Fantasma - Parzival
El foro nuevo :: CIENCIAS HUMANAS, ARTE Y BELLAS ARTES :: Parzival siempre con nosotros - Literatura
Página 1 de 1.
Fantasma - Parzival
Continuando con el acomodo de las cosas que empaqué en el otro foro para trasladarlas hacia aquí, encontré este pequeño relato, continuación del anterior, pero con un inesperado y fantasioso final. Un poco de influencia de James Joyce.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Permanezco inmóvil, calmo, con la mirada clavada en un solo punto. Miro y no observo. Nada me importa, no me interesa siquiera ver para otro sitio. Al lado que voltee, la pared que mire, todo me es igual. No me importan los matices ni las luminosidades, no me importa la belleza o la fealdad de lo que mis ojos captan.
Todo es sofocante, aburrido; si tan solo fuera algo delirante, tal vez llamaría mi atención para alcanzar a distraerme unos instantes. Pasados estos, todo volvería a la realidad absurda, al perenne hastío de la inmundicia irracional creada por Dios. Pero todo lo que me rodea en este instante me es agotador. Solo sirve para acrecentar mi tedio.
Lo intenté todo, y tú Leonor, mejor que nadie lo sabe. Conoces perfectamente que quise cambiar mi estado, pero mi ánimo, en vez de mejorar, empeoraba.
Intenté con el amor, y me llevó a la infinita soledad donde me encuentro; también lo hice con el odio, y conseguí vaciarme por dentro; la indiferencia malsana fue probada, y me llevó al delirio; nada, nada ayudó.
Busqué vivir placeres sensuales, placeres mundanos, copé mi vacío existencial de objetos materiales y banales. Todo resultó igualmente inútil.
El alcohol, el cigarro, la droga llenaron mi cabeza de dolor y mis manos de delitos, pero la vacuidad permaneció constante en mí.
¿Qué significa la vida cuando todo lo encuentras fatuo, falso e ilusorio? Nada te convence, nada te llena y sobre todo nada te revive.
No hay motivos para seguir, cada paso, cada mirada, cada palabra, vuelan de inmediato a la nada y se convierte en miseria, en dolor, en hastío, todo va y vuelve a la inexistencia, todos son ecos que retumban en el vacío, todos son gritos lastimeros que llegan a nadie.
Todos los sentimientos y emociones son ilusiones, delirios pueriles y sin sentido, blasfemias que uno mismo se grita y se cree, son brasas ardientes con las que uno se inmola por dentro, son heridas que nunca cierran y que me sirven para recordar que mi alma y la nada, parecidas casi son.
Ausencia es mi sino. No hay motivación, no hay ganas de seguir, no hay amor ni odio; también carezco de arrogancia, de orgullo, de humildad; vivo sin miedo, sin alegría, sin furia, sin sentimientos.
Ningún afán por proseguir me tiene aquí, recostado, inmóvil, sereno, tranquilo, calmo...
Entonces, se sentó en la orilla de la cama, sin ganas, con las casi extinguidas fuerzas para moverse. Miró lentamente su cuarto, descuidado, abandonado, sucio. Se levantó lentamente, avanzó hacia la puerta y volvió a mirar al cuarto que había habitado. Cuando sus ojos agotados se dirigieron a la cama, sin la menor extrañeza, observó a su cuerpo, recostado, inmóvil, sereno, tranquilo, calmo.
Dio la media vuelta y atravesó la puerta sin ninguna dificultad, como solo los cuerpos etéreos suelen hacer.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
FANTASMA
¿Qué es un fantasma?, preguntó Stephen.
Un hombre que se ha desvanecido hasta ser
impalpable –por muerte, por ausencia,
por cambio de costumbres.
James Joyce: Ulises
Un hombre que se ha desvanecido hasta ser
impalpable –por muerte, por ausencia,
por cambio de costumbres.
James Joyce: Ulises
Permanezco inmóvil, calmo, con la mirada clavada en un solo punto. Miro y no observo. Nada me importa, no me interesa siquiera ver para otro sitio. Al lado que voltee, la pared que mire, todo me es igual. No me importan los matices ni las luminosidades, no me importa la belleza o la fealdad de lo que mis ojos captan.
Todo es sofocante, aburrido; si tan solo fuera algo delirante, tal vez llamaría mi atención para alcanzar a distraerme unos instantes. Pasados estos, todo volvería a la realidad absurda, al perenne hastío de la inmundicia irracional creada por Dios. Pero todo lo que me rodea en este instante me es agotador. Solo sirve para acrecentar mi tedio.
Lo intenté todo, y tú Leonor, mejor que nadie lo sabe. Conoces perfectamente que quise cambiar mi estado, pero mi ánimo, en vez de mejorar, empeoraba.
Intenté con el amor, y me llevó a la infinita soledad donde me encuentro; también lo hice con el odio, y conseguí vaciarme por dentro; la indiferencia malsana fue probada, y me llevó al delirio; nada, nada ayudó.
Busqué vivir placeres sensuales, placeres mundanos, copé mi vacío existencial de objetos materiales y banales. Todo resultó igualmente inútil.
El alcohol, el cigarro, la droga llenaron mi cabeza de dolor y mis manos de delitos, pero la vacuidad permaneció constante en mí.
¿Qué significa la vida cuando todo lo encuentras fatuo, falso e ilusorio? Nada te convence, nada te llena y sobre todo nada te revive.
No hay motivos para seguir, cada paso, cada mirada, cada palabra, vuelan de inmediato a la nada y se convierte en miseria, en dolor, en hastío, todo va y vuelve a la inexistencia, todos son ecos que retumban en el vacío, todos son gritos lastimeros que llegan a nadie.
Todos los sentimientos y emociones son ilusiones, delirios pueriles y sin sentido, blasfemias que uno mismo se grita y se cree, son brasas ardientes con las que uno se inmola por dentro, son heridas que nunca cierran y que me sirven para recordar que mi alma y la nada, parecidas casi son.
Ausencia es mi sino. No hay motivación, no hay ganas de seguir, no hay amor ni odio; también carezco de arrogancia, de orgullo, de humildad; vivo sin miedo, sin alegría, sin furia, sin sentimientos.
Ningún afán por proseguir me tiene aquí, recostado, inmóvil, sereno, tranquilo, calmo...
Entonces, se sentó en la orilla de la cama, sin ganas, con las casi extinguidas fuerzas para moverse. Miró lentamente su cuarto, descuidado, abandonado, sucio. Se levantó lentamente, avanzó hacia la puerta y volvió a mirar al cuarto que había habitado. Cuando sus ojos agotados se dirigieron a la cama, sin la menor extrañeza, observó a su cuerpo, recostado, inmóvil, sereno, tranquilo, calmo.
Dio la media vuelta y atravesó la puerta sin ninguna dificultad, como solo los cuerpos etéreos suelen hacer.
Parzival- Mensajes : 1335
Fecha de inscripción : 09/12/2020
A MagAnna, Tomb, Juan Antonio Hinojosa y a NES les gusta esta publicaciòn
Temas similares
» «Putirrin» el fantasma de la ópera mundial. Por Patxi Balagna.
» Calla - Parzival
» El sueño - Parzival
» La Flor - Parzival
» Él viene - Parzival
» Calla - Parzival
» El sueño - Parzival
» La Flor - Parzival
» Él viene - Parzival
El foro nuevo :: CIENCIAS HUMANAS, ARTE Y BELLAS ARTES :: Parzival siempre con nosotros - Literatura
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.