Votaciones II Concurso de Relatos: Amor – Amistad

Damas y caballeros, se cierra el plazo de presentación de relatos y se abre el de lecturas y votaciones.
Cualquiera puede votar. Haya escrito algún relato o no, no hay problema.
El sistema de votación será el siguiente:
Eligen los 3 relatos que más les hayan gustado y a cada uno, le pondréis una determinada puntuación:

El relato que más les haya gustado, le ponen 3 puntos.
El segundo, serán 2 puntos.
El tercero, 1 punto.

Las votaciones serán anónimas y me las facilitaréis por mensaje privado.

El plazo será de una semana.
Es decir que, el martes 2 de marzo, por la noche, cerraré el garito (mi bandeja de entrada). Y al día siguiente, subiré en abierto las votaciones de cada uno y expondré el recuento de todas las puntuaciones.
El relato que más puntos tenga será el ganador indiscutible.
En caso de empate, se proclamarán vencedores a partes iguales (porque una buena fuente me ha asegurado que el Admin tiene de sobras para repartir los mismos buenos regalos a varios).
Cualquier duda o sugerencia, me dicen, por favor.
Gracias.
Suerte para todos!


Añado aquí:
RESULTADOS VOTACIONES



Participantes:

Kalla
Parzi
Tomb
Gina
Esquizo
Daniel
Mag

A continuación, les pongo la lista resumida y los relatos en ese mismo orden.
Nº de relato - Título          
_________________________________          
1 - El chico del tren -  
2 - Cantigas de amor -
3 - Era sólo esperar -
4 - Amor irracional -
5 - ¿Declararme a mi mejor amiga? -
6 - Jardín de rosas -
7 - Messenger -
8 - Amor caduco -
9 - Tranvía -
10 - Ella le dijo que no... -
11 - No hay mal que por bien no venga –
12 – Las medallas del amor -

1 - EL CHICO DEL TREN

Ahora no uso el coche porque con tanta zona azul y tanta zona verde aparcar es tarea imposible, así que me voy a trabajar en tren. Bueno, pues cuando espero al tren la gente que está en el andén es todos los días casi la misma y cuando subo al tren hay gente que también es casi la misma todos los días.

Cuando subo al tren hay un chico que ya está en el tren y lo veo todos los días y el a mí, claro. Pues hoy el único asiento libre que había estaba enfrente de él, me he sentado y me ha dicho: "Hola", yo le he respondido: "Hola". Y no ha dicho nada más, yo me he puesto a mirar el móvil y él miraba por la ventanilla, no sé qué miraba si a esa hora todavía está un poco oscuro. Bueno, el caso es que cuando ha llegado su parada, él se baja antes que yo, se ha levantado y con una sonrisa me ha dicho: "Bueno, hasta mañana", yo le he devuelto la sonrisa y le he contestado: "Hasta mañana".

El chico es majo, yo le calculo unos treinta años. Lleva traje y una funda de portátil al hombro, o al menos yo creo que es una funda de portátil, tiene toda la pinta de serlo. Bueno, a ver qué pasa mañana.

Esta mañana he subido al tren y allí estaba, sentado, y el asiento de su lado vacío, pero ha llegado un señor por el otro lado y se ha sentado, así que me he sentado al otro lado del vagón. Me he puesto a mirar el móvil y casi sin darme cuenta he oído "Buenos días", era el chico de ayer, se había levantado y estaba a mi lado. Yo le he dicho "Buenos días". En ese momento la chica que estaba enfrente de mí, se ha levantado y él se ha sentado. Me dice: "Te veo todos los días en el tren ¿vas a estudiar?"y yo le he dicho: "No, voy a trabajar". "¿Y de qué trabajas, qué haces?" me pregunta él, y yo le digo: "Soy cajera en un Centro Comercial, ¿y tú?", "Trabajo en un banco", me dice. Luego ha dicho algo sobre su jefe y algo más que no viene al caso.

El tren estaba llegando a su estación, se levanta y me dice: "Por cierto ¿cómo te llamas? yo me llamo Roberto" Por un momento he estado a punto de decirle un nombre inventado, pero le he dicho la verdad: "Me llamo Alba". Se ha bajado y me ha dicho: "Hasta mañana, Alba" y yo le he dicho: "Hasta mañana".

Cuando me ha preguntado el nombre me han saltado todas las alarmas, espero que esto sólo sea un rollo de tren, no estoy como para empezar una relación ahora.

¡Me he quedado dormida! Pues eso, se me han pegado las sábanas. Me he levantado de un salto, me he vestido tan deprisa como he podido, y sin desayunar he bajado corriendo a la estación, pero he perdido el tren. He tenido que coger el siguiente, así que hoy no puedo contaros nada porque no lo he visto, y lo siento. Afortunadamente no he llegado tarde al trabajo, no os preocupéis.

Hoy he subido al tren y en cuanto me ha visto se ha levantado y ha venido hacia mí y me dice: "Hola, no te vi ayer, me tenías preocupado" y yo le he dicho: "Me quedé dormida y perdí el tren, tuve que coger el siguiente". Y ahora viene lo bueno, pues no va y me dice: "Ah, vale, pero no me lo vuelvas a hacer, eh". "¿Perdona?" le digo yo "¿Que no te vuelva a hacer qué? O sea, ¿hablo una vez contigo y ya te crees con algún derecho sobre mí? Me parece que no eh, no sé por dónde quieres ir, pero no". Entonces él no sabía qué decir, me ha dicho algo así, no recuerdo exactamente las palabras "Bien bien, perdona, no quería que te sintieras molesta, es solo que me caes bien y nada más, pero sí es verdad que estaba preocupado, ayer me recorrí el tren por si habías subido en otro vagón ¿amigos?". "¡Qué fuerte!" le digo yo, "no sabía que ejercía ese efecto sobre la gente, de momento compañeros de viaje".

Así hemos llegado a su parada, compartimos el tren apenas diez minutos. Antes de bajarse me dice: "Entonces lo de qué me des tú número de teléfono…", no le he dejado terminar, "ni lo sueñes" le he dicho. Y cuando se baja dice: "Ya veremos. Hasta mañana Alba".

Hoy cuando he subido al tren estaba él sentado y tenía la funda del portátil en el otro asiento, guardándome el sitio, en cuanto me ha visto me ha hecho señas para que me sentase a su lado. Lo he hecho, y me dice "Hola, ¿todavía sigues enfadada?" yo le he dicho: "En ningún momento me he enfadado", "Pues ayer me lo pareció por lo que me dijiste" me dice él. "Bueno, a lo mejor me pasé un poco" le digo, y es entonces cuando meto la pata hasta el fondo cuando le digo: "Pero me han dicho que te dé otra oportunidad"; entonces él me dice: "¿Así que les has hablado a otras personas de mí? eso quiere decir que a lo mejor te intereso". Entonces yo le digo "¿Ya empiezas otra vez? Quizá se me haya escapado algo anoche con unas amigas pero no significa nada, no te hagas ilusiones".

Fue entonces cuando él me dice: "Mira, lo mejor es empezar de nuevo, parece que no hemos empezado bien" y sigue "Hola, me llamo Roberto, ¿y tú?" con esto me saca una sonrisa y le digo: "Hola Roberto, me llamo Alba, cuéntame algo sobre ti". Entonces me dice: "Voy a ser sincero contigo, llevo un año separado y durante este tiempo no me ha interesado nadie hasta ahora, sé que puede parecer una broma, pero es la verdad". Yo me he quedado callada y me dice: "Cuéntame algo sobre ti, qué te gusta hacer", y yo le he dicho: "Si quieres saber algo sobre mí te tendrás que esperar, estamos llegando a tu parada". Mira por la ventanilla y se levanta, pero antes de irse me alarga la mano y me da un papelito y me dice: "Hay tienes apuntado mi número de teléfono, por si quieres hablar". En cuanto me he bajado del tren lo primero que he hecho es tirar el papelito a una papelera, así me evito la tentación. No sé si habré hecho bien o mal, pero ya me estoy arrepintiendo.

Pues resulta que el domingo cuando salí al jardín de casa me cayó encima un macetero muy grande y al caer al suelo me di un golpe muy fuerte en la cabeza y según parece perdí durante algunos minutos el conocimiento. Mi padre me llevó al hospital y he estado en observación estos dos días. Ah, y también me hice un esguince en el pie al caerme el macetero encima. Ahora me van a dar ya de alta, y lo peor es que llevo cuatro días sin ver a Roberto.

Estaba esperando en el andén y estaba nerviosa por volverlo a ver. No sabía si estaría o no en el tren. Cuando por fin ha llegado el tren y me he subido allí estaba, sentado, cuando me ha visto se le han iluminado los ojos, se ha levantado y ha venido hacia mí. Yo no he podido retenerme y rodeando su cuello con mis brazos le he abrazado tan fuerte como he podido; él me ha devuelto el abrazo mientras me decía: "¿Qué te pasa?". La emoción me ha podido y me he echado a llorar mientras seguía abrazándolo, y él seguía preguntando: "Pero ¿qué te pasa?". Yo le he mirado y poniéndole un dedo en la boca le he dicho: "Shhh, no hables, tan sólo bésame, bésame". Nuestros labios se han unido y hemos estado un rato besándonos, supongo que el resto del vagón nos estaría mirando pero a mí no me importaba.

Pasado el momento de la emoción le he dicho que creí que no le volvería a ver, y él me ha preguntado que qué me había pasado estos días. Yo le he dicho la verdad, que tuve un accidente y he estado en el hospital. Entonces me dice: "¿Por qué no me llamaste? tenías mi teléfono". Yo le he dicho que perdí el papelito donde me apuntó el número. Y así hemos llegado a su parada. Se ha bajado y me ha dicho: "Mañana hablamos de todo esto, si es preciso me tomo el día libre, no me puedes dejar así". Y yo le he despedido con un "Vale".

Esta mañana al subir al tren lo primero que hemos hecho es darnos un beso y luego hemos hablado. Bueno, el caso es que esta noche hemos quedado a la salida de una boca de Metro y me invita a cenar. Luego ya veremos.

Cuando me recogió en su coche me llevó a un restaurante que hay cerca de su casa, y estuvimos hablando durante la cena. Como me dijo que estaba separado le pregunté si tenía hijos y me dijo que no. Después me llevo a un disco bar a tomar algo. Allí ya más relajados nos estuvimos besando dando paso a la lujuria. Sus manos recorrían mi cuerpo, me acariciaban, llevándome a la cima del placer. Cuando me llevó a casa me insinuó de subir conmigo y le dije que no. No hubo sexo aquella primera cita.

2 - Cantigas de Amor

Me piden que haga un relato de amor
¿platónico, pícaro, o solitario?
Me resulta más duro que un calvario
convertirme en juglar o trovador

Señoras, me declaro embajador
bruto, simple, y quizás cavernario
que no encuentra en todo el abecedario
letras que describan este picor

¿Conseguiré con mis ripios versos
los favores de ella, mi enamorada
o tendré que explorar otro universo?

Batallaré con capote y espada
si los hados no se muestran adversos
tendré un beso, una sonrisa, una mirada

3 - Era sólo esperar

Estoy haciendo la maleta. Algo de ropa, algunos cuadernos. Poca cosa me voy a llevar de esta casa vacía, donde sobreviví algunos años, y hoy le digo adiós a un pasado que nunca viví y a un futuro que no habrá.
Cuando me di cuenta que él jamás me amaría, decidí que mi vida necesitaba otro norte y no quedarme aferrada a una inexistente esperanza.

Me llevo también el cepillo de cabello, mi perfume favorito, cuando de repente, me encuentro con un portarretrato que nunca había visto. La fotografía primero, me causó extrañeza y luego incredulidad y espanto. Era la de una pareja de ancianos, pero que me resultaban conocidos. La incredulidad y espanto fue cuando vi que éramos él y yo.
Tengo 36 años pero en la foto debo estar pisando los 70. Arrugadita, pero mi sonrisa era una que hasta ahora ningún espejo fue capaz de devolver. Y unos ojos que irradiaban un brillo que gritaban que era feliz.
Él, casi calvo, con gafas y pelo totalmente blanco no miraba al fotógrafo, me miraba embobado mientras me abrazaba.
Confusa, incrédula. De alguna manera debo haber roto la curvatura del espacio-tiempo y asomarme al futuro.

Comienza a llover. Oigo la lluvia cayendo sobre las hojas secas del jardín y su sonido da la sensación que ellas están aplaudiendo. Aplaudiendo nuestro amor sincero que todavía está por nacer.

4 - AMOR IRRACIONAL

Hacia años que vivían juntos pero nunca habían salido de vacaciones, fue la amiga de su compañera la que animó a esta para salir de viaje.
A la hora de la partida las dos mujeres se subieron delante del coche y él, porque sabía que el conducir no era para él, se acomodó en los asientos de detrás.
Durante el viaje las amigas hablaban de sus cosas, y cada cierto números de kilómetros se intercambiaban el puesto de conductora mientras que él, con un ojo en el paisaje que corría por detrás de la ventanilla, con el otro contemplaba embobado las variadas formas y el revoltijo de pelos que la traviesa brisa, que entraba por algún hueco del exterior, formaba en el pelo de su amada.
Después de un breve descanso en un área de servicio de la autopista, ella se puso detrás, estaba cansada, y se estiro a lo largo del asiento. Y pareció que se quedaba dormida cuando él, estirándose todo lo que pudo y con el cinturón casi ahogándole, se acercó a su rostro y muy suavemente la besó en los labios. Y ante la bella quietud de aquel rostro venerado, su reprimido amor animal se desató y siguió besándole el cuello, hasta que ella se removió con los ojos cerrados para decirle.
.-Estate quieto Bobi, déjame dormir.-
Seguidamente él volvió a su sitio, se sentó sobre sus patas traseras y con la cara triste y baja, dejó que la brisa que le daba en la cara, secara unas lagrimas que le caían por el hocico.

5 - ¿Declararme a mi mejor amiga?

Llevaba noches en vela con un maldito runrún en la cabeza. Por Dios Kalla, deja de postear fotos y cosas de religión en ese maldito foro y dedícate de una vez a asuntos terrenales.
¡¡Pídele para salir a tu amiga Paz!!
Mi problema era tan típico, que hasta me ruborizo al contarlo: si me dice que no, voy a perder también a una amiga. Y es que ella es capaz de escucharme, de interesarse por mis sueños, mis hobbies, ainsssss.
Al fin, armado de valor y sin que mediara el alcohol decidí que de esta semana no pasaba. Había utilizado el alcohol para otros episodios como rupturas y había sido peor el remedio que la enfermedad. Y así fui, directo, con voz temblorosa pero sin andarme por las ramas, le planteé cuales eran mis verdaderos sentimientos. Ella no me dijo ni que sí ni que no, pero no la vi sorprendida.

¡¡¡Decidme que eso es un buen síntoma, que ella sabía que esto iba a pasar!!!!

Al menos, me siento más liberado. Mientras espero su contestación, voy a preguntar en el foro por la maldita higuera que Jesús castigó, y así me distraigo…

6 - Jardín de rosas

Una princesa busca a su príncipe
Sola en el jardín de rosas, llorando anhelosamente la presencia de su príncipe
Inconsolablemente, busca y busca pero no lo encuentra...
El príncipe se ha ido
El corazón de la princesa solo puede decir: ¿Dónde estás, príncipe mio?

Princesa mía, no quiero verte triste, no quiero hacerte daño
Eres la mujer que yo mas quiero en este mundo, jamás podría dejarte sola
No estás sola, y no solo tu sufres
Yo sufro por no poderte abrazar
¿Dónde está el aroma de niña que en alguna vez me divertía?
¿Dónde está la inocencia con la que naciste?

La princesa sufre, sufre de amor por su príncipe
Mi enfermedad es no poder abrazarte
Mi único daño es no poder sentirte cerca
Deseo poder abrazar a mi príncipe, decirle cuanto lo quiero
Decirle que aquí esta su niña, su princesa
Pedirle que se deleite en el aroma que destilo
Ese aroma de niña es el que ahora se ha convertido en aroma de mujer
La princesa anhela que su príncipe se pasee en el jardín del aroma del amor
Y entregarle esa inocencia con que su príncipe la vio nacer

Mi príncipe estaba sobre las puertas del jardín de rosas
La princesa deseosa de que su príncipe entrará y se deleitara en el aroma del jardín
La princesa le indica el camino a su príncipe, ella abre las puertas
Y su príncipe en dirección a ella, camina hacia el interior del jardín...

Hermanito, hoy estoy sola, ven, entra en mi habitación, embriaguémonos del néctar del jardín de rosas...

7 - MESSENGER

Hace unos años cuando no había redes sociales ni foros te podías comunicar a través del correo, se llamaba messenger. Yo me relacionaba con amigas y amigos, pero también había gente que no conocías que se conectaba al messenger, y así hablábamos a través del teclado. Había un chico que era muy gracioso, y no sé por qué siempre acababa hablando con él. No lo conocía, pero había algo que me llevaba a conectarme con su messenger. Tengo que aclarar que yo tenía webcam pero él no. Y así hablando resulta que vivíamos en pueblos cercanos, y un día quedamos en la estación de Renfe. Nos vimos, nos dimos un beso en la mejilla, y luego hablamos un poco sobre nosotros. Por supuesto que me hizo reír, claro, como hacía siempre. Luego nos despedimos, y ya está.

Al día siguiente vinieron unos amigos a casa y estando allí, en mi habitación, me conecté al messenger y cuando conecté con el chico del día anterior, éste me vio que estaba acompañada, él sólo vio a un amigo mío que en ese momento estaba a mi lado. En seguida le cambió la cara y me preguntó que quien era ése. Yo le dije que un amigo del insti, pero él, aunque quiso hacer una broma, estaba celoso, se le notaba mucho. La verdad es que sí que era un amigo del insti, nada más, y me dijo: "En dos días lo tienes aquí, jaja", y nos echamos a reír.

Mi amigo se equivocó, él dijo que en dos días lo tendría aquí, y tardó cuarenta minutos. Cuando quedamos el día anterior nos dimos el teléfono y la dirección, y se presentó en casa. Papá y mamá ya estaban acostumbrados a que vinieran a casa mis amigas y amigos, así que uno más no les sorprendió. Se presentó y estuvimos el resto de la tarde hablando entre todos.

A mí el chico me gustaba mucho y tuvimos una relación muy bonita. Pero todo lo que empieza se acaba y aquello, un buen día se acabó.

8 - Amor caduco

Las piernas se tambalearon. Temblando, su mirada siniestra y tensa se perdió en el vacío.

Para cuando tenía 36 años, ya parecía sentir el peso de los 80 arremetiendo libremente contra ella.
A lo largo de su vida, siempre estuvo apoyada en la Esperanza. Un mañana tranquila. Un mejor futuro. El Amor Verdadero esperándole a la vuelta de la esquina...

Pero los días se han secado, la flacidez perpetúa la piel gastada. Ahora, su mirada rígida ya no veía el futuro. No veía nada más que unos centímetros caóticos frente a ella. Una luz lúgubre en torno a la escasez de colores y formas.

Sin embargo, había tanto amor en su pecho, un amor que nunca pudo compartirlo. Toda una vida esperando a la persona especial que sería tu objetivo incondicional. Tanto amor, obligatoriamente mantenido en un estado de crisálida. Años y años en desuso, tapiaron sus arterias e insensibilizaron su epidermis.

Ese amor en desuso eternamente almacenado, un día expiró y la desesperanza se convirtió en su morada. No hubo más estímulos. No hubo más intensidades como fuerza motriz. Los pensamientos ya no planeaban una vida compartida. Era solo ella, ella y ese viejo camino vacío que había recorrido toda su vida.

Un día, se fue de casa y nunca regresó. A pesar de las búsquedas de familiares y amigos, nunca la encontraron.

Tampoco podrían. Después de todo, mientras se arrastraba inerte por la vida, ni siquiera ella sabía quién era ni dónde estaba.

9 – TRANVÍA





Subió al tranvía solo dos paradas después de mi ascenso, era delgada pero de bonita figura sin embargo lo que realmente llamaba mi atención era ese hermoso rostro adornado con unos ojos que parecían tesoros sin descubrir.

Dejé la lectura del libro que llevaba para observarla detenidamente. Se sentó delante de mí, sus ojos distraídos se posicionaban lejos de mi encuentro, sin embargo, los míos no querían prescindir de su presencia. Intenté inútilmente retornar a mi lectura, Borges, voluntarioso, plasmaba sus mejores letras y sus mejores ideas, pero Funes y su memoria solo hacían que recordara ese bello rostro que estaba al alcance de mi vista.

No pude leer de nuevo una línea completa de la obra que estaba en mis manos. Fue una lucha sin cuartel entre proseguir mi lectura y mirarla, donde el escritor argentino parecía perdido ante los embates de su hermosura. Mis ojos rendidos ya no descifraban lo escrito, pues, dirigidos por un imán hipnótico, buscaban observarla, escudriñar su rostro, dibujarla en mi retina y grabarla en mi recuerdo, tal como la escena que describían esos versos perdidos de aquel bardo mal logrado que alguna vez leí:

“Vuélvete eterna habitando
En mis ojos, llenando todo vacío
Y todas las noches;
Que tu silueta se grabe en el lienzo
De mis añoranzas y mis recuerdos,
Para cuando deba abandonar
Tú cálido regazo”

Debo cerrar el libro, aunque quiero proseguir no puedo y esta situación me irrita, pero es un fastidio dulce, hermoso, divino, aunque me contraría por ser un distractor. Disimulo mi estado de encanto en forma de enojo, a falta de papel, saco una pequeña tarjeta de presentación para que me sirva, en su reverso, como portante de una legítima queja. Tomo mi bolígrafo y decidido e indignado escribo una pequeña misiva:
“¿Quién se cree, bella mujer
para interrumpir mi lectura
durante todo este trayecto?
¿Acaso cree que sus divinos ojos
Y su boca tibia y perfecta
Deben ser dueñas de mi atención?”

Acabé de escribir el mensaje y con exceso de solemnidad me levanté del asiento, me acerqué a la agraviante y le entregué la nota de protesta. Sin esperar a que lo leyera, me dirigí a la puerta trasera del tranvía y pedí la bajada. Antes de descender, miré por última vez a ese ángel distractor y encontré la más hermosa de las sonrisas mientras sus ojos miraban a los míos. Aún así descendí.

Caminé cabizbajo y con las manos en los bolsillos recordando ese rostro que iluminó a mi corazón, esa sonrisa que se convirtió en un sueño y esos ojos que fueron astros eternos en mi cielo, mientras el tranvía se alejaba. Mi corazón se llenó de congoja al haber perdido la ocasión de conocerla. Quizá fue cobardía, un momento de gran estupidez o mi orgullo literario herido lo que dejó perder el camino a la felicidad de mi vida.

Pasó una semana y mi delirio y mi tristeza no disminuían. Abordé ese tranvía a la misma hora todos los días esperando encontrar a ese ángel inmortalizado en mi recuerdo. Nada sucedió, no la encontré. Borges y yo retornábamos solos mientras el sol se despedía del día. El escritor argentino me acompañó todos esos días, pero en realidad no pude dedicarle unos instantes a la lectura, mis ojos miraban, o al asiento solitario donde pensaba encontrarla o al suelo cuando una figura distinta iba ocupando su lugar.

Hoy por la mañana he recibido una inesperada llamada. Una voz que parecía venir de los paraísos más luminosos y sempiternos me hablo y su melodiosa y delicada voz provocó un hechizo en mi corazón. Ella, sin presentarse, preguntó:
-¿Pretendes seguir leyendo a Borges o prefieres una sonrisa distractora?
A lo que respondí:
-Quiero intentar seguir leyendo desafiando el imán misterioso de tus ojos, el enigma insondable de tu sonrisa, la hermética sinrazón que nubla mi vista a las letras mientras se magnifica en cada detalle de tu rostro. Que dure el viaje mientras termino el libro.
De pronto una promesa de su boca salió:
-Te espero a la misma hora en el mismo tranvía, que mi sonrisa y tu mirada duren lo que te lleve acabar tu libro.
Colgó, pero a mi corazón lo dejó colmado de alegría y esperanza, la luz de sus ojos volverían a iluminar a mi vida. Miré a Borges y su pequeño libro de noventa hojas y la eternidad se me hizo tan pequeña. ¡Oh compañero de mil batallas, te traicionaré por alguien de una eternidad mil veces mayor! Tomé el libro de Rayuela del cronopio Cortázar y sus cientos de formas de ser leído y me dirigí al encuentro con mi amada y su distractora belleza.

10 - Ella le dijo que no...

Ella le dijo que no, sin embargo una pequeña palabra, dos sencillas letras, un sonido corto, no fueron impedimento para que él siguiera amándola, porque el corazón no entiende de palabras, no conoce su significado. Sin embargo la forma cambió, su amor ya no sería expresado a los cuatro vientos sino se transformaría en discreción, en silencio, en secreto. Sus ojos seguirían iluminándose al verla, pero se agacharían desconsolados al encontrar los ojos de ella. Los besos no brindados se le fueron acumulando en la boca y morían lánguidos y fríos en cada noche transcurrida. Ahora pronunciaba su nombre y los “te amo”, no en su oído, sino en la soledad de la noche y los soltaba al viento esperando que algún cantautor compusiera canciones con el nombre de ella. Los osos de peluche ya no salían de la tienda, seguían permaneciendo en el aparador en espera de un amante más afortunado que pudiera obsequiarlo. Las flores ya no formaban ramos que fueran abrazados por su amada, ahora eran deshojados con la esperanza de que el último pétalo fuera un “sí me ama”, cosa que nunca sucedió. Los brazos se fueron anquilosando a falta de ser usados para abrazar con toda la ternura del mundo, solo la fría almohada recibía un pequeño apretón en las noches de desconsuelo.
Transcurrió el tiempo y las primaveras se hicieron más cortas y los otoños se vistieron de ocres más firmes, su vista se hizo borrosa, sus manos temblorosas, sus pasos cortos y su piel ceniza y arrugada, solo siguió inmutable el amor por ella y los “te amo” en la soledad de su habitación.

11 - No hay mal que por bien no venga

    Me llamo Orson Ajero Mola y desde hace muchos años, tenía la costumbre de pasar de largo de todas las burlas que me habían ido infligiendo, desde que era bien pequeño. ¡Con ese nombre, yo no podía pasar desapercibido! Y siempre culpaba a mi padre de haber cedido ante ese capricho de mi madre, e ir a registrarme con semejante identidad que me acompañaría durante toda mi vida. Pero el pobre, si ya le era difícil llevarle la contraria a mi madre, ¡no quería saber cómo sería después de haber sufrido las 25 horas que duró el parto!
Ella era fan incondicional del gran actor Orson Welles, y me explicó que con sólo su voz, fue capaz de asustar a los oyentes de radio ¡de al menos medio mundo! Algo leí por ahí, pero seguía sin convencerme en absoluto, ya que cuando lo nombraba, nadie de mi edad sabía nada de aquel gran actor. En cambio, esto me ayudó a comprender que si intentaba explicar a alguien lo grande que era una persona, pues era como si de una forma indirecta, les decía lo pequeños que eran ellos... y así, tampoco conseguía nada bueno.
Y la cosa no quedaba ahí, pues si separaba un poco los labios, sobresalía el doble aparato odontológico de metal bien brillante, que me habían impuesto a la fuerza, entre dolores y mis padres, el dentista de la familia. ¡Y cómo no! Todos mis vecinos querían ver mis futuros dientes alineados (cosa que tardaría al menos un par de años), así que eso ayudó a que se me fueran las pocas ganas de salir de casa. Iba al instituto, volvía y ya no salía hasta el siguiente día de clase.
Mis compañeros de clase siempre iban bien acompañados. Cuando no quedaban con chicas, eran las chicas quienes iban detrás de ellos. Y evidentemente, a mí no me llamaba nadie para salir a dar una vuelta o quedar por el centro. Y así, pasaban los días, con mi vida social casi nula. Tuve compañeros de trabajos, de clase, vecinos... pero nunca lo que yo habría llamado un verdadero amigo, o ¿por qué no? una verdadera amiga.

Un día, o mejor dicho, una noche, mi vida cambió considerablemente. Cansado de leer, dejé mi libro de lado y conecté el portátil. Aquella mañana, en la hora de Tutoría, todos habían hablado de redes sociales y de cómo se enganchaban, ya que podían hacerse pasar por cualquiera y no sentirse avergonzados de nada. Personas sin complejos que preferían tener amistades virtuales, con nombres ficticios, y en caso de conflicto, cerraban la pantalla y hasta nunca jamás.
…
Siempre había pensado en que si un día me encontraba con un genio y su lámpara mágica, y me concedía 3 deseos, estos serían insuficientes para mí. Y luego pensaba en que entonces, haría lo que a nadie nunca se le ocurría hacer: pedir más lámparas mágicas.
…
Volviendo al tema de las famosas redes sociales (y por no haberme encontrado con ningún genio antes), entré a un foro de discusión y debates de todo tipo. Allí se podía tocar cualquier tema actual o histórico, leer chistes o poemas, escuchar música para todos gustos, y sobre todo, podías intercambiar gustos y aficiones con quienes las tuvieras en común.
Desde aquella noche, empecé a tener un poco más de vida social. Era virtual pero me valía, porque ya no me sentía tan sólo. Escribía sobre mis conocimientos y aprendía de los de los demás. Y no sé bien por qué, pero a pesar de mi odio total hacia mi nombre, no quise mentir en nada y me registré como “Orson”. Tal vez lo decidiera así, convencido de que jamás conocería a nadie personalmente...
Poco a poco, el tiempo pasaba, tenía más amigos virtuales y con algunos, ya no sólo hablaba en discusiones públicas, sino que también lo hacía por mensajes privados.
Y un día, una forista registrada como “Sonia”, entabló una relación más personal. Era fascinante porque ella era la que quería saber de mí, me contaba cosas de su vida y por lo visto, estaba encantada con mis gustos musicales y literarios, los cuales compartía totalmente.
A los pocos meses, Sonia propuso que nos encontráramos para conocernos mejor y así afianzar nuestra amistad.
Me entró un pánico de esos que no sabes qué decir, como cuando te ves por primera vez en un escenario, delante de cientos de personas. Y yo quería y no quería. Temía que se mofara de mí por mis dobles aparatos dentales o que no me creyera respecto a mi nombre tan feo... y luego pensaba también, que a lo mejor ella no era la persona que decía que era, la que yo me imaginaba... ¡Hasta podría ser una mujer mucho mayor que yo, o a saber quién! Y con mis 18 recién cumplidos, era muy bonito pensar en la belleza interior y en toda esa ilusión, pero tenía mis dudas. Además, desde bien pequeño, conocía la crueldad de los demás, y yo no quería que me tomaran por alguien cruel y ruin. ¡No quería herir los sentimientos de nadie y no quería mentir! Me encontraba en un mar de dudas y casi echaba de menos aquella bendita rutina de antes, aquella soledad...Y así y con todo, decidí aceptar la cita. Y en un mismo día, viví lo que no había vivido en todos estos años.
El punto de encuentro era delante de la puerta de El Porte Inglés y no la vi llegar. Yo miraba hacia el exterior y ella llegó desde dentro. Una voz suave me llamó tímidamente por mi nombre. ¡Me di la vuelta y ahí estaba! ¡Era una chica muy guapa y parecía tener mi misma edad! Era un poco más baja que yo, tenía el pelo rubio que le llegaba a la cintura, unos ojazos negros y profundos, y al sonreír... aparecieron 2 líneas metálicas brillantes que cruzaban sus dientes. ¡Y yo me quedé hipnotizado por esos metales! Mi cabeza daba mil vueltas, mientras la veía ponerse seria de golpe. Y de pronto, comprendí y esbocé una sonrisa de oreja a oreja, enseñándole ¡y con mucho orgullo!, mis propios aparatos dentales. Y entonces, fue como si el genio de la lámpara mágica me hubiera concedido todos mis deseos de golpe. Nos echamos a reír, empezamos a hablar los 2 a la vez, nos agarramos del brazo, y el resto del mundo ya no nos importó. ¡Ni ningún genio con todas sus lámparas mágicas!

12 - Las medallas del amor

Un día de repente, me di cuenta de que me veía como rayada. Todas aquellas arrugas diseminadas por mi cara se me hacían desconocidas, pero parecían muy vivas. Vivas porque se movían con cada expresión mía. Y de vivas, aquel día pasaron a ser vividas y sabía muy bien las razones. Mientras mi reflejo seguía esperando a que me moviera, mi mente volaba muy lejos de aquel espejo.
Mi familia, mis amigos y mis amores han sido los responsables de haberme hecho reír hasta las lágrimas. Aquellas arrugas están ahí, por y gracias a ellos.
Mis hijos y todas aquellas noches sin dormir, todos sus éxitos y toda su ternura han removido mis entrañas, desde el primer instante que entraron en mi vida.
Todos aquellos seres tan amados que tanto he llorado, porque he querido hacerlos míos hasta el final, hasta su partida para siempre o por un rato desconocido.
Tanto he vivido y tanto he amado, que llorar y reír han sido mis mejores compañías en este largo viaje, el mejor testimonio de mi humilde historia y la mejor escritura para todas estas pequeñas arrugas. Representan mi historia más íntima, mis momentos más memorables, vividos y eternos. Cada una es una marca de amor en vista de todos.
Son las medallas de mi vida, y sin ellas, el rastro de mi felicidad desaparecería.
Como si nunca hubiera existido.

Y hasta aquí.
La verdad es que tengo que dar mis más efusivas felicitaciones por tanta creatividad a demanda y mi mayor agradecimiento por haberla compartido con todos.
Y el tema es grandioso.
Cuánta emoción reunida en este hilo!!
Mi bandeja de mensajes privados os espera.
Recuerden que todos podéis votar, hayan participado o no.
Suerte a todos!

Por fin, ya están aquí los relatos, luego los leeré. Gracias, Mag, por tu paciencia.

Buah, es supercomplicado votar. Me he leído todos los relatos, el primero te gusta, el siguiente te gusta más, el siguiente mucho más, y así todos.  

Quiero felicitar a tod@s quienes habéis participado porque me han encantado todos los relatos, sin excepción.  

Esta noche los volveré a leer y votaré.

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Me sumo a tu comentario.
Voy a necesitar más tiempo porque está muy difícil.

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Muchas gracias. Se pueden comentar? El primero me encanta como está escrito, pero no me resulta creíble. Es decir, no dudo que haya alguien que se pueda enamorar así, porque cada persona es diferente, pero a mí nunca me pasaría.

καλλαικoι escribió:Muchas gracias. Se pueden comentar? El primero me encanta como está escrito, pero no me resulta creíble. Es decir, no dudo que haya alguien que se pueda enamorar así, porque cada persona es diferente, pero a mí nunca me pasaría.

Sí, por supuesto que se pueden comentar.
Lecturas, votaciones y Club de lectura con tertulia a la vez.
Qué más se puede pedir!      

Yo diría que el n° 9 - Tranvía, lo ha escrito Parzival o Manugar. Me ha gustado mucho.

Existe el amor a primeras letras  

TODOS muy buenos, lo pensaré.

Kalla, ya te contestó la chica?  Jajaja

Se lo está pensando, se está haciendo la interesante, creo, jaja

καλλαικoι escribió:Se lo está pensando, se está haciendo la interesante, creo, jaja

Of course!!!
Es parte de la estrategia.
Ve comprando el tequila pa brindar o pa llorar, una de dos jajaja
Es broma, ojalá que te den el sí y duermas acompañado.

Aysssssssssss! Este hilo provoca amores, y el mío tan lejos que está.
Pa mi Pelúo.

Pos yo ya voté!
La verdad es que se lucieron.
Muchas gracias!

Pos yo también, jaja. Suerte para tod@s.

Y lo peor de todo esto, es que no voy a estar tranquila hasta saber la respuesta de Paz, ¿en qué momento le clavan a uno la curiosidad?  

¿Y el número 4? Bobi es un cachorrito o ya es grande?

Tomb escribió:¿Y el número 4? Bobi es un cachorrito o ya es grande?

Tiene varios años ya...


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A ver.
Los rezagados en votaciones...
Sólo han votado 2 usuarios.
Y bien? No lo dejéis para el último momento, por favor.

Quién va ganando????

Violetta escribió:Quién va ganando????

Sólo tengo 3 que han mandado sus votos.
A ver si se mueve un poco más la cosa y os digo...

Vete a Religión y deja publicidad jaja chicle y pega.

@oiwa ven y danos tu voto, please.

Ya voté.

Espero que más vengan a votar. Es un concurso, no todo tiene que ser seriedad.

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Parzival escribió:Ya voté.

Espero que más vengan a votar. Es un concurso, no todo tiene que ser seriedad.

Pues mira como son las cosas Parzival.

Yo creo que éste es uno de los hilos más serios del Foro.  


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Esquizofelia escribió:.

Parzival escribió:Ya voté.

Espero que más vengan a votar. Es un concurso, no todo tiene que ser seriedad.

Pues mira como son las cosas Parzival.

Yo creo que éste es uno de los hilos más serios del Foro.  



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Te contesto mañana para que siga apareciendo en "el portal" en primeros lugares y se anime gente a leer y votar, jojo.

Por el momento, han votado 4 en total.
No puedo decir qué relatos despuntan porque sería un posible condicionante para los futuros votantes. Así que sólo puedo decir que de 11 relatos, 8 tienen puntuaciones de 4 votantes.
Cualquier cosa puede pasar, porque esto no es cómo empieza, sino cómo acaba...  

Bien. Pues de momento, voy a llamar a unos cuantos que me vienen en fila en las menciones y mañana más.
Llamamiento 1:

@Esquizofelia  @daniel  @Dijousmercat  @gabin  @JAGMGeorgy  @Porsituquieressaber  @doonga  @bett1  @manugar  @Giordano Bruno de Nola  @Juan Antonio Hinojosa  @Oiwa  @Roberto1957  @Rusko  @Gina  @Abysso  @Hamol  @Jose Fino  @Martha  @Shetland  @UJULE  @Zuriñe

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Esta noche voto.

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Esquizofelia escribió:.

Esta noche voto.

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Muy bien cielo.

P.S.: Esto de las menciones me recuerda a tilín, tilón... eh?

Parzival escribió:Ya voté.

Espero que más vengan a votar. Es un concurso, no todo tiene que ser seriedad.

Aun no he tenido tiempo de leerlos a fondo, solo de pasada ,cuando los lea todos votare.¿se puede votar a Vox.? ¡¡¡jijijiji! risa de viejo facistoide

Saludos

daniel escribió:

Parzival escribió:Ya voté.

Espero que más vengan a votar. Es un concurso, no todo tiene que ser seriedad.

Aun no he tenido tiempo de leerlos a fondo, solo de pasada ,cuando los lea todos votare.¿se puede votar a Vox.? ¡¡¡jijijiji! risa de viejo facistoide

Saludos

No, pero siempre lo puedes botar, ja ja! risa de viejo anarcóide.

El número 2 - Cantigas de amor, creo que es de Manu, aunque no estoy segura.

Me gustaría participar, pero soy muy malo para leer, apenas leo las respuestas de los foros, nunca he llegado a la mitad de un libro. Si que lamentablemente no podré votar. Pero gracias por la idea para participar, se oye divertido.

JAGMGeorgy escribió:Me gustaría participar, pero soy muy malo para leer, apenas leo las respuestas de los foros, nunca he llegado a la mitad de un libro. Si que lamentablemente no podré votar. Pero gracias por la idea para participar, se oye divertido.

Mi estimado Georgy, has de cuenta que los relatos son animes, que no estás leyendo historias de amor, sino un capítulo de One Punch-man y así lograrás terminar de leer los relatos, que son cortitos, jojo. Es broma, estás en tu derecho de votar o no hacerlo.

Esquizofelia escribió:.

Parzival escribió:Ya voté.

Espero que más vengan a votar. Es un concurso, no todo tiene que ser seriedad.

Pues mira como son las cosas Parzival.

Yo creo que éste es uno de los hilos más serios del Foro.  


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Lo prometido es deuda, así que contesto.

Pensándolo bien, creo que tienes razón, porque en esos temas, muchos dejamos algo de nosotros en esos relatos. Pero a veces creo que los que leen la palabra "concurso" creen que detrás de ello hay cosas con poca seriedad. Jojo, ya me metí en camisa de once varas porque hay concursos muy serios, pero mi objetivo ya está hecho.

¡¡¡A VOTAAAR!!!

Yo creo que Parzi escribió uno que me gustó mucho. A ver si le atino.

Es que hay unos que me encantaron.

Tenemos muchos enamoraos acá.

¿Si le podrás atinar, mi querida Violettita? Es que creo que me están confundiendo, mi relato es el xx$)(/... se va la señal, se va la señal.....

Aysssss, es que de tanto leerlos termina uno por imaginarlos. Te pasa? Bueno, a mí sí.

Ya veremos.

Es lo hermoso de la literatura, que hace que la imaginación vuele impulsada por las letras que tiene delante de sus ojos, y al echar a volar la imaginación, los sentimientos comienzan a aflorar, pues ellos no distinguen realidad de fantasía.

Ni que me digas. Yo he volado con algunos libros y sin fumar nada extraño.
Ahorita estoy leyendo uno que me lleva a recordar cosas que me han sucedido y me río tanto. Pero ¿cómo es posible que a otros les pase lo mismo que a mí? Pues sí.
Sigamos leyendo.

Decía Adolfo Bioy Casares que leer era la otra aventura y que la primera, probablemente era la vida misma. Así es, cuando leemos, de alguna forma vivimos otra vida, nos vestimos con los ropajes de los personajes de una lectura, a veces nos convertimos en villanos, en héroes o en víctimas indefensas, a veces vivimos amoríos sin dimensiones o sin moral, somos fantasmas o seres mitológicos, viajamos a la India o a tierras fantásticas, nos movemos sin problema por el tiempo, hacia el futuro o hacia el pasado. A veces nos volvemos disco rayado -de esos antiguos long play rayados-, repitiendo un mismo momento tras leer, leer y releer una escena que nos emociona, nos enamora o nos angustia.

La literatura es una maravilla que nunca deberíamos de perder.