muertes el muy cabrón. ¿Cabrón viene de cabra? Sí, pero no de la cordobesa, que allí, si de verdad interesa, es cuando la española besa. ¿Y besa de verdad? Bueno, a veces es fingido, de la misma manera que al loco le dicen ido. ¿A dónde su fue? ¿Y eso a mí me lo pregunta?, por el barrio se barrunta que marchó a Guadalajara, pero no la que es un llano, ni tampoco una llanura. Por favor no siga, pues tengo calentura. Pues aquí lo dejo, y que tenga buenaventura. Gracias por su deseo, y por mi parte feliz navidad, si antes no le veo. Veo, veo ¿qué ves? una cosita que empieza por a, ¿Alcachofa, alcahueta, alimaña, altramuz? Arrimémonos a la luz. Lux perpetua luceat eis et requiem aeternam dona eis Domine... Amén.


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Neutralidad, como necesidad no está mal. Mal de muchos, consuelo de tontos. Y tontorrones los hay a montones. Montones y montería, vayamos a la cuadra, doña María. ¿Que no sabe usted cabalgar? Mejor la invito a un bocata de calamar. Mar del Plata, Mar Cantábrico, Mar Muerto que yo no mato. Mata el matón, y cuida de la cabra, el ca...brero, ya sea junio, ya sea febrero. Su día 14 es de los enamorados, por eso me visto de colorado. ¿Como el cañón? No, este no dispara, pues ya está bien de tonterías, y para... ¿para qué?... Paraguay... ¡Oh que guay! Pues si le piso un pie, seguro que dice ¡ay! Hay o no hay, según donde se mire. Yo miro por el balcón, pero no ansíe en que de él me tire. De todas maneras, es el primero, y el golpe, aunque certero, no abriría mi cabeza, y para eso mi cuñada reza. ¿Reza alguna oración? Reza el rosario en su habitación. ¿El Rosarías de la Aurora? Ese no, al menos por ahora. Si la quiere saber, son las ocho. Pues ande y saque el mocho y barra la estancia, y usted qué ¿el vino escancia? Sí, pues el vino que tiene Asunción, ni es blanco, ni es tinto, ni tiene color...


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Enrevesado, acaba en ado, como arado, tostado, descarado, amado, tolerado... y tantos ados como abarca el diccionario. Agradezco los adjetivos que se me regalan. Para mí, aunque en realidad no valen nada, les doy un gran valor, de ahí mi cariño y mi amor. Y es que antes de que tus labios me confirmaran que me querías, ya lo sabía, ya lo sabía, pues me pusiste un telegrama que lo decía, que lo decía. Destino: tu corazón; domicilio, cerca del cielo, remitente, mis ojos son, y texto: te quiero, te quiero...

Sí, vale, ya sé que es una canción del Festival de Benidorm, pero es la que me ha venido a la mente, que es, entre otras cosas, el esposo de la menta, y que ambos regenten una venta. Como la Niña de la Venta, que ya está cantando, ya está cantando, y es que una pepita pena, la está matando, la está matando. Pero no matemos el tiempo con cosas tan sencillas, mejor encarguemos de postre unas natillas. Y que no falte un poco de canela, la mujer del canelo, pues la novia de Reverte, tiene un pañuelo, tiene un pañuelo. Pero si le parece bien, mejor lo cambiamos por buñuelo, pero no por un orzuelo, o como el pescador de caña, que más pierde que gana, y usa un anzuelo, donde colocar la lombriz para al pez engañar. De ahí que el engaño, se nos ofrezca durante todo el año. Año bisiesto, como yo el geranio planto en un tiesto. Geranios, claveles, reventones y rojos, Sí, mi amada, bellos como tus ojos. ¿Son rojos mis ojos? Son color del alhelí... Pues por ahí te escapas, pues me has hecho reír...

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